AMLO negó que fuera a desaparecer al Coneval, sin embargo, atacó frontal y públicamente a su exdirector y puso en duda la eficiencia del trabajo del organismo autónomo al que señaló de servir a los intereses neoliberales.
La medición de la pobreza tiene sentido y utilidad cuando se realiza a través de un método científico que permite elaborar programas y políticas públicas para reducir este fenómeno social, así como para objetivamente conocer si los pasos andados han sido efectivos o requieren modificarse.
Bajo esta perspectiva el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha trabajado desde su creación en 2005, sin embargo, hoy su funcionamiento se ve trastocado e incluso su existencia está acechada porque al presidente López Obrador le parece oneroso el trabajo que realiza este instituto y que sus funciones podrían, según él, ser absorbidas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Para López Obrador los pobres han sido la moneda de cambio para su estancia en el gobierno, son ellos la base de los votos que lo legitimaron para alcanzar la presidencia, en la que ya instalado ha mostrado una antipatía por los órganos autónomos creados en sexenios anteriores, como el Coneval, los cuales en varias ocasiones ha descalificado al considerar que fueron creados para servir al sistema neoliberal de otros tiempos, por lo que más allá de conocer objetivamente la labor que realizan, ha tenido la tentación de desaparecerlos por ser incompatibles con la izquierda que él encabeza.
Para el mandatario los organismos autónomos que fueron creados en otros sexenios, tenían la intensión de simular que les preocupaba la pobreza. “Al mismo tiempo que ponían las cortinas de humo estaban saqueando al país los que se creían amos y señores de México, que al mismo tiempo eran los promotores de estas ideas y concepciones”, dijo.
Freno de mano
Las actividades que el Inegi y el Coneval realizan son distintas y al mismo tiempo complementarias, toda vez que con base en los datos de las mediciones que elabora el primero de estos organismos, el segundo de ellos tiene los elementos necesarios para evaluar los programas sociales implementados por el Gobierno Federal y proponer a las autoridades correspondientes proseguir o cambiar el rumbo de las mismas.
Los sistemas implementados por el Coneval no son producto de la casualidad ni de buenas intenciones, tampoco obedecen a intereses de grupos o partidos políticos, por el contrario, desde un inicio fue concebido como un órgano público autónomo y descentralizado de la Administración Pública Federal a fin de realizar un trabajo objetivo y útil en el combate contra la pobreza independientemente de la ideología del partido gobernante.
Por 14 años, desde su creación, Gonzalo Hernández Licona ocupó la dirección de dicho organismo, trascendiendo así a los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y hasta hace unos días el de Andrés Manuel López quien decidió destituirlo del cargo.
Para 2019 a este organismo se le asignó un presupuesto siete por ciento menor que el del año pasado, por lo que debía seguir ofreciendo resultados a pesar de tener menos recursos.
Previo a su destitución, Hernández Licona escribió un artículo publicado en Animal Político en el que puso en tela de juicio la política de austeridad republicana del actual Gobierno Federal, no antes de reconocer excesos de administraciones anteriores que habían engrosado la burocracia, situación que dijo, había que corregir.
Sin embargo, indicó que “durante este gobierno se han tenido problemas en las áreas de salud, seguridad, cultura, deporte, entre otras, debido a recortes que no han tenido un sólido fundamento y a controles que se han convertido en frenos para el gasto”.
Asimismo, destacó que las secretarías de Bienestar y Hacienda le habían pedido que “adicionalmente a los recortes iniciales, que se eliminen todas las Direcciones Generales Adjuntas y que se haga una reducción adicional del 20 por ciento de plazas de estructura.
“Además, la secretaría de Bienestar reservó (no podemos usar) presupuesto para contratar estudios e investigaciones (proyectos de evaluación, que son la razón esencial del Consejo) por 48.7 millones de pesos, lo que representa el 49.2 por ciento del total autorizado en dicha partida. Ante esta situación, el Coneval hizo una propuesta para aplicar los recortes, de la cual no se tuvo respuesta, ni la posibilidad de reunirnos para lograr un acuerdo”.
A los cuatro días después de esta publicación, Gonzalo Hernández Licona fue destituido de su cargo y el mismo presidente López Obrador comenzó una embestida personal en su contra a pesar de que negó que la salida del funcionario hubiera sido resultado de criticar su política de austeridad.
Fiel a su estilo populista y visceral, López Obrador aseveró que Hernández Licona ganaba 220 mil pesos mensuales, más que los 108 mil pesos mensuales que él mismo percibe siendo el presidente. El exdirector de Coneval, a través de su cuenta de twitter respondió con una captura de pantalla que se observa que el sueldo neto que percibía ascendía a 91 957.52.
Además, escribió un mensaje que señala: “Háganmela buena. Adjunto mi sueldo. Era sencillo buscarlo por la trasparencia del Coneval. Por eso digo que si uno utiliza evidencia rigurosa puede tomar mejores decisiones. El liderazgo presidencial, combinado con buena información, podría generar mejores resultados para el país”.
La oposición respalda al Coneval
A través de un boletín, la Dirección Nacional Extraordinaria del Partido de la Revolución Democrática (PRD) condenó la intención de desaparecer al Coneval expresada por el Jefe del Ejecutivo, y advirtieron que “López Obrador debe ser el primero en saber que para transformar la realidad hay que conocerla, no confundirla con deseos y mucho de lo que se sabe de pobreza es a través de los estudios que realiza el Coneval”.
Agregó que “es claro que López Obrador es enemigo de la evaluación, recientemente el Inegi tuvo que cancelar 14 encuestas también por la indolente austeridad, estudios que reflejarían el injusto trabajo infantil y la de prevención con violencia”.
Asimismo, reconocieron la labor que al frente del Coneval realizó Gonzalo Hernández Licona la que calificaron de profesional e independencia, fundamental para darle prestigio nacional e internacional al organismo.
Por su parte, el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional (PAN) aseguró que es claro que este gobierno quiere desaparecer al Coneval para hacer de la política contra la pobreza el patrimonio del Presidente y de su partido Morena, y así capitalizarlo a su conveniencia.
“Con sus pretensiones el mensaje que envía el Presidente de la República a la sociedad es que no le gusta que lo evalúen con bases científicas; que poco entiende de la importancia de la información y que sólo le interesa aumentar sus clientelas políticas”, recalcó.
“La intención de desaparecer al Coneval nos lleva a levantar la voz y asegurar que en México no estamos para debilitar instituciones de calidad y relevancia, menos ahora que está en riesgo el sostenimiento del país”.
Ante toda la controversia ocasionada, este lunes en su conferencia mañanera López Obrador descartó la desaparición del Coneval y aseguro que se va a hacer un ajuste en el organismo para que haya austeridad en el mismo.
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