México es el segundo país de América Latina, por debajo de Brasil, con mayor cantidad de niños trabajando, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La niñez es la etapa más importante para una persona, pues durante ese tiempo los pequeños se desarrollan, tanto en conocimientos como personal y emocionalmente. Las cosas que un pequeño viva en sus primeros años marcarán para bien o para mal su vida adulta. En México, el trabajo y la explotación infantil afectan a millones de niños que son privados de sus derechos y de su desarrollo.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México, hay 3.2 millones de niños entre 5 y 17 años que trabajan y, según el Módulo de Trabajo Infantil (MTI), de esos millones de menores, 2.1 millones labora en actividades no permitidas y peligrosas para su edad.
Niños explotados gratuitamente
Los pequeños que laboran se dedican a diversas actividades: 30.2% son ganaderos, pescadores, agricultores y cazan; 23.2% laboran en cuestiones de minería, construcción e industria; 16.8% se dedican al comercio y a las ventas; 6.2% son vendedores ambulantes; 5.7% hacen limpieza doméstica y el resto se dedica a otras actividades.
Además, de los niños y jóvenes que trabajan 42.5% no reciben pago alguno por sus servicios, 28.8% tienen suerte y su trabajo es recompensado con poco más del salario mínimo (102.68 pesos), y 7.5% de los menores que trabajan reciben ingresos mayores a dos salarios mínimos.
México es el segundo país de América Latina, por debajo de Brasil, en tener mayor cantidad de niños trabajando, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). “Para millones de niños y adolescentes el trabajo infantil deja huellas que duran toda la vida”, aseguró la Cepal y explicó que la Agenda 2030 adopta medidas para erradicar la esclavitud y el trabajo infantil forzoso.
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Sin embargo, ese objetivo está lejos de cumplirse, pues en México el trabajo infantil ha aumentado, pasando de 2.5 millones de menores trabajadores en 2017 a 3.2 millones en 2019. México se comprometió a cumplir con la Agenda 2030, la cual la firmó en 2015, pero el número de casos de trabajo infantil va en aumento.
Según el estudio “Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil”, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 77% de los mexicanos prefiere que los niños trabajen, en vez de delinquir; sin embargo, durante los últimos años, los niños han sido utilizados para colaborar en delitos como robo de pertenencias, asaltos e incluso en el crimen organizado.
Trabajo infantil vergüenza para el país
Alejandro Ángeles Romo, psicólogo con especialidad en sociología, explicó que el aumento de explotación laboral infantil en México es un hecho vergonzoso, pues demuestra un gobierno ineficaz y una sociedad indiferente.
“En la mayoría de los casos los pequeños deben trabajar porque los ingresos familiares no son suficientes, porque el gobierno está fallando… el lugar de un niño es en la escuela, no en una fábrica ni en la calle vendiendo”, Ángeles Romo también comentó que cuando las personas ven a un niño trabajando sólo sienten tristeza o incomodidad momentánea y siguen su camino, en vez de exigir a las autoridades que prohiba el trabajo infantil y regule las sanciones ante los casos de explotación.
De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en México 52.4 millones de mexicanos viven en pobreza y de 2009 al día de hoy la pobreza ha aumentado, pasando de 49.5 millones a 52.4.
El sociólogo comentó que muchas personas señalan a los padres por explotar a sus hijos, pero aunque ciertamente hay personas que explotan a sus pequeños, factores como la pobreza extrema y la necesidad obligan a los pequeños a cooperar para sostener su hogar. Ángeles Romo detalló que existen casos, especialmente en el campo, en los que los niños deben laborar para ayudar a sus padres o aprender el negocio familiar y explicó que en esas situaciones los niños saben que deben ayudar y lo hacen conscientemente.
En otros casos, muchos padres encargan a sus hijos con familiares (abuelos, tíos, primos) o gente de supuesta confianza, para ir a trabajar a la capital o en Estados Unidos y esas personas son quienes comienzan a explotar a los niños o los obligan a cometer actos criminales como un pago por hacerse cargo de ellos. “Los niños son muy utilizados para delitos, pues al ser niños muy pocas veces se sospecha de ellos, por ello es fácil que puedan transportar drogas, cometer robos o ser explotados sexualmente”, aseguró Alejandro Ángeles.
Ángeles Romo subrayó que es bueno que los niños aprendan valores como responsabilidad y compromiso, ayudando en pequeñas labores y así aprendiendo desde pequeños algún oficio; sin embargo, “el exceso de trabajo infantil impide el desarrollo de los niños y jóvenes, pues los hace asumir responsabilidades que no les corresponden y pone a los menores en situaciones vulnerables, y en muchas ocasiones peligrosas”.
Finalmente, el sociólogo afirmó que las penalizaciones por trabajo infantil en México son muy pocas, pues aunque hay cientos de niños en las calles vendiendo o pidiendo dinero, no ocurre nada cuando autoridades se percatan de su situación.
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