Las ciudades más competitivas donde habitan más de un millón de habitantes son el Valle de México y Monterrey, destaca un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
“México es uno de los 10 países con mayores pérdidas por desastres. Entre 2000 y 2018, el costo de los fenómenos que afectaron al país ascendió a más de 40 mil millones de dólares”, destaca el Índice de Competitividad Urbana 2020, Ciudades Resilientes, elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
El informe afirma que la actual pandemia reafirma que hacer frente a los riesgos y desastres naturales es una tarea compleja, y las distintas capacidades, vulnerabilidades y situaciones que enfrentan las zonas metropolitanas de nuestro país condicionan la efectividad de nuestra respuesta ante la incertidumbre.
De acuerdo al análisis del IMCO, las ciudades mexicanas son el motor económico del país, ya que en estas se concentra el 64 por ciento de la población y el 87 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Por ello, la gestión de riesgos se vuelve un elemento fundamental para la política de desarrollo urbano. “No puede haber ciudades competitivas sin una atención integral de los riesgos y desastres. Lo sabíamos desde tiempo atrás, y la situación actual solo ha reforzado esta noción”, subraya.
El estudio indica que desde 1990 se ha incrementado la frecuencia con la que ocurren los desastres, poniendo en riesgo la viabilidad misma de las ciudades, por lo que pone énfasis en que “la planeación urbana que se lleve a cabo deberá considerar los riesgos potenciales y vulnerabilidades existentes, y requerirá de políticas públicas basadas en evidencia. Al fin de cuentas, una ciudad competitiva es una ciudad resiliente”.
Se trata de una realidad que pondrá a prueba a cada una de las ciudades del país y que requerirá de intervenciones institucionales y presupuestales efectivas y eficientes. La construcción de resiliencia brindará beneficios en el corto y en largo plazo. Para lograrlo, el IMCO analizó cuál es la situación de la gestión integral en las ciudades mexicanas.
Desde hace 10 años, el IMCO lleva a cabo la medición del Índice de Competitividad Urbana (ICU) 2020, el cual mide la capacidad de las ciudades mexicanas para generar, atraer y retener talento e inversiones. Este índice evalúa a 73 ciudades a partir de 70 indicadores que están agrupados en 10 subíndices.
El ICU 2020 reconoce las distintas dinámicas y complejidad de las zonas urbanas, por ello los resultados se presentan por tamaño de población y se dividen en seis niveles de competitividad: Alta, Adecuada, Media alta, Media baja, Baja y Muy baja.
Entre los principales hallazgos encontrados en la investigación, destaca que las ciudades con más de un millón de habitantes, las más competitivas son el Valle de México y Monterrey, las únicas que fueron evaluadas por obtener un nivel de competitividad alto.
Por otra parte, entre las ciudades con menos de un millón de habitantes, pero más de 500 mil, las cuatro más competitivas son Saltillo, Durango, Mazatlán, Hermosillo. En lo que corresponde a las que tienen más de 250 mil y menos de 500 mil habitantes, las tres más competitivas son Piedras Negras, Guaymas y Nogales.
De acuerdo al IMCO, estos resultados demuestran que la zona norte del país cuenta con las mejores características económicas, ya que tienen: el mayor crédito a empresas, el mayor número de sectores presentes en su economía y el mayor porcentaje de su producción se encuentra en sectores de alto crecimiento.
Asimismo, el análisis encontró que las mejores ciudades para trabajar por cada tamaño de población son Monterrey, Chihuahua, Monclova-Frontera, Nogales. Estas ciudades cuentan con los mayores salarios, con jornadas laborales cortas, la mayor oferta de trabajos con prestaciones de ley y en grandes empresas.
En lo que corresponde a las mejores ciudades para estudiar destacan San Luis Potosí, Xalapa, Ciudad Victoria, Rioverde. Estas ciudades cuentan con el mayor rendimiento académico, amplia cobertura educativa, alto grado de escolaridad y mayor oferta de posgrados de calidad.
Mientras que las mejores ciudades para invertir fueron Mérida, Hermosillo, Ciudad del Carmen, Guaymas. Estas ciudades cuentan con mayor acceso a internet, oferta en créditos a empresas, baja incidencia delictiva y alta percepción de seguridad.
En cuanto a la inseguridad y violencia se observó que las entidades que tienen mayores índices son las del centro del país, donde se presenta: la mayor tasa de robo de vehículos y homicidios, la menor percepción de seguridad de su ciudadanía y la incidencia delictiva más alta.
En cuanto al sistema de derecho confiable y objetivo, Mérida resultó ser la ciudad en la que su población afirmó sentirse más segura en la calle (71 por ciento).
Por lo que toca el rubro de sociedad incluyente, preparada y sana, la brecha entre los ingresos promedio de los hombres y las mujeres en las ciudades fue del 24 por ciento.
En lo que corresponde a los gobiernos eficientes y eficaces, el estudio encontró que en promedio sólo el 15 por ciento de los ingresos de las ciudades proviene de fuentes propias.
Al evaluar las ciudades que mantenían una economía estable, se observó que en promedio las ciudades generaron el 27 por ciento de su PIB en sectores de alto crecimiento.
Aprovechamiento de las relaciones internacionales. En promedio las ciudades fronterizas recibieron 35 por ciento más de inversión extranjera directa neta con respecto al resto de ciudades.
Te puede interesar: Mujeres en desventaja para adquirir vivienda: Infonavit