Que más mujeres se sumen a la economía genera autonomía económica para ellas, ahorro y más ingresos para los hogares, mayor rentabilidad para las empresas y crecimiento económico para México: IMCO.
De las 32 entidades del país, en 30 no existen condiciones laborales óptimas para las mujeres, revela el estudio Estados #ConLupaDeGénero del Instituto Mexicano para la Competitividad, por lo que considera que el mayor desafío es generar incentivos para mejorar las condiciones laborales para el sector femenino a través de mayores ingresos, participación en puestos de liderazgo y políticas de flexibilidad que sean compatibles con las múltiples responsabilidades que ellas asumen.
Las disparidades a las que se enfrentan las mujeres frenan el potencial económico del país y limitan la autonomía de las propias mujeres. En este sentido, uno de los hallazgos del estudio muestra que hay algunos estados como Colima que la tasa de participación económica femenina es de casi 56 por ciento, similar a la de Estados Unidos. Sin embargo, hay otras como Chiapas, cuya tasa (31 por ciento) es similar a la de Turquía.
El estudio Estados #ConLupaDeGénero revela que en promedio las entidades obtuvieron 43 de 100 puntos en la evaluación de 18 indicadores que miden las condiciones laborales para las mujeres.
El análisis del IMCO indicó que aunque todas las entidades enfrentan grandes retos para garantizar que las mujeres permanezcan en la economía, los lugares donde existen mejores condiciones laborales son Ciudad de México, Baja California Sur, Baja California, Colima y Nuevo León.
Entre las condiciones laborales que favorecen al sector femenino en estas se observó que existe menor desigualdad en el tiempo que dedican al trabajo no remunerado, de esta manera el estudio resalta que “una mujer que vive en alguna de las cinco mejores entidades dedica en promedio 68 por ciento más horas a tareas del hogar y de cuidado en comparación con el tiempo que dedica un hombre. A nivel nacional está desigualdad alcanza 72 por ciento.
Asimismo, en estas entidades se prepara mejor al talento femenino. La mitad de las mujeres de 18 años o más tienen al menos estudios de preparatoria en comparación con 41 por ciento a nivel nacional.
Además, hay menos mujeres en la informalidad, 43 por ciento de ellas están ocupadas en este sector, en comparación con 55 por ciento a nivel nacional.
El estudio señala que tanto la entidad en la que viven como la etapa profesional en que se encuentran son determinantes en la participación de las mujeres en el mercado laboral.
En este sentido, destaca que los estados que tienden a tener menor desigualdad en la distribución del trabajo no remunerado son Yucatán, Baja California Sur y Baja California.
En lo que corresponde a la permanencia, las tres entidades con mejor desempeño en este pilar son Nuevo León, Ciudad de México y Aguascalientes. Sin embargo, en estos se enfrentan retos importantes como una alta brecha salarial, baja cobertura en educación en la primera infancia y un número alto de mujeres con jornadas laborales largas.
Por otra parte, señala que en cuanto al crecimiento, las tres entidades con mejor desempeño fueron Colima, Ciudad de México y Baja California Sur. Estos estados tienden a tener mayor participación política de mujeres en puestos de liderazgo como en las alcaldías, las presidencias clave de los congresos estatales y titulares en instituciones de los gobiernos estatales.
El IMCO consideró que las entidades son clave para lograr cambios en la participación de las mujeres en la economía, por lo cual destaca que es importante que los gobiernos estatales atiendan el principal desafío que es generar incentivos para ofrecer empleos de calidad que permitan a las mujeres continuar en la economía remunerada.
Asimismo, el estudio resalta que el hecho de que más mujeres se sumen a la economía se traduce en beneficios como: autonomía económica para ellas, ahorro y mayores ingresos para los hogares, mayor rentabilidad para las empresas y crecimiento económico para México.
A este respecto, el IMCO enlistó cuatro propuestas:
1. Avanzar hacia la aprobación y asignación de presupuesto para un Sistema Nacional de Cuidados asequible y de calidad.
2. Generar incentivos para que las empresas implementen políticas vida-trabajo para sus empleados.
3. Desarrollar habilidades en las niñas y mujeres para que mejoren sus oportunidades en el mercado laboral.
4. Incentivar la corresponsabilidad de cuidado en la primera infancia a través de permisos de paternidad extendidos.
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