La suspensión del ministerio del padre Jorge Antonio Díaz Pérez, asesinado hace unos días en su domicilio, se dio sólo por cuestiones relacionadas al “cumplimiento de su deber como sacerdote” y no por alguna falta del orden civil, afirmó el vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, el P. Juan Jesús Priego, en entrevista para YoInfluyo.com.
El prelado aclaró que las autoridades eclesiásticas habían prohibido al sacerdote realizar actividades como oficiar misa, como una medida disciplinaria debido a que en algunas tareas que tenía asignadas no cumplía adecuadamente. El padre Priego explicó que se le pedían algunos servicios en la parroquia donde estaba asignado, pero no llegaba o se reportaba enfermo, y dejaba a sus compañeros con todo el trabajo, y en las otras parroquias a las que se le asignaba siempre “era la misma queja”, hasta que el Obispos tomó la decisión de despojarlo del estado clerical, pero no por ningún indicio de un delito mucho menos de pederastia como maliciosamente corrió una versión.
Hace tres semanas, señaló el vocero, se publicó una nota en el periódico diocesano, avisando a la feligresía que Díaz Pérez ya no podía ejercer válidamente el sacerdocio, el aviso se dio en virtud de que las autoridades eclesiásticas, se enteraron de que todavía se desempeñaba como tal “en domicilios particulares.”
El presunto asesino del sacerdote dijo que como el padre “era pederasta, por eso lo maté”, tratando de que de esta manera se justificara el crimen que cometió, mencionó Priego. Destacó que en la Procuraduría General de Justicia de San Luis Potosí no existe ninguna denuncia en contra del padre Jorge Antonio Díaz Pérez, lo cual inclusive fue aclarado por la propia dependencia mediante un comunicado de prensa.
Además, señaló el vocero de la Arquidiócesis, que aun cuando el Padre ya no pudiera ejercer su ministerio sacerdotal, esto no le da derecho a nadie de ultimarlo, y agregó, aunque le hubieran dicho al agresor que el Padre hizo algo tan grave, “para eso están los Tribunales”. Y es que ya agarraron “esa especie de caminito”, de decir cosas terribles sobre los sacerdotes para exonerarse de crímenes. Además, aclaró que la víctima estaba dispensado del ministerio, pero resaltó que el sacerdocio “no se le quita con nada”.
Por lo anterior concluyó el entrevistado señalando que la dispensa del sacerdote se dio sólo por cuestiones relacionadas al “cumplimiento de su deber como sacerdote” y no con una falta del orden civil.
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