Mientras en México se desperdicia alrededor de 20 millones de toneladas de alimento, hay quienes padecen hambre a diario.
En el mundo, al año se desperdicia entre un cuarto y un tercio de los alimentos producidos para el consumo, el equivalente a 1 300 millones de toneladas de alimentos. Dicha cantidad podría ser suficiente para alimentar a 2 mil millones de personas, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Las pérdidas y desperdicios de alimentos suponen uno de los grandes retos pendientes para lograr la plena seguridad alimentaria.
En América Latina y el Caribe, los alimentos que se pierden en los diferentes puntos de venta como los supermercados, ferias y almacenes podrían alimentar a más de 30 millones de personas, es decir, a 64% de quienes padecen de hambre en la región.
La FAO detalla que el porcentaje de desperdicio se da en cada uno de los eslabones por los que pasa el alimento, desde el productor hasta el comprador: a nivel de consumidor ocurre en 28% de los casos; en producción en 28%; en mercado y distribución en 17%; en el manejo y almacenamiento en 22%; y en el procesamiento en 6%.
En ese sentido, el organismo de Naciones Unidas enfocado a erradicar el hambre indica que hay formas de evitar el desperdicio de comida durante cada una de las etapas por las que pasa hasta llegar a manos del consumidor, pero de principio es necesario invertir en infraestructura y en capital físico.
Asimismo, es necesario mejorar la eficiencia de los sistemas alimentarios y la gobernanza, así como establecer alianzas estratégicas entre el sector público y privado como lo son los bancos de alimentos que ya operan en países como Costa Rica, Chile, Guatemala, Argentina, República Dominicana, Brasil y México.
Al rescate del alimento
La comida que se desprecia por algún insignificante defecto y que no afecta el valor nutricional o el producto como tal, es el sostén de miles de personas beneficiarias de los bancos de alimentos cuya labor es rescatar el alimento para combatir el hambre, así como mejorar la alimentación y la nutrición de la población vulnerable en México.
“En México hay alimento suficiente para todos y más. Y si pudiera rescatarse tan sólo la mitad de lo que se produce, tú y yo viviríamos en un país sin hambre”, señala la Red de Bancos de Alimentos de México (BAMX) en un video institucional.
La labor de BAMX se realiza a través de 53 bancos de alimentos en todo el país, ellos se dedican a rescatar alimentos que empresas agrícolas, productoras y comercializadoras no van a vender y son aptas para el consumo humano.
Los bancos de alimentos de México rescatan en promedio apenas 120 mil toneladas de comida al año, y con esa cantidad, que es sólo 2% de lo que se desperdicia, se beneficia a 1 millón 100 mil mexicanos que viven en pobreza. En 2018, se logró rescatar 118 millones 100 mil 231 kilogramos de alimento entre frutas, verduras y alimentos no perecederos.
Dicha ayuda que se envía a las zonas vulnerables, se procura que sea balanceada de acuerdo con la disponibilidad de alimento. Los comestibles no se regalan, los beneficios tienen que pagar una cuota de recuperación que no deberá exceder 10% del valor comercial de los productos, con lo que se recauda los bancos pueden ser autosostenibles.
También lee: La pobreza atenta contra los derechos humanos
En colaboración con empresas del sector alimentario y el gobierno federal, BAMX ha logrado implementar programas enfocados a diferentes sectores de la población.
Con PET-PROSORA, la combinación de Programa de Empleo Temporal (PET) y el Programa Social de Rescate Alimentaria (Prosora) se generar empleos para jornaleros que se dedican a rescatar miles de toneladas de frutas y verduras excedentes del campo mexicano.
Otro de los programas, es Comer en familia en la que se promueve la adecuada selección y preparación de alimentos en familia con el objetivo de cambiar y mejorar los hábitos de alimentación.
En Al Rescate se recupera alimentos preparados en perfecto estado que ya no se entregará a comensales en restaurantes y hoteles.
En México la comida va a la basura y contamina
Del total de basura que se genera en México, más del 50% son desechos orgánicos, es decir, comida, pero no precisamente en estado de descomposición o residuos, sino alimentos que son desechados por alguna razón.
Estos desechos contribuyen a la generación de las emisiones de gases de efecto invernadero, el equivalente a producir 14 millones de carros al año. Además, se estima que en 2020 la basura orgánica sea la quinta fuente generadora de los gases contaminantes en México.
Para darse una idea más clara sobre los desperdicios innecesario en nuestro país hay que tomar en cuenta que más de 11 millones de personas viven en pobreza extrema, lo que en muchas ocasiones significa falta de alimento; según estimaciones del Banco Mundial, la cantidad de alimento que se desperdicia excede la demanda que requiere dicho sector de la población.
Te puede interesar: Lo que comen los niños en el mundo