La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), ha decretado que de este 22 de octubre y hasta octubre de 2018, sea el Año de la Juventud en México. La moción fue aprobada al seno de la conferencia episcopal junto a un programa de actividades, en preparación para el Sínodo de los Obispos, que tratará el tema “Los Jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, informó el Secretario General de la CEM, Mons. Miranda Guardiola.
Por parte de la Dimensión Episcopal Mexicana de Pastoral de Adolescentes y Jóvenes, Mons. Pérez Talamantes, Auxiliar de Monterrey, junto a algunos jóvenes, ofrecieron un mensaje en el que se recalca que los jóvenes tiene un enorme potencial, aún cuando no son ajenos de reconocer que en su camino existen luces y sombras, sin embargo se debe alentar el protagonismo de los adolescentes y jóvenes en la transformación del mundo. Además alentaron a todos los jóvenes a mantener la esperanza e hicieron un llamado a ser escuchados no sólo afectivamente sino efectivamente, enfatizando que el Papa desea escucharlos y con la Iglesia entera.
El Año de la Juventud será inaugurado con una Misa en la Basílica de Guadalupe y en su recorrido contempla un programa de reflexión y de acción, sin embargo no se presenta esta iniciativa, teniendo todas las respuestas, sino como un camino para escuchar e ir aprendiendo juntos, señalaron.
Por otro lado se indicó que si bien es cierto que existen muchas ofertas para los jóvenes incluidas las del crimen organizado, un foco rojo de la mayor importancia es que no tienen un plan de vida y por lo que quieren presentarles que si construyen ese plan pueden transformar al país, y les puede traer una gran felicidad.
Se puntualizó que la Secretaría General del Sínodo a puesto a disposición de los jóvenes la página youth.synod2018.va para puedan expresarse, opiniones que van directamente al Vaticano y la intención de todas las consultas es llegar a toda la juventud incluso la no católica o la no creyente.
Los jóvenes mostraron que son generosos en los recientes embates de la naturaleza, por lo que quedó de manifiesto que los jóvenes son una riqueza y no un problema, son los adultos los que deben cambiar el enfoque que han cargado sobre los jóvenes, lo que deben de escuchar también las autoridades civiles los presidentes municipales o el Presidente de la República, se señaló.
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