De manera sorpresiva la legisladora de Morena Soledad Luévano propuso cambios legales entre las iglesias y el Estado, a fin de dar mayor campo de acción a las asociaciones religiosas.
Modernizar el marco jurídico para permitir a las iglesias intervenir en educación, transmitir mensajes de culto a través de los medios de comunicación, y que libremente se realicen actos religiosos fuera de los templos, son algunas de las propuestas previstas en la iniciativa de ley presentada por la senadora Soledad Luévano Cantú, del grupo parlamentario de Morena.
La legisladora considera que es tiempo de cambiar las leyes del país debido a que “hemos transitado a una sociedad cada vez más plural y compleja. El respeto y la tolerancia a la multiplicidad ideológica, cultural, política, religiosa de creencias, son una necesidad creciente para mantener o recuperar la paz y la colaboración de todos en la construcción de una sociedad más justa y democrática”.
La legisladora presentó el 11 de diciembre, un día antes de que concluyera el periodo de sesiones, la iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, pero que tardó casi una semana en trascender.
Al preguntársele al presidente su opinión al respecto, consideró que “este tema no debe tocarse” debido a que “ya está resuelto desde hace más de siglo y medio, creo que eso se resolvió, la separación del Estado y de la Iglesia. A Dios lo que es Dios y al César lo que es del César”.
“No considero que modificar este principio ayude; al contrario, ya en su momento hubo confrontación, bueno, eso motivó hasta una invasión extranjera. Entonces, no nos metamos en ese campo, en este terreno”, subrayó López Obrador.
Las novedades
La propuesta de la senadora zacatecana para cambiar diversos artículos se sustenta en que “el reto que México enfrenta en el ámbito de la reconstrucción y fortalecimiento de su tejido social, requiere de la colaboración entre el gobierno y las diversas instancias de la sociedad civil, incluidas las asociaciones religiosas”.
Con la armonización del marco legal, el documento indica que “creyentes y no creyentes gocen de la más amplia libertad de conciencia, convicciones éticas y de religión para contribuir al enriquecimiento del debate público, y al fortalecimiento de los valores éticos y de religión para contribuir al enriquecimiento del debate público, y al fortalecimiento de los valores éticos y religiosos enraizados en las culturas populares que se expresan en buena medida a través de las asociaciones religiosas, agrupaciones religiosas e iglesias que la ley regula”.
La iniciativa contempla que por la manifestación de ideas religiosas nadie podrá ser objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, siempre y cuando éstas no constituyan delitos previstos por la ley ni violaciones a los derechos humanos.
También prevé que podría justificarse con motivos religiosos evadir responsabilidades civiles.
Otro de los puntos a los que se refiere es lo concerniente a la objeción de conciencia, la cual es posible justificar en convicciones éticas y religiosas, de esta manera se indica que “toda persona tiene derecho a abstenerse de actuar en aquello que contravenga sus convicciones éticas y no podrá ser privada de su derecho más que por lo establecido en la Constitución. En aquellos casos donde los objetores de conciencia sean trabajadores del Estado, será el propio Estado quien garantizará el goce pleno de los derechos de terceros”.
Por otra parte, destaca que “la mera expresión de ideas no constituye oposición a las leyes del país o a sus instituciones en reuniones públicas”.
En lo concerniente a la educación, la propuesta es la recibir instrucción y formación religiosa según sus creencias personales y convicciones éticas A la formación religiosa de sus asociados y ministros de culto, incluyendo el derecho de solicitar el reconocimiento de validez oficial de dichos estudios ante la autoridad competente.
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Defiende su postura
Soledad Luévano aseguró que la iniciativa no está firmada por el grupo parlamentario de Morena, toda vez que ella la presentó con carácter personal y la elaboró con el respaldo de especialistas y aportaciones de decenas de asociaciones religiosas del país. De esta manera, desmarca a la bancada del partido al que pertenece.
José Ramón Cossío, ministro en retiro, en su cuenta de Twitter externó su preocupación ante los cambios propuestos en la relación de las iglesias y el Estado. “He leído con cuidado la iniciativa de la senadora Luévano para reformar la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, y es francamente preocupante. Es un retroceso a la laicidad, por más que trate de disfrazarse de libertad religiosa”, escribió.
También a través de su cuenta de Twitter, la senadora respondió que “sobre las personas que han criticado la iniciativa (Incluido el ex ministro Cosio) les expreso mi respeto y aunque me defino como Guadalupana, mi fe nunca ha nublado mi razón” (sic).
A pesar de que la legisladora en uno de sus mensajes afirma que “con respeto, tolerancia y sin tabúes podemos trabajar juntos para que miles de asociaciones religiosas de nuestro país puedan ayudar a que México sea un país donde todos vivamos mejor”, también redactó en su cuenta de la red social que “leer evitará que digas que ‘propuse la desaparición del Estado laico'”.
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