Morena y sus aliados echaron a andar su reluciente aplanadora para votar a favor, en lo general y en lo particular, el dictamen de reformas constitucionales al Poder Judicial, con lo que quedó aprobada por mayoría calificada la iniciativa autoría del presidente Andrés Manuel López Obrador. De esta manera pasa a la Cámara de Senadores para su discusión y votación.
De nada sirvieron los llamados a no aprobar la reforma presidencial sin antes escuchar y tomar en cuenta otras opciones. Así, fueron desatendidas las voces de ciudadanos, los paros de labores de los trabajadores del Poder Judicial y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), las marchas de empleados, estudiantes y ciudadanos, las cartas y conferencias de prensa de empresarios mexicanos y extranjeros, ni del mismo embajador de Estados Unidos en México, los análisis de calificadoras de deuda externa o entidades financieras internacionales, todo fue ignorado por los diputados oficialistas que tenían la consigna presidencial de pasar la iniciativa sin cambios aún en desacato de tres suspensiones de oficio que ordenaban al Congreso de la Unión frenar la discusión del dictamen, toda vez que primero debía analizarse la constitucionalidad de esta reforma.
La suspensión de oficio respondía a la promoción de un juicio de amparo, promovida por un grupo de jueces, contra el artículo 186 del Reglamento de la Cámara de Diputados, que permite el resguardo de los proyectos que fueron dictaminados por el Pleno de una anterior legislatura, para que la nueva integración los vote.
Oposición rebasada
Con una votación, en lo general, de 359 votos a favor, 135 en contra y cero abstenciones el dictamen fue aprobado sin que la oposición tuviera alguna posibilidad de no dejar pasar el mismo.
Ivonne Ortega, coordinadora de los diputados de MC, cuestionó la existencia de quórum en la sesión que se llevó fuera del recinto legislativo de San Lázaro sin el tablero electrónico. Señaló que el presidente de la Mesa Directiva, Sergio Gutiérrez Luna, se negó a verificarlo y sólo se limitó a decir que “al ojo” sí se cumplía con el número de diputados requeridos. La legisladora aseguró que “no hay diputados, aquí hay choferes, personas del staff, pero no puedes ver a Eruviel Ávila”.
Durante la discusión los diputados del PAN reclamaron los términos en los cuales está redactado el dictamen. El diputado Homero Ricardo Niño de Rivera Vela consideró que la discusión no se trata de qué se quiere hacer con el Poder Judicial, sino con la democracia y el régimen político. Todo es un engaño, porque se quiere someter a un poder del Estado y que “cuatro o cinco de sus jefes escojan para luego hacer la trampa de hacer creer a la gente que va a votar. Se busca regresar a un pasado autoritario. Van a acabar con la democracia y tendrán que explicar a las próximas generaciones qué hicieron con el país”.
En tanto, Paulo Gonzalo Martínez López, también del blanquiazul, dijo que la reforma amenaza gravemente la autonomía e independencia de uno de los pilares más importantes del Estado de derecho. “En lugar de fortalecer el acceso a la justicia, la reforma la debilita imponiendo un sistema de tómbola para la selección de jueces y magistrados y reduciendo los requisitos de experiencia que son necesarios para ocupar los principales cargos del sistema de justicia”.
Por otra parte, el diputado Erubiel Lorenzo Alonso Que (PRI) dijo que México necesita y tiene sed de justicia; por ello, el PRI votará en contra de esta reforma al Poder Judicial porque no reforma absolutamente nada, solamente tiene la misión de tener a ministros y jueces al servicio del oficialismo. “Hoy estamos una nueva generación de priistas del siglo XXI dando una buena batalla por México”.
Por parte de los diputados de Movimiento Ciudadano, la diputada Claudia Gabriela Salas Rodríguez reconoció que urge una modificación porque hay impunidad y corrupción, “pero la mal llamada reforma al Poder Judicial lo único que va a propiciar son jueces y juezas por consigna. Hoy, el 30 por ciento de los jueces actúa por consigna, pero ahora será el 100 por ciento y no lo podemos permitir. Se necesita una reforma integral, con transversalidad en la justicia y que vaya a los poderes locales”, apuntó.
Acusa recibo
La madrugada del martes los diputados debatieron y votaron el dictamen de la reforma al Poder Judicial, en la improvisada tribuna se escucharon argumentos a favor y en contra de la misma sin ninguna sorpresa. Mientras los diputados oficialistas de Morena y sus aliados defendieron a capa y espada la iniciativa presidencial acusando una y otra vez a los jueces de corruptos, además de justificar que la nueva conformación del Poder Judicial sea a través del voto popular.
Agotados los temas y más agotados los diputados por el día ajetreado que tuvieron, se dispusieron a votar y gracias a la mayoría calificada de Morena –la cual obtuvo gracias a la repartición de las plurinominales que le otorgó el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE)– el dictamen de la iniciativa de reforma al Poder Judicial se aprobó en fast track y pasó al Senado, en donde a pesar de que los partidos oficialistas tienen mayoría, aunque no calificada, es muy probable que también pase sin problemas.
Por la mañana del miércoles, los diputados votaron el dictamen en lo particular el cual fue aprobado, lo que se hizo del conocimiento del presidente López Obrador mientras llevaba a cabo su conferencia de prensa. El mandatario reaccionó diciendo que era “muy buena noticia, muy buena noticia, pasa ya al Senado, 357 en favor y 130 en contra ¿Cuántos se necesitaban? 334. Muy bien”, dijo.
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