El que una sociedad pueda votar entre diferentes opciones políticas de manera pacifica y democrática, y ten-ga múltiples opciones de partidos y candidatos para un puesto de elección popular, habla de una sociedad con madurez política, la cual fortalece la democracia.
Desde que la democracia en México comenzó su desarrollo y se logró la pluralidad política, la sociedad en México jamás había estado mas dividida. Hoy la política esta polarizada por múltiples motivos que van desde las decisiones hegemónicas que realiza el grupo en el poder, hasta la actual pandemia provocada por el CO-VID-19. Al estar a escasos 9 meses de las elecciones intermedias, los votantes comienzan a evaluar la actua-ción de los actores políticos y a formar un criterio para tomar la decisión de por cual partido votaran o si vota-ran.
Para el partido político en el poder es esencial una sociedad en calma, la cual le permita continuar con su estrategia y aspirar con la continuidad al terminar su periodo. Pero para los partidos de oposición al observar que existe una polarización tan marcado como la que impera hoy en día, es un indicador y un área de oportu-nidad para atraer a los ciudadanos inconformes con el gobierno, y que estos decidan depositar su confianza y su voto en el cambio.
La tarea de los partidos políticos y sus candidatos se resume a obtener el voto de los ciudadanos para ganar las elecciones y obtener cargos de elección popular. Por ello los partidos buscan ganar la confianza y la sim-patía de los votantes, para que estos decidan votar en favor de ellos; y si los partidos llegan a realizar un buen trabajo durante su gobierno, logren ganar un militante que los respalde y defienda, y hasta realice pro-selitismo por ellos.
El voto y la democracia
El que la sociedad pueda votar entre diferentes opciones políticas de manera pacifica y democrática entre varias opciones de partidos y candidatos para un puesto de elección popular, habla de una sociedad con madurez política, la cual fortalece la democracia. Si bien en México se practica el voto libre y secreto desde hace muchos años, apenas en los últimos 30 años es que se han logrado avances significativos a la hora de votar y elegir a los gobernantes. Ya que por poco mas de 70 años un solo partido concertaba todo el poder y tomaba todas las decisiones dentro del país. El cual no permitía que se generara una competencia real en las elecciones y designaba a sus sucesores sin importar las votaciones.
Para que la democracia continúe con su desarrollo es vital que se cumpla con la igualdad política, es decir que todos los votos valgan y cuente por igual, sin importar quien lo haya emitido y las condiciones del votante. Sin embargo, también es una realidad que para algunos sectores de la sociedad es mas sencillo emitir su voto de manera libre, secreta, informada y sin coerción que para otros.
En los sectores donde existe una mayor desigualdad, tanto económica como social, que tienden a ingresos bajos y es más difícil acceder a las urnas el día de la votación. Es más probable que sea vulneren la voluntad del voto por grupos afines a algún partido político, o hasta por los miembros de los mismos, al amedrentar a los ciudadanos con quitarles algún beneficio o recurso determinado si cierto partido o candidato no gana la elección en esa demarcación. O directamente se aprovechan de los bajos recursos de los ciudadanos para comprarles el voto en favor de un partido o candidato; volviendo a la premisa de que todos los votos valen y cuentan por igual, el voto que fue comprado o amedrentado cuenta igual que el de un ciudadano que ejerció su derecho libremente. En estos casos el voto pierda todo su sentido de representatividad y de manifestar el deseo real del votante ya que fue corrompido en favor de una tercera persona.
Mientras que los sectores donde existe una menor desigualdad económica y social, con ingresos estables y de fácil acceso a las urnas el día de la votación, es menos probable que existan este tipo de comportamien-tos. Aún así, no se descarta la presencia de estos grupos o partidos políticos que busquen conseguir votos a favor de su candidato de forma ilegal. Una sociedad que se caracterice por tener una gran desigualdad entre su poblacional difícilmente será capaz de alcanzar una democracia plena.
