Cuando no existen condiciones de seguridad, orden y paz la comunidad se destruye. Vivimos en un estado que está a punto de colapsar y ahogarse en sangre por esa inoperancia para garantizar seguridad a la sociedad.
Durante las últimas tres décadas, la inseguridad en México se ha agravado de manera paulatina, pues van cuatro años consecutivos que en los se han registrado más de 30 mil homicidios por año, a pesar de ello no existe ninguna política pública nueva ni diferente en esta materia, por lo que esta problemática no disminuirá por las acciones de los gobiernos, salvo que haya otro factor que influya, aseguró Herminio Sánchez de la Barquera y Arroyo, decano de Ciencias Sociales de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
Sánchez de la Barquera lamentó que en México ya nos estamos acostumbrando a la desgraciada y trágicamente a escuchar noticias que conmoverían a una nación entera, como ejemplo mencionó que recientemente en Alemania fueron asesinados dos jóvenes policías y este hecho perturbó a toda esa nación, pero en México vemos que todos los días se cometen asesinatos no sólo de policías, sino también de periodistas, de gente de a pie o niños, nos enteramos de que se encontraron cadáveres de personas encostaladas, colgadas o decapitadas y esto ya no cimbra al país, pasa la conmoción y otra vez a lo mismo, porque viene otra matanza y mientras el presidente de la República asegura que esto ya no sucede.
Destacó que la sociedad mexicana está perdiendo esa capacidad de asombro y enojo, de exigir que mejoren las cosas, se ve la falta de seguridad como algo normal y eso es lo peor que le puede pasar a una sociedad, que asuma ese tipo de males como algo normal, como algo con lo que se tiene que vivir y que no tiene remedio.
El catedrático advirtió que otro gran problema es la militarización de los mandos policíacos, en este sentido destacó que ha sido el mismo López Obrador quien ha recomendado poner al frente de las policías municipales y estatales a mandos militares.
Frente a esta situación, cuestionó la incapacidad de formar policías civiles, científicas en los estados y municipios, además de que aseguró que los datos de la creciente inseguridad demuestran que la militarización de las policías no está funcionando.
Resaltó que la mera presencia policíaca, sea local o federal, no inhibe los delitos, como demuestran los hechos de lo que sucede en el estado de Zacatecas a donde a pesar de que en los últimos días se ha incrementado la presencia de la Guardia Nacional, han aumentado los delitos y homicidios.
Sánchez de la Barquera advirtió que la inseguridad en México no se resolverá solamente con plantar más botas en el terreno, sino que es necesario fortalecer a las policías civiles, locales, municipales y a la de los estados, además de que no se puede estar acentuando una militarización que no solamente está golpeando al país sino a sus fuerzas armadas y sin resolver este problema.
Por su parte, Juan Pablo Aranda Vargas, director de Formación Humanista de la UPAEP, expresó que cualquier estado democrático tiene que reconocer cuáles son sus funciones y cuáles no lo son.
Al agregar que el estado no moraliza, no es generador de ideologías y mucho menos está para adoctrinar a la sociedad. Las funciones por excelencia del estado, dijo, son brindar seguridad, orden y paz. “El estado no fue creado para traer el cielo y la tierra, ese tipo de proyectos no han funcionado históricamente, el estado está hecho para ofrecer seguridad, orden y paz”.
Indicó que cuando no existen estas condiciones de seguridad, orden y paz, la comunidad se destruye y hoy en día, lo que estamos viviendo es un estado que está a punto de colapsar y estar ahogado en sangre por esa inoperancia para garantizar seguridad a la sociedad.
Aranda Vargas apuntó que el gran peligro que estamos viviendo ahora es que la sociedad se está enfermando, se está degenerando por esa falta de seguridad y se puede observar por todos lados, el estado no puede exigir obediencia sino está dando lo básico, que es orden, seguridad y paz.
Agregó, “cuando vemos la presencia de los grupos de autodefensa que ha sido un problema por décadas, cuando la gente se levanta y dice que sólo ellos se pueden defender porque el estado no está haciendo nada, tenemos un estado que está caminando hacia el estado fallido y ese es un tema que al estado le debe preocupar de manera total, ya que el estado debe tener ese control y hoy en día no lo tiene”.
Advirtió que el estado está perdiendo el control y la obediencia de los ciudadanos, porque la gente no obedece la ley cuando siente que el estado está rebasado, lo podemos ver con acontecimientos como la toma de casetas, la violencia que se vive en algunos estados del país; y como consecuencia, la sociedad se está enfermando de una manera brutal hasta llegar al hartazgo social.
Por último, dijo que la democracia de un país no puede funcionar sin la participación de la ciudadanía, sin la confianza de las personas, sin la colaboración entre los ciudadanos, entre las organizaciones civiles.
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