Morena: Poder absoluto, oposición perdida

Después del dominio político hegemónico que durante 70 años tuvo un partido único en el poder en México, en el año 2000 se logró la alternancia y un equilibrio de representatividad en los Poderes de la Unión, con lo que se lograba dar paso por fin a la democracia en el país.

Sin embargo, este entorno se trastabilló 18 años después con la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador respaldado por su propio partido político Morena, y consolidándose seis años más tarde al afianzar a su sucesora Claudia Sheinbaum además de conseguir la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión, al tiempo de arrebatar la autonomía a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Con estas acciones la llaga quedó clavada en la vida democrática del país. 

En toda esta trama bajo la filosofía de que el fin justifica los medios, queda claro que Morena hizo su tarea para conquistar el poder y el poder absoluto, pero quien no la cumplió y quedó en deuda con los mexicanos fue la oposición primero por no saber retener los espacios que los ciudadanos le habían confiado en alguna ocasión, sino incluso decepcionando a sus propios militantes, lo que los convierte en cómplices de la pérdida de espacios democráticos.

En toda democracia, la oposición juega un papel fundamental como contrapeso al poder. Su presencia asegura que las decisiones del gobierno en turno sean sometidas a un escrutinio constante, lo que reduce la posibilidad de abusos, fomenta la transparencia y enriquece el debate público. 

Sin una oposición fuerte y articulada, un gobierno puede caer en la tentación de tomar decisiones unilaterales que no reflejen las necesidades y deseos de la población.

Necesidad de los contrapesos

La oposición permite que las democracias sean sistemas inclusivos. Su función no solo es criticar, sino también proponer alternativas, vigilar el uso de los recursos públicos y defender los derechos de las minorías. Además, su existencia garantiza la alternancia en el poder, lo cual es esencial para prevenir el estancamiento político y el surgimiento de liderazgos autoritarios.

El equilibrio de poderes también se logra a través de instituciones autónomas, como el poder legislativo, el judicial y organismos reguladores, que deben actuar con independencia del ejecutivo. Sin embargo, la oposición es una pieza clave en este engranaje, ya que tiene la responsabilidad de cuestionar y frenar cualquier intento de concentración del poder.

Candil de la calle

Ninguno de los tres partidos nacionales de oposición se escapa de escándalos y sobre todo son presa de lo que tanto critican de Morena y los gobiernos que encabeza el partido oficial: falta de democracia, lo que los ha desprestigiado y por lo tanto minimizado en todos los sentidos.

En el caso del otrora partido que tuvo todo el poder durante 70 años, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que gracias a la alianza de los sectores popular, obrero y campesino que lo conformaron durante años y la disciplina política y de acuerdos los mantenía fuertes, se fue diluyendo con el tiempo y apenas el año pasado Alejandro Moreno se reeligió al frente de este instituto político con el gran descontento en sus filas, sobre todo de militantes de larga trayectoria y experiencia política a quienes bloqueo, expulso y a lo menos ignoró para hacerse de la dirigencia nacional.

Algo similar sucedió en el Partido Acción Nacional (PAN), instituto que se distinguió por estar conformado por ciudadanos que se afiliaban libremente y que elegían a su dirigencia de manera democrática ya que contrario a sus orígenes se hacía afiliación masiva para apoyar a determinadas personas.

Además, al padrón de militantes sólo tienen acceso quienes están en la dirigencia y pertenecen al mismo grupo político, lo que les da ventaja frente a sus adversarios internos como sucedió en la más reciente “elección” en la que el candidato del presidente, Jorge Romero Herrera, resultó ganador por la abrumadora votación que al estilo de Morena eran llevados a los comités, donde se les pasaba lista, para que emitieran su voto a favor del flamante dirigente albiazul.

En Movimiento Ciudadano el cambio fue más terso debido a que Dante Delgado Rannauro se retiró de la escena política en 2024 dejando el espacio de la dirigencia a Jorge Álvarez Máynez, sin ningún problema. Sin embargo, este partido ha tenido muchos conflictos internos entre el grupo de Jalisco y el de Dante.

Como es adentro es afuera

Si bien hay ejemplos de debates y bloqueos legislativos impulsados por la oposición, no se ha logrado consolidar como un bloque fuerte y cohesionado. Esto se debe en parte a las divisiones internas entre los principales partidos opositores, como el PAN, el PRI y Movimiento Ciudadano, que a menudo tienen agendas contradictorias.

Para que exista un verdadero contrapeso al poder en México, la oposición debe superar varios retos. Primero, necesita articular una visión clara y unificada que conecte con las demandas de la sociedad. Segundo, debe demostrar integridad y capacidad para gobernar, alejándose de las prácticas que han generado desconfianza entre los ciudadanos.

Por otro lado, también es esencial fortalecer las instituciones democráticas y garantizar su independencia. La ciudadanía también tiene un papel clave al exigir mayor transparencia, participación y rendición de cuentas, tanto al gobierno como a la oposición.

¿Crees que las inconsistencias e incongruencias de la oposición ayudan a legitimar el poder de Morena?

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