A pocos minutos de comenzar 2025, la inseguridad es uno de los principales desafíos en México, pues durante 2024 la violencia que se desató en varias entidades dejó en indefensión a la ciudadanía a pesar de que algunas estadísticas muestran ligeras mejoras en algunos rubros, sin embargo, la violencia continúa siendo alarmante en diversas regiones del país en las que la ciudadanía vive continuamente en riesgo atrapada en las luchas intestinas de los grupos criminales.
Según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Inegi, publicada en septiembre, el 58.6 por ciento de los mexicanos de 18 años y más perciben inseguridad en sus ciudades, la cifra más baja registrado en los últimos años. Sin embargo, esta percepción varía significativamente entre localidades: mientras que ciudades como San Pedro Garza García, en Nuevo León, tienen 13.7 por ciento de percepción de inseguridad, otras como Ecatepec de Morelos, en el Estado de México, alcanzan el 87 por ciento.
A lo largo del año, ninguna entidad escapó a la violencia siendo las entidades más afectadas por esta situación Sinaloa, Guerrero, Zacatecas, Michoacán, San Luis Potosí, Guanajuato, Baja California, Oaxaca y Chiapas.
En Sinaloa tras la captura de Ismael “El Mayo” Zambada, líder histórico del Cártel de Sinaloa, se desató una ola de enfrentamientos entre facciones del grupo. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) desplegó 200 militares adicionales para contener la situación, en un estado que ya contaba con una fuerte presencia de fuerzas armadas desde principios de año, a pesar de ello la ciudadanía no tiene la certeza de que pueda estar segura ni siquiera en su casa.
Por otro lado, en Chiapas en septiembre asesinaron al sacerdote Marcelo Pérez quien era un importante defensor de los derechos humanos y conciliador entre comunidades.
Otro gran hecho que ha conmovido a la opinión pública es el hallazgo que el domingo 29 de diciembre se tuvo de 13 fosas clandestinas con 17 cuerpos en los municipios de La Concordia y Palenque hecho que revela la expansión de los cárteles hacia el sur del país. Autoridades atribuyeron los hechos a la pugna entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, lo que ha generado desplazamientos forzados en comunidades rurales.
Asimismo, en Guerrero el mar de sangre no cesa, así ha quedado claro en distintos municipios de la entidad como recientemente sucedió en Acapulco, en donde entre muchos casos de asesinatos a lo largo de los meses, el crimen del juez Edmundo Román Pinzón que aconteció el pasado 11 de diciembre, dejó en evidencia el alto nivel de vulnerabilidad de los funcionarios públicos. Además, se ha podido constatar el aumento en homicidios dolosos en el estado, lo que es muestra de la persistencia de conflictos ligados al narcotráfico y la debilidad institucional.
Otra entidad en donde se ha incrementado la violencia es San Luis Potosí donde a mediados de diciembre, el alcalde de Tancanhuitz de Santos, Jesús Franco Lárraga, fue emboscado y asesinado junto con tres acompañantes. Este ataque fue una de las muchas agresiones contra políticos en el año, con más de 100 incidentes reportados durante el proceso electoral en 2024.
La estrategia del gobierno entrante
La presidenta Claudia Sheinbaum ordenó intensificó los operativos de seguridad en estados clave como Sinaloa y Chiapas. Además, el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, encabezó acciones estratégicas para debilitar a los grupos delictivos.
Entre los logros que esta estrategia ha tenido en poco tiempo se destaca la captura de líderes criminales, decomisos significativos de armas y drogas, y una mayor colaboración con gobiernos estatales.
A pesar de los resultados de estos operativos, expertos en seguridad advierten que la estrategia basada en despliegues militares y grandes operativos sigue siendo insuficiente si no se complementa con programas sociales y una mejora en el sistema de justicia. “Hay golpes importantes, pero no hay seguimiento ni fortalecimiento institucional. Mientras no se rompan las redes de impunidad, la violencia se reciclará”, afirmó el analista en seguridad Alejandro Mendoza.
El panorama para 2025 sugiere retos continuos. Estados como Guanajuato, Baja California y Morelos permanecen entre los más violentos del país, con tasas elevadas de homicidios y presencia activa de grupos delictivos. Además, la creciente violencia en zonas del sur como Chiapas y Oaxaca subraya la necesidad de ampliar las estrategias hacia estas regiones.
Deja de una vez por todas la “estrategia” implementad por el expresidente Andrés Manuel López Obrador de “abrazos y no balazos” es un punto clave para que la violencia no siga incrementándose, además lo que tantos especialistas han repetido insistentemente de que es necesario fortalecer las instituciones de seguridad, que exista una estrecha colaboración entre los tres niveles de gobierno y combatir frontalmente la corrupción e impunidad serán clave para enfrentar la inseguridad en los próximos años.
¿Tú, algún familiar o conocido tuyo han sido víctimas de la violencia y la inseguridad en el último año?
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