“Más allá de la ortografía y las tablas de multiplicar, ese es un espacio donde aprenden a relacionarse, lo cual pasa por compartir, pelearse, cooperar, resolver problemas y negociar”, comentó la experta respecto a la escuela.
Montserrat Espinosa, de la Coordinación de Psicología de la Educación de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que aunque los niños son los más resistentes físicamente al virus que provoca el COVID-19, el confinamiento causado por la pandemia es a quienes más afecta, pues desarrollan deficiencias a nivel cognitivo, motriz y socioafectivo.
La psicóloga explicó que aunque se suele bromear con que a los niños no les gusta ir a la escuela, la realidad es que este lugar y todas las actividades que implica el ir, les ayuda bastante para su desarrollo educativo, social y de todo tipo. “Más allá de la ortografía y las tablas de multiplicar, ese es un espacio donde aprenden a relacionarse, lo cual pasa por compartir, pelearse, cooperar, resolver problemas y negociar”, comentó.
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La experta externó su preocupación de que las nuevas generaciones no están teniendo la oportunidad de desarrollarse y vivir una de las etapas formativas más importantes de la vida. “Si a los adultos nos parece que hemos sido despojados de mucho, pensemos en los niños”, comentó la académica y destacó que los adultos ya atravesaron por ese proceso, donde la vida social se forma, pero los jóvenes y niños estaban en ese proceso de construcción de una vida.
Durante la cuarentena, Montserrat Espinosa ha tenido la oportunidad de hablar con varios niños, quienes aseguraron que las clases a distancia son un punto negativo del confinamiento, pues sienten que no están aprendiendo; sin embargo, la mayoría de menores comentó que el confinamiento les había dado la oportunidad de pasar más tiempo con sus padres, por lo que la especialista llamó a reflexionar en la labor de los padres y su presencia en el hogar.
Por último, la psicóloga recomendó a los padres enseñarles a los pequeños a administrar su tiempo, con el fin de que no lo dediquen todo frente a computadoras o aparatos tecnológicos y detalló que durante el confinamiento, los padres pueden aprovechar para incentivar las actividades familiares y recreativas para que los niños puedan sobrellevar el aislamiento.
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