La alternancia en México
El que un país cuente con el derecho libre al voto, automáticamente lo vuelve más democrático, más plural y sano, políticamente hablando. Debido a que, mediante las votaciones, si un gobierno realiza una mala admi-nistración, existe la posibilidad de votar para que un partido diferente ostente el cargo. Con la alternancia se generan candidatos y políticos más preparados para los puestos y se fomenta una comunidad política partici-pativa. Pero es indispensable el que el país cuente con los recursos e instituciones necesarias para garantizar la voluntad del pueblo. Ya que de nada sirve toda la libertad política si no se cuentan con las medidas nece-saria para llevar acabo votaciones y garantizarlas.
Durante varias décadas en México, a pesar de ser un país democrático, se caracterizo por un sistema autócra-ta bajo la voluntad de un único partido, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual tenia el dominio absoluto de la política en el país. Los demás partidos participaban en las elecciones sabiendo de que no te-nían posibilidad de ganar. Fue gracias a la presión ciudadana, junto con la creación de Instituciones capaces de garantizar las elecciones, que paulatinamente la ciudadanía fue confinado cada vez más en las eleccio-nes. Logrando una mayor participación ciudadana haciendo al país más democrático y plural políticamente hablando.
Mediante la creación de reformas electorales más equitativas, plurales y democráticas, se garantizo que las elecciones se realizaran en un marco más imparcial y justas. Se invirtieron recursos con la finalidad de ir cons-truyendo gradualmente instituciones y mecanismos que garantizaran las elecciones. Por ejemplo la creación del Instituto Federal Electoral (IFE) en 1990, instituto encargado de realizar las elecciones federales; la crea-ción del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) en 1990, quien establece todas las prerrogativas, a las que tienen derechos los partidos políticos, así como sus obligaciones; y la crea-ción del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), en 1996, organismo encargado de resolver controversias en materia electoral y proteger los derechos político-electorales de los ciudadanos. Por mencionas algunos ejemplos.
Con la creación de las reformas electorales y las Instituciones se abrieron nuevas posibilidades para la política en México. Ya que no solo se dio confianza a los electores para garantizar su voto, se le dio la oportunidad a otros partidos de una votación más equitativa en las cuales sí podrían obtener el triunfo. Y la oportunidad a nuevos partidos políticos de contender en las elecciones, lo que significo una mayor pluralidad política.
Con la existencia de nuevas Instituciones capaces de garantizar la legalidad y la transparencia de las leccio-nes la desconfianza que existía por parte de los mexicanos hacia las elecciones comenzó a disminuir paulati-namente. Aumentando la cantidad de votos en las elecciones, con lo que se logró la alternancia en diversas gubernaturas del país, consiguiendo que por primera vez en la historia el PRI no tuviera la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados (1997), y finalmente en el año 2000, que Vicente Fox (PAN) ganara las elecciones presidenciales con un histórico 63.97% de participación ciudadana, generando por fin la alternancia en Méxi-co.
Lo anterior, son pruebas contundentes del poder voto, y de la necesidad de Instituciones capaces de garanti-zarlo. Con el resultado de las elecciones del 2000 se demostró que las instituciones electorales funcionaban y que la voluntad popular podía expresarse con mayor libertad. Los resultados permitieron que los distintos ac-tores políticos y la sociedad confiaran en la imparcialidad, equidad y limpieza de los procesos electora-les. Finalmente, los votos se podían traducir en democracia electoral.
La sociedad depositó sus esperanzas en la democracia y en las Instituciones, partidos y actores políticos, exigiendo mas a sus gobernantes, partidos y candidatos para poderles confiarles su voto. Con la alternancia, se pensó que se lograría resolver todos los problemas del país, desde los políticos hasta los económicos. De-bido a que la democracia sería el medio para generar crecimiento económico, estabilidad, más empleo y una mejor calidad de vida.
Pero al crearse expectativas tan grandes e imposibles de alcanzar en tan poco tiempo, la sociedad cayo en la decepción democrática, es decir, en desconcierto, insatisfacción, desafección política y fuerte desconfianza en las instituciones, y mayoritariamente en los partidos y actores políticos.
