Debido a que la autonomía del Consejo de Salubridad General se convirtió en un obstáculo para el gobierno federal, durante la pandemia lo redujeron a nada y ahora le dan el tiro de gracia para convertirla en una oficina dependiente de los caprichos de Palacio Nacional, una institución que ya no esté obligada a escuchar a la comunidad médica, ni a los expertos, denuncio el diputado Éctor Jaime Ramírez Barba.
El diputado que pertenece al Grupo Parlamentario del PAN señaló que se inconformó por los ajustes hechos al Reglamento Interior del Consejo de Salubridad General que fueron publicados en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 13 de diciembre.
Apuntó que existen varios objetivos de este decreto para consolidar la “dictadura sanitaria”, entre ellos controlar el acceso a medicamentos; eliminar la participación de la UNAM, IPN, academias y colegios médicos en el sistema de salud; darle al Ejército influencia sobre el sistema de salud, así como facilitar la desaparición de las Normas Oficiales.
El diputado Éctor Jaime Ramírez señaló que el Consejo de Salubridad General emitió un acuerdo que ordena a todo el sistema de salud homologar el contenido de las Guías de Práctica Clínica o equivalentes, con unos nuevos protocolos de Atención Médica que emitirá el propio Consejo.
“Esto es un paso a la desaparición de las Normas Oficiales y un grave retroceso, ya que la nueva regulación no garantizará aspectos técnicos y operativos de la atención médica en condiciones de calidad. Las Normas Oficiales se hicieron por expertos en grupos integrados por académicos, médicos y pacientes que sí buscaban las mejores condiciones para la atención de enfermedades y proteger la salud”, explicó.
Por otra parte, consideró que el gobierno federal limita la autonomía del Consejo de Salubridad General y elimina la participación de la UNAM, IPN, colegios y asociaciones médicas en su órgano de gobierno, y no sólo eso, sino que además, agregó a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y a la Secretaría de Marina (Semar) como integrantes permanentes en este órgano de gobierno, con intención de darles influencia sobre el sistema de salud.
Resaltó que el Consejo estaba integrado por los titulares de áreas prioritarias de la Administración Pública Federal, por los gobiernos locales, así como por expertos del sector académico, social y privado, por lo que es el espacio ideal para la articulación de las políticas sanitarias. Eliminar a los actores no gubernamentales del Consejo es un grave error.
En otro aspecto, Ramírez Barba dijo que el Consejo de Salubridad General define el Compendio Nacional de Insumos en Salud (CNIS), es decir, el catálogo de medicamentos e insumos se compran o dejan de comprar. Por lo que, sin contrapesos no gubernamentales, podrá validar adquisiciones provenientes de Cuba o cualquier otra parte del mundo en donde la calidad y eficacia no está garantizada.
La autonomía del Consejo de Salubridad General se convirtió en un obstáculo para el gobierno federal, “durante la pandemia lo redujeron a nada, ahora le dan el tiro de gracia para convertir a la institución en una oficina dependiente de los caprichos de Palacio Nacional, una institución que ya no esté obligada a escuchar a la comunidad médica, ni a los expertos”, reprochó.
Éctor Jaime Ramírez aseveró que la bancada del PAN ha presentado iniciativas en la Cámara de Diputados, para que el Consejo de Salubridad General cuente con total independencia de la Secretaría de Salud, para que adquiera capacidad de respuesta ante situaciones que pongan en riesgo a la población. También, es urgente que cuente con recursos presupuestales, materiales y humanos propios, sin la intermediación de la Secretaría de Salud, a fin de que goce de absoluta autonomía operativa y de financiamiento.
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