La violencia está imparable, el gobierno la niega y no hace nada. Gracias a una nota de Forbes nos enteramos de que suman 50 los asesinatos vinculados a las elecciones, de las 50 víctimas hay 26 que eran aspirantes un cargo de elección popular mientras que el resto eran familiares o funcionarios.
La organización Laboratorio Electoral documentó 50 asesinatos relacionados con las elecciones del próximo 2 de junio en México con lo que ya supera los 43 homicidios de las anteriores elecciones presidenciales del 2018, esto según un informe publicado este martes pasado, y eso que aún faltan los dos meses más intensos de campaña.
En total esta organización registró 156 agresiones a personas relacionadas con los comicios, en las que, además, de los asesinatos hay nueve secuestros, 22 atentados y 75 amenazas. Esto es una locura, pero a esto hay que agregarle dos elementos que lo hacen aún peor: el primero, es que el presidente y su candidata se la pasan negando la violencia y dicen que el país está en paz, porque su estrategia de seguridad ha funcionado de maravilla. No hay manera de atender y resolver un problema si los responsables de atenderlo se la pasan negándolo.
A esto se suma otra cosa peor, el manejo ruin e inhumano por parte del gobierno cuando estas agresiones se generan en ciudades o estados gobernados por Morena las reacciones de contención del escándalo para aminorar el golpe, contener la imagen: “no utilicen electoralmente la tragedia”, dicen desde el gobierno, desde la campaña de Claudia, y desde todo este aparato del obradorato de propaganda haciéndose las víctimas frente a todas aquellas personas que exigimos cuentas y que exigimos soluciones, pero apenas se da una agresión en algún lugar gobernado por la oposición como Guanajuato son el propio presidente, Claudia y todo el obradorato los primeros en utilizar electoralmente la tragedia, como sucedió con el asesinato de la candidata de Morena en Celaya, Guanajuato, hace apenas un par de días.
Estas dos ruines e inhumanas reacciones de lobradorato, negar la violencia y utilizarla electoralmente como un instrumento para golpear a la oposición, es la renuncia absoluta de la obligación que tiene el gobierno en turno para brindar seguridad a todos los mexicanos.
Como sociedad no podemos volver a tolerar nunca más un gobierno que prometa paz, entregue el sexenio más violento de la historia y niegue la realidad, pero utiliza la violencia para fines electorales cuando les conviene.
Sí, los que durante años contaron muertos los que durante años, señalaron a expresidentes como asesinos por la violencia que se daba en las calles, por la violencia que se generaba entre bandas del crimen organizado. Sí, los que dijeron que tenían todas las soluciones para la paz, hoy niegan la violencia que ya llegó a niveles récord 183 mil homicidios solo en lo que va de este sexenio que ya es más que la suma completa de los sexenios de Fox y de Calderón, estas personas que tenían todas las soluciones a todos los problemas hoy niegan la violencia, pero peor cuando les conviene la siguen utilizando para fines electorales. Esto es ruin e inhumano, y esto nos pone en peligro a todos.
Tenemos que exigir que la próxima presidenta de México no solo resuelva el problema, sino que la paz se convierta en la única forma viable de vivir y la violencia nunca más pueda ser utilizada para fines electorales.
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