Por lo que el panorama político que se vivió en el 2000, se descompuso ya que los gobiernos siguientes no tuvieron la habilidad política para leer adecuadamente el momento histórico en el que estaban viviendo. No llevaron a cabo las reformas necesarias, sobre todo en materia económica y social, para transformar el país y llevarlo a una situación de mayor justicia, equidad, libertad y democracia. Haciendo que la sociedad regresase a la desconfiar en las Instituciones y principalmente en la clase política.
Persiste la desconfianza en la sociedad
Hoy en día gran parte de la sociedad experimenta un hartazgo hacia la política, la mayoría no cree que los partidos cuenten con buenos candidatos, y aseguran que no importa quien gane todo seguirá igual. La des-confianza hacia la clases política y las Instituciones continua, lo que se traduce en que la ciudadanía no salga a emitir su voto. Ya que para la sociedad quienes son responsables de garantizar la legalidad de las eleccio-nes y el voto no están realizando su trabajo.
Por otro lado, la clase política durante campaña prometen y aseguran que resolverán los problemas de la so-ciedad, pero al llegar al poder se olvidan de sus promesas, o les dan prioridad a otros temas dejando de lado las necesidades de los votantes. Haciendo que cada vez más personas no creen en la política y se absten-gan de votar, ya que consideran que no importa quién gane, nada va a cambiar y las cosas continuaran igual.
Aunado a la crisis de representatividad que existe, ya que los ciudadanos aseguran que a los políticos no les interesan los problemas de la gente de a pie, debido a la marcada diferencia entre la clase política y la socie-dad. La academia propone que los partidos deben trabajar para recuperar su capacidad de plantear progra-mas novedosos, planes de gobierno y compromisos explícitos con la finalidad de resolver las problemáticas del país, y sólo así se podrá superar la crisis de partidos y de su representación.
Por otro lado, un mayor número de personas tienden a no votar cuando creen que todas las opciones son malas y no existe un verdadero candidato o partido que los represente; sumado a que están cansados de las campañas negativas, ya que los políticos solo se la pasan descalificándose los unos a los otros y dejan de lado los problemas que deben de atender. Por lo que, en teoría, si los partidos políticos postularan mejores candidatos y se mejoraran las campañas políticas, es posible que más personas salgan a votar. Los ciudada-nos hoy entienden un poco más lo que vale su voto, y piensas que quienes ganan un cargo de elección po-pular tienen un deber con la ciudadanía.
Tipos de voto
Si bien es cierto que cada ciudadano tiene su propias razones y realidades a la hora de emitir su voto, existen “tipos de voto” que engloban las principales razones por las cuales los ciudadanos mexicanos salen a emitir su voto.
La principal y con la que todo partido cuenta es su “Voto Duro”, llámense militantes, simpatizantes, miembros del partido etc, es una practica que a venido bajando cada vez más con el paso de los años y con el surgi-miento y des integración de partidos, pero aun es fundamental al menos para conservar el registro como parti-do político. Los votantes duros de cada partido son leales y disciplinados, en casa proceso electora se man-tienen firmes, respaldan al partido en las buenas y en las malas, jamás votarían por otra opción, es parte de una tradición.
El “Voto Nulo”, a diferencia de los demás, no genera ningún impacto en el resultado de la elección. Votar de forma nula puede realizarse a conciencia o de forma involuntaria, depende de la forma en que se marque la boleta el día de la elección. Cuando se realiza de forma voluntaria suele ser en forma de protesta, en contra del mal go-bierno y de la clase política.
El “Voto Switcher” es el que esta creciendo entre la población. Son electores que efectúan su voto totalmente basados en la información, no se identifican con un partido en particular, no les importan las ideologías, si son de izquierda o derecha, liberales o conservadores. Por lo que no prestan atención al partido que postulo al candidato, solo les interesan las propuestas y lo que pueda ofrecer para mejorar la situación del país.
El “Voto anti-partido” es el votante que no sabe por quién va a votar y no le interesan las propuestas, ni el candidato, ni el partido, su decisión la toma por medio del descarte, por lo general decide por quién votará hasta que se encuentra en la casilla. Su único objetivo es que determinado partido no gane la elección. Hace proselitismo negativo en contra del partido que aborrece, ya sea en persona o redes sociales, y pide a su fa-milia y amigos no mal gastar su voto en determinado partido ya que son unos corruptos, ladrones o alguna otra descalificación que a su consideración esta fundamentada.
