Asesinatos a sangre fría o asaltos con violencia desproporcionada son temas recurrentes en cada rincón del país, lo que afecta la tranquilidad, seguridad y confianza de la población, pero también desalienta las inversiones.
Al igual que un huracán arrasa con todo lo que encuentra a su paso, la espiral de violencia en México daña a toda la sociedad ya que no sólo quienes en carne propia han sufrido un robo, secuestro o el crimen de un ser querido son víctimas de la inseguridad, sino que repercute en la desconfianza para ser un lugar atractivo para invertir y por lo tanto impacta negativamente a la economía.
Alfonso Romo, jefe de la Oficina de Presidencia, descartó que como consecuencia de los recientes actos criminales en Culiacán y Chihuahua, se desincentiven las inversiones, nacionales y extranjeras en el país. A pesar de ello, reconoció que “estos eventos por supuesto que impactan mucho emocionalmente y también en el espíritu de inversión, claro que afectan. Sin embargo, la obligación nuestra es ubicarlos donde deben de estar y no magnificarlos en el buen sentido de la palabra”.
Romo dijo que los últimos días se ha reunido con inversionistas nacionales y extranjero, quienes en cuanto al caso LeBarón no lo ven como algo generalizado, sino como un caso triste; en tanto que en los acontecimientos de Culiacán afirmó que no lo ven como una problemática tan seria.
En los encuentros sostenidos con empresarios interesados en invertir en el país, dijo, “estamos tratando de separar lo que es inseguridad y violencia de la inversión”, destacó. En torno a la relación con Estados Unidos y Canadá aseguró que “es tan fuerte que uno o dos casos no pueden empañarla. Sí son hechos muy tristes y hay que arreglarlo, porque México con más seguridad estaría creciendo a tasas del doble“, reconoció.
Por otro lado, el director de Calificaciones Soberanas de Standard & Poor’s, Joydeep Mukherji, aseguró que “la violencia sí genera costos negativos para el inversionista y el consumidor que deben pagar por su seguridad”, pero descartó que los “lamentables” hechos violentos de las últimas dos semanas, impacten negativamente en la calificación soberana del país, pues el ambiente de inseguridad está incorporado en los indicadores que forman parte de la nota de México, la cual recordó, tiene una perspectiva negativa.
Un país en unidad
Después del fallido operativo en Culiacán y el asesinato de miembros de la familia LeBarón que en los últimos días han arreciado la inseguridad en el país, los dirigentes de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Francisco Cervantes, y del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar Lomelín, coincidieron en señalar que es necesario que los funcionarios públicos de los tres niveles de gobierno trabajen coordinadamente y junto con la sociedad civil formen un frente común para combatir la inseguridad.
Salazar Lomelí aseguró que “la seguridad es el principal pendiente del país, y se necesita actuar con unidad, decisión y urgencia. Ante hechos tan graves, no hay lugar para las mezquindades ni los cálculos políticos, todos los actores sociales deben comprometerse a hacer su parte y cumplir con sus responsabilidades para alcanzar resultados inmediatos”, recalcó.
Por otra parte, Rogelio Cabrera López, presidente de la Comisión del Episcopado Mexicano (CEM) afirmó que a los obispos del país están preocupados por los “crudos eventos” como los de Culiacán y de Chihuahua los cuales consideró “generan en el pueblo un sentimiento de desconfianza hacia las autoridades, locales y federales”.
El arzobispo de Monterrey, abundó que la población está “anímicamente insegura y con miedo, esto se percibe a donde quiera que uno va a visitar las colonias, las parroquias la gente tiene esta sensación y más cuando hay estos actos de violencia tan crudos el de Culiacán tan difícil de entender de ubicar y este otro que va directamente en contra de mujeres y niños, esto ya es una ferocidad mayor, tenemos que ver cómo nuestro país se detiene ante esta ola”.
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