Más fuerte que antes, Donald Trump llegará por segunda ocasión a la Casa Blanca. La experiencia en la presidencia, así como el respaldo de las Cámaras dominadas por sus correligionarios republicanos hacen temblar a más de uno dentro y fuera de Estados Unidos porque conocen el estilo de gobernar del próximo mandatario norteamericano.
Este lunes 20 de enero, Trump juramentará para asumir la presidencia de Estados Unidos por segunda ocasión. Con su llegada, México deberá sortear una serie de desafíos en varios frentes entre ellos el narcotráfico, el comercio, la migración y la seguridad.
No será ninguna sorpresa su estilo y las políticas hacia nuestro país, pues ya desde su campaña y como presidente electo sus referencias a México han sido duras y críticas, provocando y chocando frontalmente con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, quien en algunas ocasiones ha manifestado su disposición al diálogo y la cooperación, pero también ha dejado claro que defenderá la soberanía y los intereses nacionales ante posibles medidas unilaterales de la nueva administración estadounidense.
Hechos son “terrores”
Durante la presidencia que Trump ocupó de 2017 a 2021, la experiencia de México se marcó por momentos de tensión en temas como la migración, el comercio y la política exterior.
Desde su campaña Trump mostró una animadversión contra todo lo que viniera del exterior, específicamente con lo que tenía que ver con México, lo que lo llevó a tener una relación poco tersa lo que poco le importaba pues en su estilo la presión y la amenaza son primordiales como lo hizo cuando prometió que construiría un muro fronterizo, lo que finalmente no ocurrió.
El tema migratorio fue uno de los principales puntos de fricción, por lo que, entre otras medidas, en 2019, Trump amenazó con imponer aranceles a todas las importaciones mexicanas si el gobierno no reforzaba las medidas para contener la migración hacia Estados Unidos. Esto llevó a la implementación del programa “Quédate en México”, obligando a solicitantes de asilo a esperar en territorio mexicano mientras se resolvían sus casos en cortes estadounidenses.
En el ámbito comercial, Trump renegoció el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que culminó en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), implementado en 2020. Aunque este tratado preservó la relación económica trilateral, incluyó disposiciones más estrictas sobre reglas de origen y salarios en el sector automotriz, lo que generó incertidumbre para México.
Uno de los grandes beneficios para México fue el crecimiento récord en remesas durante el periodo en el que gobernó Donald Trump, según informó el Banco de México (Banxico).
En 2020, las remesas alcanzaron los 40 mil 607 millones de dólares, impulsadas por apoyos gubernamentales en Estados Unidos y el vínculo de los migrantes con sus familias en México.
En general, el primer mandato de Trump dejó una relación bilateral marcada por la presión, pero también por la cooperación estratégica en momentos clave.
Trump remasterizado
Después de ganar las elecciones de 2024 borrando prácticamente a los demócratas, Trump ha demostrado tener suficiente poder para concretar sus promesas de campaña que con respecto a México han sido muy duras con la finalidad de presionar para asegurar su lealtad comercial y no enviar más migrantes.
Asimismo, ante la falta de control de los grupos de narcotraficantes mexicanos ha amenazado con que declarará a esta actividad como “terrorismo”, con lo que podrían incursionar elementos militares norteamericanos para combatir a estos criminales a quienes responsabiliza por ser los principales proveedores de fentanilo en Estados Unidos.
En el ámbito económico, Trump ya amenazó en que iba a incrementar los aranceles de todos los productos mexicanos que lleguen a su país, lo que representa un riesgo significativo para la economía de México. La calificadora HR Ratings ha cambiado la perspectiva de “estable” a “negativa” en la calificación de la deuda soberana de México, citando preocupaciones sobre el crecimiento económico y posibles tensiones comerciales con la Unión Americana.
Además, se anticipa una revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) en 2026, lo que podría implicar negociaciones más estrictas bajo la administración de Trump. A este respecto, la presidenta Claudia Sheinbaum ha expresado su confianza en que la relación bilateral se mantendrá basada en el respeto y el diálogo, y ha destacado la importancia de mantener el TMEC como un pilar fundamental de la economía mexicana.
En cuanto a las políticas migratorias es muy predecible que serán más estrictas, lo que podría afectar las remesas enviadas por trabajadores mexicanos en Estados Unidos, un ingreso vital para muchas familias en México.
En este sentido, Moody’s Analytics ha señalado que las deportaciones masivas podrían reducir el flujo de remesas, afectando el consumo interno y, por ende, el crecimiento económico del país. La agencia proyecta un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de solo 0.6 por ciento para 2025, reflejando los posibles impactos negativos de las políticas de Trump en comercio, inversión y remesas.
Con la lupa de Trump encima, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha tomado medidas proactivas para demostrar su compromiso en la lucha contra el narcotráfico, incluyendo la mayor incautación de fentanilo en la historia del país.
Además, se ha reunido con líderes empresariales internacionales para fortalecer la economía mexicana y atraer inversiones, subrayando la importancia de mantener relaciones comerciales sólidas con Estados Unidos.
México se prepara para una etapa de incertidumbre y posibles tensiones en su relación con Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump. La administración de Claudia Sheinbaum busca equilibrar la cooperación y la defensa de la soberanía nacional, enfrentando desafíos en migración, seguridad y economía con una estrategia que prioriza el diálogo y la preparación ante posibles medidas adversas.
¿Crees que México escapará del acoso del gobierno de Donald Trump?
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