La reforma política trazada en el plan B del presidente de la República se aprobó, en lo general, en el pleno del Senado con 69 votos a favor y 53 en contra. De esta manera los senadores de PT, PES, Verde Ecologista y por supuesto Morena -a excepción de Ricardo Monreal y Rafael Espino- avalaron el dictamen a pesar de que gran parte de su contenido viola la Constitución.
En una extensa sesión en la que los legisladores subieron a la tribuna para fijar su postura a favor o en contra, no faltaron los desencuentros, las acusaciones de traidor a Ricardo Monreal por parte de sus correligionarios, ni tampoco el toque “chusco” y muy gráfico de la senadora del PAN, Xóchitl Gálvez, quien enfundada en un traje de dinosaurio y con un letrero en el que se leía #JurassicPlan arribó al recinto donde dijo que con estas reformas el presidente pretende retroceder al autoritarismo prehistórico y quienes están en el poder quieren revivir el dinosaurio de elecciones fraudulentas de 1988.
Otro de los momentos álgidos de la sesión fue cuando Ricardo Monreal Ávila, coordinador de la bancada de Morena en el Senado, anunció que presentaría su voto particular en contra de la reforma ya que aseguró que vulnera la Constitución. “Con seriedad atendiendo la doctrina, la jurisprudencia, los principios generales del derecho, afirmo y sostengo que algunas de las normas que pudieran aprobarse esta noche pueden alejarse de los principios constitucionales y esa es mi defensa”, apuntó.
Monreal Ávila indicó que esta decisión la asumía “con toda responsabilidad, incluyendo los desenlaces, las consecuencias o lo que de ello resulte”, refiriéndose de esta manera a su autodescarte para competir por la presidencia de la República por Morena.
“Soy legislador, y es un honor y un privilegio serlo; soy académico y asumo con integridad lo que enseño en las aulas de la División de Estudios de Posgrado de la UNAM y soy político, servidor público, que corre riesgos y asume compromisos con la sociedad”, subrayó.
Lo llevarán hasta la Corte
Previo a la discusión, la senadora del PRI, Beatriz Paredes Rangel, pidió retirar del orden del día la reforma electoral, al afirmar que se había incurrido en faltas en los procesos correspondientes.
De manera puntual detalló diversos vicios que se dieron en el proceso legislativo, por lo que mostró su “preocupación de que el Congreso de la Unión tenga que asumir una secuela de ilegitimidad y desprestigio, simplemente porque se precipitan procedimientos”.
A pesar de sus argumentos su petición fue desechada por Morena y sus aliados quienes, una vez más impusieron su mayoría.
Ya en la discusión de la reforma, el senador panista Damián Zepeda advirtió que se se lograran los votos para aprobar el plan B, los legisladores acudirían a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
En este sentido, Zepeda mandó un mensaje a los integrantes de la Corte:“Basta de estarle haciendo el trabajo scio al presidente de la República. Se requiere una Corte que defienda la Constitución, que defienda a los mexicanos, no al poder”.
Una y otra vez los legisladores de oposición insistieron en el desaseo legislativo y el riesgo para la democracia que aprobar este paquete de leyes implica, uno de ellos fue el exmorenista y hoy senador independiente Germán Martínez, quien afirmó que “Bartlett hizo callar al INE un día, pero ustedes lo quieren hacer callar para siempre”.
Finalmente, al momento de la votación los votos de la oposición integrada por PAN, PRI, PRD, MC, Grupo Plural, no lograron superar a los del partido oficial y sus aliados Partido Verde, PT y PES, quienes a cambio de que se aprobara la cláusula de “vida eterna” que les permitiría seguir como partidos a pesar de la poca representatividad que logren en los comicios, siguió apoyando a Morena.
Al concluir la votación de las reservas, se tiene previsto que el dictamen regrese aprobado a la Cámara de Diputados donde esperan aprobarlo en fast track.
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