Especialistas señalaron que urge tener en México una estrategia a nivel federal para apoyar a las familias pobres, a prevenir y combatir la inseguridad alimentaria entre los más vulnerables.
La pandemia de COVID-19 ha dejado como secuela que 10.6 millones de personas entraran en pobreza y 9.2 millones en pobreza extrema por falta de ingresos o por la pérdida de empleo, refieren los resultados de la Encuesta de Seguimiento de los Efectos del COVID-19 en el Bienestar de los Hogares Mexicanos (ENCOVID-19), realizada por el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE) de la Universidad Iberoamericana.
A pesar de la recuperación en los empleos y los ingresos, los datos sugieren que la pandemia de SARS-CoV-2 puede haber aumento el porcentaje de la población en pobreza extrema de 7 a 13%, y aquella en pobreza de 42 a 51%, refiere el documento.
Otro dato es que el 38 por ciento de los hogares encuestados se encontraba en situación de inseguridad alimentaria moderada o severa, es decir, contaba con una menor cantidad y calidad de alimentos por falta de recursos económicos.
En salud, el 12 por ciento de la población reportó que alguien del hogar había dejado de recibir atención médica por una enfermedad distinta al COVID-19, debido a que se dejó de proporcionar el servicio 45 por ciento; miedo al contagio, 21 por ciento; o que le reprogramaron la atención al 19 por ciento.
Menores ingresos
La encuesta del EQUIDE reveló que tres de cada 10 hogares en el país vieron una disminución de 50 por ciento de sus ingresos en el mes de octubre, una tendencia que se mantiene en el mismo nivel desde mayo.
En octubre, 6.6 por ciento de la Población Económicamente Activa en México se encontraba desocupada, frente al 15.5 por ciento de mayo. Los sectores con mayor desocupación fueron el informal, los trabajadores de menor remuneración y las mujeres, refiere la investigación.
Ante la falta de empleo y reducción de los ingresos, el 37 por ciento de los hogares mexicanos recurrió a préstamos a familiares o conocidos para poder solventar sus gastos, mientras que un 30 por ciento dejó de pagar sus deudas o tarjetas de crédito.
Programas sociales
Mientras que 3 de cada 10 hogares dijeron haber recibido un beneficio a través de los programas sociales o ayuda del gobierno durante octubre. Aproximadamente 1 de cada 10 domicilios declaró haber recibido alguna ayuda adicional por la emergencia del COVID-19, tales como despensas, créditos u otro tipo de apoyo.
Entre los programas insignia de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, 13 por ciento declaró recibir las Pensiones para el Bienestar y 10 por ciento las Becas Benito Juárez.
Durante la presentación, Graciela Teruel, directora del EQUIDE, afirmó que el impacto negativo de la crisis sanitaria ha sido muy grande afectando a la población en general y en particular a los más pobres, lo cual tendrá efectos importantísimos en la pobreza incluso arrastrando a gente que no se encontraba en esa situación.
Turuel dijo que aún se está a tiempo de intervenir y prevenir la caída de las personas en mayor situación de vulnerabilidad, pero para ello es recomendable, entre otras cosas, llevar a cabo transferencias de ingreso a los hogares.
Por su parte, Rafael Pérez Escamilla, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale, resaltó que urge tener en México una estrategia a nivel federal para apoyar a las familias pobres a prevenir y combatir la inseguridad alimentaria entre los más vulnerables.
En la presentación de los resultados, participaron Unicef y Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, A.C., se mencionó que en la ENCOVID-19 del mes de octubre, incluyó mil 674 entrevistas vía teléfono móvil a personas de 18 años o más en las 32 entidades federativas contactadas entre el 8 y el 22 de octubre.
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