La respuesta de los miles de mexicanos ante la tragedia fue motivo de orgullo nacional.
La Arquidiócesis Primada de México a través su editorial en el semanario “Desde la Fe”, exhortó a que no disminuya el apoyo a los damnificados de los sismos del 7 del 19 de septiembre del año pasado, hasta que no se reconstruya el último rincón afectado de nuestro país.
El texto subraya que especialmente en las periferias de las entidades afectadas “tanto de Puebla y Oaxaca, como de Morelos, Chiapas, Tabasco y la Ciudad de México, muestran un escenario que sigue siendo una fotografía de aquellos días”.
Señaló que se pueden ver innumerables viviendas en ruinas sin demoler, así como escuelas afectadas, por lo que enfatizó que “los sismos de septiembre se seguirán sintiendo mientras no se levante el último escombro, mientras siga una sola familia viviendo en un campamento improvisado, mientras haya un grupo de niños tomando clases bajo árboles o carpas, y mientras continúe habiendo hambre o escasez de agua en la comunidad más alejada”.
Si bien es cierto que se ha hecho un buen trabajo en muchos sentidos y el pueblo de México ha sido un ejemplo de solidaridad y fuente de orgullo, también lo es que la ayuda ha bajado conforme se aleja la fecha del temblor en el tiempo, por lo tanto hicieron el llamado a que “¡no bajemos el puño que levantamos alto, muy alto, hace un año!”