Necesario un arzobispo que sude la camiseta en la CDMX

Después de que el cardenal Norberto Rivera Carrera presentó su renuncia como Arzobispo de la Ciudad de México, se está a la espera de que su sucesor sea nombrado por el papa Francisco. Si bien es cierto que nadie sabe quién será el elegido, el Sumo Pontífice ha dejado claro cuáles son las características con las que debe contar el próximo pastor de la Arquidiócesis Primada de México.


Arzobispo que sude la camiseta, CDMX


Los retos para quien llegue son variados y múltiples como lo es la misma complejidad que se presenta en la CDMX la cual se encuentra inmersa en diversos problemas como lo son la inseguridad, la corrupción, la pobreza, la falta de oportunidades o la desconfianza en las instituciones, entre muchas otras difíciles situaciones más a las que debe responder como pastor con una visión esperanzadora para que la población renueve fuerzas y sea constructora de la civilización del amor.

En su mensaje dirigido a los obispos de México, el 13 de febrero de 2016, durante su visita a nuestro país, el papa Francisco los exhortó a sudar la camiseta, a trabajar sin descanso, involucrarse con sus feligreses, a sentir con ellos. A fin de cuentas, este es también el esbozo que se espera del nuevo arzobispo metropolitano.

El Sumo Pontífice en aquella ocasión se dirigió a los obispos de manera clara y directa: “Les ruego no caer en la paralización de dar viejas respuestas a las nuevas demandas. Vuestro pasado es un pozo de riquezas donde excavar, que puede inspirar el presente e iluminar el futuro. ¡Ay de ustedes si se duermen en los laureles! Es necesario no desperdiciar la herencia recibida, custodiándola con un trabajo constante. Están asentados sobre espaldas de gigantes: obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, fieles «hasta el final», que han ofrecido la vida para que la Iglesia pudiese cumplir la propia misión. Desde lo alto de ese podio están llamados a lanzar una mirada amplia sobre el campo del Señor para planificar la siembra y esperar la cosecha.

“Los invito a cansarse sin miedo en la tarea de evangelizar y de profundizar la fe mediante una catequesis mistagógica que sepa atesorar la religiosidad popular de su gente. Nuestro tiempo requiere atención pastoral a las personas y a los grupos, que esperan poder salir al encuentro del Cristo vivo. Solamente una valerosa conversión pastoral, y subrayo, conversión pastoral de nuestras comunidades puede buscar, generar y nutrir a los actuales discípulos de Jesús (cf. Documento de Aparecida, 226, 368, 370).

Por tanto, es necesario para nosotros, pastores, superar la tentación de la distancia -y dejo a cada uno de ustedes el catálogo de las distancias que puedan existir en esta conferencia episcopal- del clericalismo, de la frialdad y de la indiferencia, del comportamiento triunfal y de la autorreferencialidad. Guadalupe nos enseña que Dios es familiar en su rostro, que la proximidad y la condescendencia -agacharse, acercarse- pueden más que la fuerza, que cualquier tipo de fuerza”.

@yoinfluyo

sdominguez@yoinfluyo.com


 

 

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