Frente a un escenario de polarización social como el que hoy vive México, es necesario poner freno a los calificativos que durante las pasadas campañas electorales se utilizaron para el descrédito entre adversarios políticos, señaló el obispo Guillermo Ortiz.
En conferencia de prensa realizada en el marco de su Asamblea General, los obispos de México manifestaron su esperanza de ver cumplidos los proyectos de bien común y procuración de justicia que las autoridades electas el pasado 1 de julio plantearon durante el tiempo de campañas.
Señalaron la necesidad de que los mexicanos apuesten por la unidad, para que puedan encontrar las mejores estrategias en materia de justicia social y desarrollo humano.
La rueda de prensa fue presidida por monseñor Rogelio Cabrera, presidente del Episcopado Mexicano; monseñor Alfonso Miranda, secretario general; y monseñor Guillermo Ortiz, responsable de la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política.
Mons. Ortiz Mondragón externó que, frente a un escenario de polarización social como el que hoy vive México, es necesario poner freno a los calificativos que durante las pasadas campañas electorales se utilizaron para el descrédito entre adversarios políticos. En este sentido, Mons. Miranda Guardiola hizo un llamado a la serenidad, y a que, como sociedad, utilicemos toda nuestra inteligencia y recursos para contribuir al bien social.
Monseñor Rogelio Cabrera señaló que los temas prioritarios para los obispos serán los migrantes, los jóvenes y los sacerdotes, además dijo que “la Iglesia mexicana caminará con el pueblo y sus autoridades”.
Reiteró que la paz que México necesita sólo se puede alcanzarse mediante el diálogo. “Nosotros tenemos un mandato como obispos –manifestó–: promover la amistad social… Estamos para animar y colaborar”.
Sobre el tema de las consultas nacionales para proyectos importantes que pretende instituir como sistema de gobierno el Lic. Andrés Manuel López Obrador, próximo Jefe del Ejecutivo, Mons. Miranda Guardiola expresó que los obispos respetan dicha iniciativa de hacer participar a la ciudadanía en la toma de decisiones trascendentales, pero al mismo tiempo serán agudos críticos de las propuestas gubernamentales.
Respecto al tema migratorio, monseñor Guillermo Ortiz mencionó que se trata de un acontecimiento universal que afecta a la humanidad entera, y cuyas raíces son las injusticias, los desplazamientos obligados, la marginación social, el descarte de las personas, la proliferación de grupos criminales, la violencia intrafamiliar y otras problemáticas.
En ese sentido, el secretario general del Episcopado resaltó que, “más allá de cualquier postura sobre el tema de la migración, la Iglesia está atendiendo el éxodo migrante centroamericano como una crisis humanitaria”.
Frente a la posibilidad de que sean muy pocos los migrantes que puedan ingresar a territorio estadounidense –objetivo que la mayoría se planteó al dejar su país–, el responsable de la Dimensión de Justicia, Paz y Reconciliación, Fe y Política, señaló que se está previendo el retorno de una gran cantidad, por lo cual la Iglesia está en pláticas con diferentes autoridades a fin de librar lo que sería una nueva emergencia humanitaria; “la Iglesia es una, no importa en qué país esté, y el interés por ayudar a los migrantes tiene una línea común: el Evangelio”.
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