La libertad religiosa es uno de los temas más controvertidos en toda sociedad debido a que implica la manera particular que cada persona tiene sobre la creencia o no de una determinada confesión, además de su expresión externa (de manera pública o privada) que se realiza a través de signos y ritos religiosos que comparte con otra gente, en ocasiones ha ocasionado desencuentros y pugnas.
A lo largo del tiempo en México este tema ha sido especialmente sensible, así se han protagonizado diversas etapas que van desde la prohibición y persecución de quienes profesan alguna fe, hasta el reconocimiento jurídico de las Iglesias y la búsqueda de que en las leyes se plasme y garantice la libertad religiosa.
Sin embargo, muchas son las agresiones que miembros de diferentes denominaciones religiosas sufren por motivos de su fe. Recientemente, Arturo Manuel Díaz de León, director general de Asociaciones Religiosas de la Secretaría de Gobernación, aseguró en un foro organizado por el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc), que existe una “grave” intolerancia religiosa, pues hay “desplazados” por esta razón.
El funcionario reconoció que las entidades donde se presentan más casos de intolerancia religiosa son Chiapas, Guerrero, Oaxaca e Hidalgo, además que recientemente también se ha incrementado este fenómeno en el municipio de Guadalajara. Indicó que los feligreses cristianos evangélicos son quienes más padecen esta situación, debido a que han ganado adeptos en muchos estados del país.
Pero estos no son los únicos casos que se presentan, también pueden mencionarse los asesinatos y extorsiones a sacerdotes y agentes laicos, situación que según el Centro Católico Multimedial (CMM) ha tomado fuerza en los estados de Michoacán, Veracruz, Guerrero, Ciudad de México, Jalisco, Estado de México, San Luis Potosí, Saltillo, Guanajuato, Colima, Puebla, ascendiendo a 23 casos violentos durante el sexenio, según las últimas cifras con las que cuentan que datan a octubre del año pasado.
Otra manera de limitar la libertad religiosa, es a través de acusaciones directas por parte de las autoridades civiles a sacerdotes y religiosos, basta recordar la queja que la secretaria general del PRD, Beatriz Mojica, presentó en agosto de 2016 ante la Secretaría de Gobernación contra el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, por incitar a la homofobia debido a que el prelado apoyó la campaña en defensa del matrimonio.
Recientemente este mismo obispo fue acusado por el secretario de Gobierno de Morelos, Matías Quiroz Medina, de poner en riesgo la paz social en Tepalcingo, debido a intereses económicos, y fue señalado de ser el responsable de romper los acuerdos que se signaron en meses pasados a través de un convenio que se estableció con los habitantes, por la organización y administración de los recursos de la Feria del Tercer Viernes de Cuaresma.
Es necesaria que exista la tolerancia y se respete la libertad de expresión y de religión como los derechos humanos que son.
El especialista en materia religiosa, Alonso Lara Bravo, en el fascículo 13 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, editada en 2015, señala que “ha llegado el momento de dejar de entender el Estado laico como el ente político que ninguna relación tiene con las doctrinas religiosas existentes en su territorio. La libertad religiosa es un derecho humano que el Estado debe garantizar mediante medidas legislativas y políticas que generen las condiciones propicias para su ejercicio.
“En virtud de la historia nacional, la realización de México como un Estado laico está todavía inacabada. Es preciso poner en práctica los muy deseables principios que nuestra Constitución recoge para que se conviertan en ejes rectores de la actividad estatal, puesto que el efectivo ejercicio de la libertad religiosa tendrá lugar en la medida en que el principio de laicidad permee todas las instituciones públicas”.
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