El Plan Nacional de Desarrollo de AMLO promete un México sin violencia, sin corrupción, donde no habrá hambre ni pobreza.
Para administrar un país se requiere más que buenas intenciones, se necesitan estrategias y planes que hagan uso eficaz de recursos en el corto, mediano y largo plazos; que sirvan para llevar el bien común a todos los sectores de la sociedad, es por ello que la ley establece que cada gobierno al entrar en funciones elabore y presente a la nación un Plan Nacional de Desarrollo (PND).
En cumplimiento a lo mandatado en el Artículo 26 de la Constitución que a la letra señala que “el Estado organizará un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional que imprima solidez, dinamismo, competitividad, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la independencia y la democratización política, social y cultural de la nación”, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó, al límite del plazo fijado, el PND que será a directriz de su administración.
El documento entregado a la Cámara de Diputados el 30 de abril, pareciera un ideario y carta de buenas intenciones que al carecer de un diagnóstico de las problemáticas que aquejan al país, no contiene proyectos sino simplemente está enmarcado en el discurso antineoliberal y socialista que López Obrador ha manejado durante años y su intención por darle un giro de 180 grados a las políticas públicas establecidas hasta el sexenio pasado.
En el comunicado 021 emitido por la Secretaría de Hacienda el 15 de marzo, se indica que “El PND 2019-2024 marcará el rumbo de las políticas que servirán para transformar la vida pública del país y construir un nuevo pacto social cuyo objetivo último sea el bienestar de todas y todos”, lo que resulta difícil visualizar en el documento que supuestamente fue el resultado de foros que el gobierno federal realizó con diversos representantes de sectores de la sociedad para elaborar dicho plan.
El documento está dividido en 5 apartados: Presentación, Política y Gobierno, Política Social, Economía y Epílogo: Visión 2024, y contiene 12 principios rectores que son: Honradez y honestidad. No al gobierno rico con pueblo pobre: Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie. Economía para el bienestar. El mercado no sustituye al Estado. Por el bien de todos, primero los pobres. No dejar a nadie atrás, no dejar a nadie fuera. No puede haber paz sin justicia. El respeto al derecho ajeno es la paz. No más migración por hambre o por violencia. Democracia significa el poder del pueblo. Ética, libertad, confianza.
Mundo de caramelo
El Plan Nacional de Desarrollo (PND) ofrece una perspectiva a seis años de un México de ensueño. De acuerdo con el documento “el Ejecutivo Federal tiene ante sí la responsabilidad de operar una transformación mayor en el aparato administrativo y de reorientar las políticas públicas, las prioridades gubernamentales y los presupuestos para ser el eje rector de la Cuarta Transformación, una tarea de alcance histórico que involucra al país entero y que habrá de aportar al mundo puntos de referencia para la superación del neoliberalismo”.
Gracias a las estrategias presentadas en el PND en el 2024 “nadie padecerá hambre, la pobreza extrema habrá sido erradicada, no habrá individuos carentes de servicios médicos o de medicinas y los adultos mayores recibirán pensiones justas y podrán vivir sin estrecheces materiales”.
Asimismo, “habrá cesado la emigración de mexicanos al exterior por causas de necesidad laboral, inseguridad y falta de perspectivas”.
Escrito está que “para entonces (2024) la delincuencia organizada estará reducida y en retirada. Los jóvenes no se verán empujados a las conductas antisociales y se privará a la criminalidad del semillero de nuevos integrantes que hoy representa la exclusión de los jóvenes del estudio y el trabajo”.
Señala que ”el país habrá alcanzado el objetivo de crear empleos suficientes para absorber la demanda de los jóvenes que se estén incorporando al mercado laboral”.
Y asegura que ”los salarios habrán logrado en un sexenio una recuperación de cuando menos 20 por ciento de su poder adquisitivo, el mercado interno se habrá fortalecido y habrá en el país una mejor distribución de la riqueza y del ingreso”.
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Medición de resultados
Una vez presentado el PND deberá ser aprobado por el Congreso de la Unión con lo que posteriormente las diversas dependencias gubernamentales deberán elaboran planes y programas a fin de cumplir las metas establecidas.
La dependencia encargada de evaluar el desarrollo y alcance de los programas derivados del PND es el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), organismo público descentralizado de la Administración Pública Federal, con autonomía y capacidad técnica para generar información objetiva sobre la situación de la política social y la medición de la pobreza en México, que permita mejorar la toma de decisiones en la materia.
Cabe recordar que la administración encabezada por López Obrador, recortó 7 por ciento de su presupuesto respecto a 2018, lo que repercutirá en la elaboración de estudios y mediciones de los planes y programas del gobierno federal.
Lo que no se mide no se conoce, lo que no se conoce no existe, por lo pronto el PND 2019–2024 es un ideario contra el neoliberalismo y con la finalidad de implantar el socialismo en México sin que claridad de como conseguirán abatir la inseguridad, la corrupción o lograrán dar un digo nivel de vida a todos los mexicanos, habrá que esperar a 2024 para saber si el país que López Orador soñó y plasmo en este plan se convierte en realidad.
Aquí puedes consultar el Plan Nacional de Desarrollo 2019–2024: http://gaceta.diputados.gob.mx/PDF/64/2019/abr/20190430-XVIII.pdf
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