Los estados gastaron más de lo presupuestado y se endeudaron más de lo planeado, una práctica que ya es recurrente entre las administraciones locales, destaca un estudio del IMCO.
En 2019, los gobiernos estatales gastaron, en conjunto, 7 por ciento más de lo programado, a pesar de ello esta es la menor variación del gasto público estatal de los últimos cinco ejercicios fiscales que en 2017 alcanzaron su punto más alto al llegar a 17 por ciento, destaca el Informe Estatal del Ejercicio del Gasto (IEEG), elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Los estados gastaron más de lo presupuestado y se endeudaron más de lo planeado, una práctica que ya es recurrente entre las administraciones locales además de evidenciar que los presupuestos estatales carecen de una planeación adecuada, destaca el análisis.
El IMCO advierte que “la evidencia apunta a que el ejercicio del gasto en los estados es una simulación contable que muestra el desapego a los presupuestos. Esta práctica permite gastar sin transparentar, sin rendir cuentas a los ciudadanos y sin tener que justificar las prioridades del gasto”.
El informe añade que “los ingresos excedentes permiten un mayor gasto. Sin embargo, al no estar debidamente regulados, existe un margen para su uso discrecional. Si las variaciones son sistemáticas, reflejan una falla en esta etapa del ciclo presupuestario y se amplían los márgenes de discrecionalidad del gasto”.
A pesar de que la mayoría de las entidades presentó una reducción del subejercicio, hay estados cuyas variaciones siguen siendo críticas. Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la variación aceptable en el ejercicio presupuestal se ubica en el rango de +/- 15 por ciento, con base en este criterio las entidades que quedan fuera del rango aceptable son Morelos con 37 por ciento, Tlaxcala con 24 por ciento, Oaxaca con 23 por ciento, Tamaulipas con 21 por ciento, Hidalgo con 20 por ciento, así como Durango y Veracruz con 16 por ciento cada uno.
El análisis del IMCO destaca que las variaciones que se presentan entre lo que cada entidad solicita y lo que realmente gasta durante un año, “pueden significar un error de planeación de un ejercicio fiscal, o bien, simulaciones intencionales por parte de las secretarías de finanzas estatales en complicidad de los congresos locales”.
Para 2019, las entidades federativas estimaron gastar 2.088 billones de pesos, pero terminaron gastando 2.242 billones de pesos, es decir, 153 mil 710 millones de pesos adicionales que representan el siete por ciento extra.
Algunas ideas
Como parte de su análisis, el IMCO refiere algunas propuestas a fin de reducir la discrecionalidad en el ejercicio de los recursos públicos, una de ellas es establecer controles a las modificaciones presupuestales de los poderes ejecutivos estatales que limiten el aumento injustificado de partidas de gasto. Si un gobierno estatal requiere modificar su gasto para alguna partida en más del 15 por ciento, debe tener la aprobación del congreso local.
Por otra parte, también sugiere mayor participación de los congresos locales en la aprobación y supervisión del ejercicio del gasto: cumplir su función de contrapeso.
Asimismo, destaca que para mejorar la calidad de la información financiera sería recomendable eliminar el margen de interpretación en la normatividad de contabilidad gubernamental, así como publicar en tiempo y forma su información financiera y en un formato de datos abiertos.
Te puede interesar: México está entre los 10 países con mayores pérdidas por desastres