La Plaza de la Constitución en el Zócalo capitalino se pintó de rosa. Una vez más miles de mexicanos salieron a manifestarse en Ciudad de México en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), en contra del “plan B” impulsado por el Ejecutivo y aprobadas en el Congreso de la Unión por Morena y sus aliados y con la intención de que los jueces de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) hagan respetar la ley y echen para atrás las reformas electorales.
La marea rosa de jóvenes, niños, adultos y personas de la tercera edad avanzaba por las calles aledañas al Zócalo, todos con ánimo, todos alegres, todos en orden. Unos a coro gritaban “el INE no se toca”, otros repartían globos o mostraban cartulinas y pancartas exigiendo frenar el plan B.
El cielo azul, limpio, sin nubes, permitió que el sol se manifestara en todo su esplendor y a pesar de los intensos rayos que quemaban la piel, la gente no desfalleció, por el contrario se apresuraba a llegar a la Plaza Mayor para sumarse a quienes ya estaban en el lugar y para escuchar los discursos de la periodista Beatriz Pagés Rebollar y el ministro en retiro José Ramón Cossío Díaz.
El majestuoso Zócalo de Ciudad de México, que en esta ocasión lució sin la bandera monumental y con un Palacio Nacional blindado con vallas especiales, esperaba impaciente inundarse de la marea rosa, lo que poco a poco fue sucediendo hasta que ya no cabían más personas, quienes tuvieron que quedarse en las calles aledañas inundándolas también.
El templete fue colocado a un costado de Pino Suárez, calle que alberga la sede de la SCJN, pues el mensaje de los ciudadanos es para los ministros a quienes les corresponderá decidir si avala las reformas en materia electoral que empoderan al actual presidente pasando sobre la propia Constitución, o bien, no deja pasar al “plan B” defendiendo con ello la democracia y su principal baluarte institucional: el INE.
Previo a los discursos, el orador principal destacó que bajo el pretexto del ahorro, el presidente del país quiere recortar recursos al INE cuando en los hechos el árbitro electoral no gasta más del 0.2 por ciento del presupuesto general el cual, en su mayoría se ha ido a las megaobras, a lo que la multitud respondió con un gran abucheo.
Antes de iniciar los discursos se pidió que los asistentes hicieran dos grandes olas, la primera que corrió de la catedral hacia el Palacio del Ayuntamiento y la otra en contradirección, a lo que animosamente todos los asistentes respondieron e hicieron una gran ola rosa.
Quienes coincidían en la manifestación aún sin conocerse intercambiaban las razones que los llevó hoy a la Plaza de la Constitución:
– Me fascina que estemos juntos. ¡Qué hermosos que estemos codo con codo! Que estemos unidos para hacer presión, decía una de las asistentes.
– Somos muchos los ciudadanos que estamos en contra de la antidemocracia y juntos esperamos seguir en el camino que nos lleva a la democracia, aseguraba otro.
-No podemos depender de la decisión de un solo hombre, por eso venimos hoy aquí a manifestarnos, añadía uno más.
En el evento se juntaron firmas que serán hechas llegar a los jueces expresando el desacuerdo de los ciudadanos contra la aprobación del “plan B”, en la que no terminaban las filas para anotarse.
Algunas personas llevaban flores para colocarlas en las escalinatas de la entrada del recinto de la SCJN como un mensaje más para los ministros a fin de que atiendan el llamado ciudadano que quiere paz y democracia en México.
Varios asistentes cuestionados por Yo Influyo sobre si confiaban en que si esta manifestación ciudadana sería tomada en cuenta por los ministros, aseguraron confiados en que sí.
Y no faltó la creatividad con la que se pedía, principalmente a la presidenta de la SCJN, que no pasen las reformas que atentan contra la democracia y con un cartel en donde estaba dibujada una piña, en alusión a la nueva presidenta de la Corte, Norma Lucía Piña Hernández, se podía leer “sé suprema”.
Al final de la manifestación, la Plaza de la Constitución se cimbró cuando los presentes entonaron el Himno Nacional y quienes llevaban sus banderas de México las ondearon con orgullo con la esperanza de que la democracia siga inundando al país.
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