Hoy en el marco del 82 aniversario del nacimiento del PAN, acudo a esta institución que es mi casa, con tristeza y la sensación de que estamos en la puerta de observar su funeral: Adriana Dávila.
Este año corresponde renovar la dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN), una práctica que a lo largo de su existencia había sido un referente democrático entre los partidos políticos del país; sin embargo, con el actual proceso en marcha esta historia llegó a su fin.
Cuatro fueron los personajes que habían externado su decisión de contender en la elección interna para presidir al PAN: Francisco Domínguez Servién, gobernador de Querétaro; Adriana Dávila Fernández, exsenadora y exdiputada federal de Tlaxcala; Gerardo Priego Tapia, exdiputado federal, y Marko Cortés Mendoza, actual presidente del blanquiazul.
Muy al inicio del proceso electoral interno, Domínguez Servién tiró la toalla al inconformarse por no existir “las condiciones democráticas que por vocación, convicción y por el bien de México deberían de animar la vida interna” del partido.
Agradezco el respaldo de compañeras y compañeros panistas de todo el país, ante mi eventual postulación a la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional de nuestro partido. Les comparto mi decisión y los motivos de la misma.https://t.co/eZ4Cms2ptk
— Pancho Domínguez (@PanchDominguez) September 2, 2021
El martes 14 de septiembre concluyó el plazo para registrarse y que como requisito necesario requería de la entrega de 27 mil firmas de la militancia activa que cada contendiente debía entregar como respaldo de sus aspiraciones; sin embargo, el único que pudo cumplir con ello fue Marko Cortés, ya que Gerardo Priego ni siquiera se presentó y sólo envió por sus redes sociales un mensaje en el que acusó que había muchas anomalías.
Este proceso, “por decir lo menos, es una vergüenza para nuestra historia. Las ilegalidades e irregularidades van desde la cooptación de miembros, hasta la brutal manipulación y desfiguración del padrón, pasando por la falsificación de firmas, la estructura corporativizada del partido, el uso de la institución para beneficio de un candidato, la ausencia oprobiosa del árbitro y la amenaza a la militancia para impedirle expresarse libremente”, indicó.
La que sí se presentó ante la Comisión Organizadora Nacional de la Elección del Comité Ejecutivo Nacional (Conecen) para entregar las 19 mil 615 firmas recabadas a lo largo y ancho del país respaldándola para buscar ser candidata a la presidencia del PAN, fue Adriana Dávila, quien además ofreció una conferencia de prensa en las mismas instalaciones de la sede nacional panista donde pormenorizó las trabas a las que se enfrentó.
Dávila Fernández denunció que este proceso era una “simulación” y que “la democracia dejó de ser objetivo en nuestro partido que tanto se ha autodenominado ‘democrático’. Es duro y es complejo decirlo, pero esa es la realidad”, afirmó.
Aseguró que entre las anomalías que se presentaron en este proceso mencionó un padrón manipulado; la intervención del CEN y los comités estatales del partido trabajando para el candidato oficial; el uso de recursos públicos y la distracción del personal partidista para ofrendarle al líder el mayor número de firmas (aunque no sean voluntariamente otorgadas, y la amenaza implícita o explícita de quitarles empleos o bien no dárselos en lugares donde ganaron, por cierto, algunos de esos espacios tienen que dividir su sueldo en dos.
“Para un México mejor, la democracia diría Castillo Peraza no es el peligro, es la oportunidad.”Adriana Dávila Fernández #LaLuchaValienteSiguehttps://t.co/zl18Wi7Sf4 pic.twitter.com/mxnHmWKHBs
— Adriana Dávila (@AdrianaDavilaF) September 14, 2021
Consideró que no puede llamarse democracia el utilizar recursos humanos, económicos y técnicos de la estructura nacional, estatal y municipal para beneficiar a un solo candidato y que resulta paradójico que este partido quien fue impulsor del fortalecimiento de la institución electoral, que promovió la creación, actualización y depuración del padrón electoral y la emisión de una fotocredencial, “hoy tire por la borda tantos años de lucha y ponga a disposición del candidato oficial un registro nacional de miembros al servicio de su reelección. Años de lucha al exterior que hoy son estériles en la contienda interna”.
La exdiputada federal no se mostró sorprendida de que desde la dirigencia se cargarían los dados a favor Cortés, prácticas que no son nuevas y que sabían a las que se iban a enfrentar “antes de arrancar la contienda y más, después de los pobres resultados electorales a nivel general”.
Agregó que si bien estaban conscientes de que habría tropelías, “no esperábamos encontrarnos con una estructura controlada y cooptada que quitó el trabajo a muchas y muchos, como lo hacía el viejo PRI en sus años dorados, o como hoy lo hace Morena”.
Asimismo, dijo que su equipo y ella, así como los miles de militantes que apoyaban su proyecto tampoco esperaban el “control férreo casi unánime de gobernantes panistas a quienes conocí luchando por lo mismo que yo. No sé si los mueve el miedo, la complicidad, la comodidad o incluso la indiferencia ante sus próximas salidas o sus recientes llegadas. En todos los casos, prefieren no darse cuenta, que para la defensa de sus propios logros y la fortaleza de sus gobiernos se requiere el respaldo de una institución que no esté amarrada o señalada por diversos intereses, de algunos que piensan que dirigir el Partido es ceder a cacicazgos locales (porque el suyo se dice nacional) la mala conducción cuyos resultados ya se vieron. Dirigir sin dirigir, sería la definición.
Y subrayó que no esperaba que sucumbieran aquellos que cuentan con el prestigio de haber dado la lucha en épocas complejas, enfrentando al viejo régimen autoritario. “Los que se dicen reserva ética del PAN prefirieron la crítica en lo obscurito, los gritos en una esquina, esperaban que llegara un mesías para sustituir a otro”.
Dijo que así como están aquellos que se acomodan al régimen o los que critican pero no actúan, “también están otros que con nuestras circunstancias y limitaciones decidimos no regalar ni ausencias ni silencios”.
Dávila Fernández solicitó al Conecen cuatro acciones:
1. Que se confronten la totalidad (100 por ciento) de las firmas proporcionadas por el candidato, con las firmas que tiene bajo resguardo el Instituto Nacional Electoral (INE) y las Registro Nacional de Miembros (RNM).
2. Realizar el análisis documental de las posibles falsificaciones de firmas en los formatos.
3. Corroborar, por medios expeditos y en campo, que efectivamente la firma registrada fue otorgada al candidato.
4. Iniciar los procedimientos legales correspondientes.
Adriana Dávila aclaró que no es renunciando a la lucha interna como pueden darse los cambios en el país y señaló que seguirá trabajando desde Acción Nacional para buscar la democracia del partido y del país.
Finalmente, resaltó que en el marco del 82 aniversario del nacimiento del PAN, acudo a esta institución que es mi casa, con tristeza y la sensación de que estamos en la puerta de observar su funeral.
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