Agustín Rojas Martínez, técnico académico del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advirtió del aumento en la accesibilidad de productos ultraprocesados y el incremento de su consumo en el país y recordó que México es una nación que se destaca por sus altos niveles de sobrepeso y obesidad, por lo que urgió a tomar medidas.
¿Sabías que… la World Obesity Federation estimó que para 2050, el 88 por ciento de la población mexicana tendrá sobrepeso u obesidad en algún tipo? Además, en México el consumo de alimentos ultraprocesados pasó de 39.5 por ciento en el año 2000 a 46.6 por ciento en 2020, lo que indica que “en los últimos 23 años se transformaron los espacios donde se venden los insumos alimenticios”.
El experto de la UNAM agregó que los supermercados crecieron 107.5 por ciento de 2010 a 2020 y agregó que los minisúper tuvieron el mayor crecimiento, pasando de 20 mil 672 a 55 mil 517 comercios, 168.6 por ciento más; mientras los establecimientos de comida rápida pasaron de ser 387 mil 184 a un millón 28 mil 484, un incremento de 165.6 por ciento en el mismo periodo.
“Se registra excesiva oferta y elevado consumo de alimentos y bebidas hipercalóricos, como son los precocinados y la comida poco saludable, con altos niveles de azúcares, grasas trans y sal”, dijo Rojas Martínez en la conferencia “De la comida a la salud: retos alimentarios de la familia mexicana” y subrayó que son alimentos pobres en nutrientes y el consumo en exceso puede causar enfermedades.
A parte de llamar a que se implementen políticas “orientadas a recuperar la autosuficiencia nutricional en bienes estratégicos”, Agustín Rojas explicó que no se debe culpar al consumidor, pues “las compañías de procesados controlan o ‘cercan’ los espacios de compra; la prueba está en la multiplicación de las tiendas de conveniencia”.
Rojas Martínez compartió que, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la compra de alimentos crudos o mínimamente cocinados ha reducido, por lo que promover que las personas cocinen sus alimentos pueda ser una opción para reducir el consumo de ultraprocesados.
Finalmente, el investigador de la UNAM recalcó que más allá de reducir el sedentarismo, sector público y privado debe enfocarse en otras problemáticas como la cultura y hábitos alimentarios, conocimientos de nutrición, disponibilidad de comestibles, capacidad de compra, distribución intrafamiliar de la comida, publicidad, comodidad y tiempo e incluso la influencia social.
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