El “Voto Blando” de un partido, son los ciudadanos que sienten afinidad o identificación hacia un partido, pero no son ciegos seguidores. Usualmente se informan antes de cada elección y buscan al candidato que mejor los represente aun si este no esta con el partido al que sienten afinidad. De no encontrar un candidato que logre convencerlo prefieren abstenerse a elegir a un mal gobernante. Son motivados por el mejor gobierno y la democracia, votan con un sentido práctico, pero sin alejarse mucho de sus principios. Se mantiene en la peri-feria de los partidos, pero sin acercarse definitivamente a otros.
Otro segmento que va aumentado es el “Voto de Castigo”, la sociedad considera que al emitir su voto por el partido opuesto al del poder o un partido que realizó una mala labor, es una manera de sancionarlo. Ellos reafirman su descontento mediante el voto, y exigen al nuevo gobierno resolver los problemas que dejo la administración pasada, y que enjuicie a los políticos que a su consideración son corruptos o realizaron actos ilícitos durante su administración.
También están los votantes que eligen al “Menos Peor”. Cómo su nombre lo indica ellos verán y se informarán por los diferentes candidatos, sin importar el partido o la ideología a la que pertenezcan. Consideran que to-dos los partidos y políticos son iguales y que las cosas no cambiaran no importa quién gane, pero consideran que habrá alguien lo puede hacer peor y que lo pueda hacer un poco mejor. Aun así, creen en su derecho al voto y lo emiten.
Los que votantes que “Buscan el Cambio”. Son los votantes cansados de que la misma clase política, sin im-portar que pertenezcan a partidos políticos diferentes, ostente el poder. Consideran que las cosas no pueden seguir como están y buscan a como dé lugar el cambio. Dependerá del nivel de hartazgo que tan radical pue-den llegar a emitir su voto, y buscan una democracia eficiente, honesto y austero.
El futuro del voto
La posibilidad de que la gente deje de salir a emitir su voto puede seguir al alza, debido a la falta de represen-tatividad que la sociedad percibe en la clase política, ya que no consideran que sus necesidades sean toma-das en cuenta por la clase política. A eso se le puede sumar el hartazgo y la desconfianza que la sociedad siente hacia los políticos. Hasta que la sociedad pueda confiar de nuevo en la clase política continuara casti-gando a los partidos evitando votar o efectuando el voto nulo como forma de protesta.
Si la ciudadanía deja de salir a votar como forma de castigo o de protesta, en lugar de afectar a los partidos, vulneraría nuestra democracia, haciéndonos retroceder a un modelo controlado por unos pocos, donde solo el grupo en el poder controlaría la política como ocurría en el pasado. Ya que sin participación ciudadana no existe la legitimidad para que un gobierno represente a su pueblo.
El voto hace que los partidos ganen las elecciones y las elecciones no son mas que una competencia entre los partidos políticos y los candidatos, donde, en teoría, las mejores propuestas, perspectivas, soluciones e ideas ganan. Por lo que debemos exigir mejores candidatos y partidos en los cuales depositar la confianza, ya que de continuar con candidatos mediocres el hartazgo de la ciudadanía hacia la clase política aumentara. Haciendo que cada vez más personas dejen de votar o efectúen un voto que cambie radicalmente la situación en México. Como ocurrió en el 2018 cuando una sociedad cansada de los políticos de siempre voto por un cambio, pero este salió contraproducente ya que estamos cayendo en el gobierno de un solo partido. Dejan-do que una persona vulnere todo el sistema democrático al realizar su voluntad sin ningún tipo de responsabi-lidad.
Es por ello que se debe de escuchar y analizar el malestar social, y traducirlo en oportunidades como reformas a las leyes electorales y modificaciones a las Instituciones. Para que la sociedad pueda sentir que las Institu-ciones y la clase política pueden volver a garantizar la transparencia y la legalidad de las elecciones, pero más importante ganar de nuevo la confianza de la sociedad. Lo que hará que más personas salgan a votar, au-mentando la pluralidad política y consolidando la democracia.
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