De acuerdo con María Elena Medina-Mora y Olbeth Hansberg Torres, académicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con la pandemia de COVID-19, las consultas con el psicólogo aumentaron y recalcaron que indudablemente la crisis sanitaria mundial afectó la salud mental de todos y de quienes enfermaron.
La expertas son coordinadoras del tomo de Salud Mental, Afectividad y Resiliencia de la colección “La década COVID en México. Los desafíos de la pandemia desde las Ciencias Sociales y las Humanidades” de la UNAM y destacaron que entre las emociones más comunes estuvo el estrés, el miedo terrible a la muerte, ansiedad y depresión.
Las expertas compartieron que en el caso de los que se enfermaron había mucho miedo a fallecer y en sus familiares había estrés y ansiedad; los familiares de las personas que lamentablemente fallecieron enfrentaron depresión, tristeza, ansiedad y en el resto de la población el estrés era muy notorio y que nunca antes se había enfrentado.
“Antes tuvimos una epidemia de influenza que fue un factor de estrés, pero no se compara. Las medidas, a veces extremas, que se tuvieron que tomar y la falta de estrategias para lidiar con este confinamiento no ayudó, porque no estábamos preparados para eso”, comentó Emilia Lucio y Gómez Maqueo, académica de la UNAM.
Gómez Maqueo agregó que en el confinamiento que se vivió con intensidad especialmente en 2020, se pudieron llevar a cabo ciertas actividades que “nos habrían hecho sentir mejor” e indicó que muchas personas supieron sobrellevar el confinamiento debido a que fueron creativas, pero todo dependía de las facilidades en el hogar.
Al respecto, la experta indicó que el que la pandemia haya destacado tanto los problemas de salud mental, ayuda a que como sociedad demos más importancia a ese problema y se aborde cómo tratar los problemas, pero lamentó que problemas como la violencia doméstica se intensificaran tanto y se tuvieran que abordar con urgencia.
Otro de los problemas de salud mental que incrementaron fueron los pensamientos suicidas, particularmente entre los adolescentes, pues “tiene que ver con una depresión por no saber qué va a pasar, hacia dónde va el mundo, cuándo voy a salir de esto” y al mismo tiempo la ansiedad académica se elevó por las clases en línea y la pandemia.
Emilia Lucio y Gómez aseveró que la pandemia cambió el mundo, hay personas que se enfrentaron a ella y perdieron su trabajo, a familiares, hubo adolescentes huérfanos, padres que perdieron hijos y por ello la necesidad de hablar de sus problemas creció y se dieron cuenta que no eran los únicos afrontando esas situaciones.
“Permitió también que acudir con un psicólogo no se estigmatizara, que no se considerara como algo malo, sino como la ayuda que todos podemos necesitar”, comentó la profesora de la UNAM y finalizó enfatizando que la pandemia nos hizo recordar y valorar lo que tenemos y disfrutar todo hasta las pequeñas cosas.
Te puede interesar: Extremar cuidado con los datos de tarjetas de crédito o débito para evitar delitos, pide el Inai
Facebook: Yo Influyo