Uno de los grandes retos de Biden será definir la estrategia económica, política y social con China, país que ha tenido un ritmo promedio de crecimiento en los últimos 20 años y podría superar el PIB de EU en cinco o siete años.
Joe Biden se convertirá en el presidente 46 de Estados Unidos el miércoles 20 de enero, con un pie en la Casa Blanca le esperan grandes retos que lo obligarán a enfocarse en la política fiscal, comercial y de salud, además de recuperar la confianza de 331.5 millones de estadounidenses para reparar la división que actualmente existe en la sociedad americana.
Así lo destaca Alfredo Huerta, director de estrategias de mercado de AD Value Asesoría de Inversiones S.C., en una colaboración aparecida en la revista del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) intitulada “Comienza la era Biden, retos a corto plazo”.
El especialista en finanzas resaltó que el nuevo mandatario norteamericano tendrá el compromiso de trabajar para todos los estadounidenses y ser inteligente para reparar la gran división que actualmente existe en la sociedad americana, brindando la misma oportunidad a todos los ciudadanos en los 50 estados que conforman el país, es decir, mejorar la calidad de vida de los estadounidenses en el menor tiempo posible.
Huerta hizo notar que la economía estadounidense actualmente ha mostrado una pérdida de fuerza de manera acelerada, como lo indican tres datos fundamentales: la creación de empleos que en diciembre de 2020 fue negativa en 140 mil plazas, la presión inflacionaria en salarios registrada en 5.1 por ciento anual y una tasa de desempleo que se mantuvo en 6.7 por ciento.
Ante este escenario, Huerta previó que la administración de Biden deberá trabajar en dos fases, la primera de ellas entorno a una política expansiva para buscar estímulos fiscales que ayuden a contener la desaceleración y otorgar apoyos a personas, familias y empresas, más allá del paquete autorizado por cerca de 900 mil millones de dólares al considerar otro paquete adicional de estímulos que se discuta y apruebe entre enero y marzo, el cual deberá combinarse, probablemente, con un control más estricto de actividades que limite el aceleramiento de los casos por COVID-19, que alcanza los 24 millones de infectados, casi el 7 por ciento del total de la población que asciende a 331.5 millones de personas.
El especialista financiero señaló que una vez que se logre dar estabilidad a la economía y se vaya controlando la pandemia, que iniciará una segunda fase, Biden tendrá que enfocarse en cinco temas: aumento de impuestos, reducción de beneficios fiscales, aumento de salarios, planes de inversión en infraestructura y fortalecer la regulación a varios sectores como el financiero y el tecnológico.
Alfredo Huerta observó que a pesar de que los mercados están premiando el exceso de liquidez por parte de la Reserva Federal (FED) y la posibilidad de más estímulos fiscales, que han llevado a máximos históricos a las bolsas accionarias, indicó que “ahora existe la preocupación de una probable alta sobrevaluación de empresas de algunos sectores como los de tecnología, comunicaciones, consumo discrecional y materiales, entre otros, que desencadenen una corrección significativa”.
Asimismo, destacó que también hay una preocupación si el control de la pandemia logra resolverse exitosamente este año, de ser así el banco central pudiera empezar a reducir el ritmo de estímulos monetarios, lo que ha venido a presionar al alza el desempeño de los bonos del tesoro a 10 y 30 años, especialmente. En este tema hay que destacar el éxito en la nominación de Janet Yellen al frente del Tesoro, quien conoce muy bien las funciones y alcances de la FED. Será un buen enganche entre la política fiscal y la monetaria en la administración de Biden.
Por último, Alfredo Huerta destacó que otra de las tareas de Biden será definir la estrategia económica, política y social con China, país que ha tenido un ritmo promedio de crecimiento en los últimos 20 años, por lo que podría superar el PIB de Estados Unidos entre cinco y siete años, pero que si registra un menor crecimiento podría hacerlo hacia el año 2040.
En este sentido, consideró que el nuevo presidente estadounidense deberá buscar que China reduzca su ritmo de crecimiento económico, lo que es vital e importante para que Estados Unidos mantenga el liderazgo mundial; por ello, consideró que la presión con los aranceles a China continuará y la búsqueda de acuerdos comerciales de manera más acelerada por la Unión Americana será parte de la actividad diaria de la administración Biden, que también tiene en la agenda el liderazgo tecnológico 5G.
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