El 2023 será un año de “alto riesgo político” marcado por la creciente radicalización del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyos principales objetivos son asegurar el triunfo de Morena en 2024 y, con ello, garantizar la continuidad de su proyecto político, advierte un análisis de la consultoría Integralia.
Añade que para alcanzar los propósitos del mandatario es previsible que el oficialismo pondrá en marcha acciones para debilitar a los contrapesos del Ejecutivo, a las autoridades electorales y a las oposiciones, al tiempo de exacerbar la polarización e intensificar las movilizaciones sociales con fines político-electorales. “En consecuencia, será un año de riesgo político alto”.
De acuerdo al análisis titulado Diez riesgos políticos para 2023, Integralia identificó algunas situaciones que podrían influir en el entorno de negocios y la estabilidad democrática del país.
Según Integralia, los dos asuntos con “muy alta” probabilidad de riesgo que asechan al país son, en primer lugar, que el oficialismo intensifique los embates contra la autonomía y eficacia del Instituto Nacional Electoral (INE), y en segundo término, que los grupos criminales aprovechen los procesos electorales para imponer o extender acuerdos con las nuevas administraciones a fin de operar con impunidad.
Con respecto a la intromisión de la delincuencia organizada en los procesos electorales, Integralia advierte que “los actores locales son especialmente vulnerables, pues detentan el poder a nivel territorial. Ante la debilidad del Estado de derecho, las elecciones de 2023 y el inicio del proceso electoral de 2024 aumentan la probabilidad de violencia política y electoral contra actores políticos y funcionarios públicos. Esto puede agravar la inseguridad pública y la ineficacia gubernamental”.
Por otra parte, el reporte considera que hay cinco temas en los que existe un “riesgo alto”. El primero de ellos se refiere a las tensiones comerciales con Estados Unidos y Canadá, por diversas disputas en el marco del T-MEC, lo que derivan en deterioro económico e incertidumbre jurídica, especialmente por la política energética y la prohibición de importación de maíz transgénico.
En este sentido, señala que “de instalarse paneles de controversias en 2023, México tendría altas probabilidades de perder en ambos temas, lo que resultaría en afectaciones y riesgos para la inversión privada”.
Otro de los rubros de alto riesgo está marcado por la hegemonía regional de Morena, lo que se agudiza con el triunfo electoral en al menos una de dos entidades federativas en disputa este año (Estado de México y Coahuila), con lo que aumenta el riesgo de concentración de poder e ineficacia gubernamental.
Los otros tres temas considerados en la categoría de alto riesgo está la creciente militarización; el aumento de la percepción y ocurrencia de corrupción, así como la omisión de fortalecer las capacidades institucionales para combatirla y, por último, la intensificación de los actos anticipados de precampaña a la presidencia de la República por parte de Morena.
En la calificación de “riesgo medio”, Integralia consideró tres temas: los ataques del presidente contra el Poder Judicial de la Federación; el efecto que ocasionaría para México una recesión en Estados Unidos, y por último, la vulnerabilidad de las finanzas públicas.
Sobre los ataques contra el Poder Judicial, el análisis destaca que tienen la finalidad de asegurar que no se revoquen leyes, decretos y políticas de dudosa constitucionalidad que son clave para el presidente, como la reforma electoral, la militarización, las políticas de “austeridad”, el magisterio educativo, entre otros, con lo que asegura que “aumenta los riesgos de concentración de poder e incertidumbre jurídica”.
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