La violencia contra políticos es una forma de extorsión sobre quienes tienen una vocación legítima por el servicio público, ya sea para obligarles a renunciar a sus aspiraciones o para limitar su autonomía.
En los pocos más de seis meses que han transcurrido desde que inició el proceso electoral 2020-2021, aumentó el número de agresiones contra personas políticas del 23.49 por ciento y descendió el total de víctimas de homicidio doloso de -27.6 por ciento, en comparación con el mismo periodo del proceso electoral 2017-2018, destaca el Indicador de Violencia Política de Etellekt.
En el Segundo Informe de Violencia contra Personas Políticas en México 2021, el grupo de consultores explicó que su investigación partió de lo que consideran una premisa fundamental: “Tener autoridades vulnerables significa tener una ciudadanía igualmente vulnerable”.
Los investigadores resaltaron que independientemente de las motivaciones políticas o criminales en contra de quienes llevan a cabo alguna actividad política, la cual indicó sólo compete demostrar a las autoridades judiciales competentes, constituye una forma de extorsión sobre quienes tienen una vocación legítima por el servicio público, ya sea para obligarles a renunciar a sus aspiraciones o para limitar su autonomía.
A este respecto, el informe advierte que de no impedirse con base en la ley que sigan llevándose a cabo las agresiones contra políticos, “puede impactar sobre los ciudadanos, ciudadanas, empresarios, empresarias, medios de comunicación, organizaciones sociales y otros grupos y personas vulnerables”.
Asimismo, el análisis menciona que la violencia que se ha dado en el actual proceso electoral también “puede ser empleada por las personas agresoras como un instrumento de competencia política y electoral, con la finalidad de afectar el desempeño de las candidatas y candidatos e incidir en los resultados electorales de algunos municipios, lo que puede determinar la calidad y legitimidad de las autoridades electas y designadas en estas localidades”.
Los más agredidos
De acuerdo a la investigación de Etellekt Consultores en el actual proceso electoral al igual que en 2018, Morena y el PRI son las dos fuerzas políticas que concentran el mayor número de agresiones y asesinatos en contra de sus militantes, al sumar en conjunto 47 por ciento del total de las agresiones. Cabe destacar que los ataques contra militantes del partido Morena, 38 ocurrieron en entidades donde es oposición (62 por ciento del total).
Destacó que en lo que respecta a los asesinatos el 21 por ciento de las víctimas pertenece al PRI. De los 12 militantes del tricolor que han sido asesinados, al menos 10 ocurrieron en entidades donde dicho partido es oposición al gobernador en turno. Mientras que de los nueve militantes de Morena que perdieron la vida, cuatro fueron asesinados en estados gobernados por ese mismo partido.
Además, el estudio destaca que casi ocho de cada 10 víctimas de homicidio doloso eran opositoras a los gobiernos estatales, mientras hace tres años el 81 por ciento de las 774 agresiones contra personas políticas eran opositoras a los gobiernos estatales; esta tendencia fue uno de los principales hallazgos del Índice de Violencia Política de Etellekt que se repite en 2021, pues de las 205 agresiones globales contabilizadas en el actual proceso, 74.6 por ciento tuvieron como objetivo a personas políticas opositoras a los gobiernos estatales, mientras que el 74.5 por ciento de las 55 víctimas mortales eran igualmente opositoras a los gobiernos estatales.
Es decir, las personas que ejercen actividades políticas y electorales enfrentan un mayor riesgo en su seguridad personal si militan en partidos opositores a las fuerzas políticas que detentan el Poder Ejecutivo en los 32 estados del país.
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