El comercio bilateral entre México y Estados Unidos supera los 600 mil millones de dólares, cifra que puede crecer por las oportunidades de negocios en diversos sectores como el energético, agrícola y de salud, entre otros.
La relación que mayores beneficios comerciales representa para México en el mundo es la que sostiene con Estados Unidos, la cual, a pesar de ser compleja, supera los 600 mil millones de dólares en comercio bilateral, cifra que tiende a crecer debido a que existen grandes oportunidades en el sector energético, en la industria manufacturera, en el sector tecnológico, agrícola y de salud que para concretarse requieren de certidumbre, seguridad, equidad y Estado de Derecho, sostuvo Larry Rubin, presidente de The American Society of Mexico (Amsoc).
Al participar en las Juntas Binacionales Coparmex 2022 que este año tiene como invitado a Estados Unidos, Rubin aseguró que para Estados Unidos la relación comercial con México sigue en auge a pesar de que reconoció que “no todo va viento en popa” porque hay grandes oportunidades que México ha dejado de aprovechar, por lo que hizo un llamado a no dejar pasar las oportunidades que puedan presentarse como lo es en el caso de la energía.
Por su parte, César Manuel Remis Santos, ministro jefe de la Oficina para la Implementación del T-MEC, de la Secretaría de Economía del Gobierno de México, dijo que es primordial que los beneficios del comercio incluyan a todos, por ello, frente a un panorama nacional donde nueve de cada 10 empresas son Pequeñas y Medianas Empresas (pymes) que representan el 74 por ciento de los empleos y donde sólo el cinco por ciento está en posibilidad de exportar, la Secretaría de Economía trabaja para cumplir el capítulo del T-MEC que busca acercar a estas empresas a las cadenas de suministro y exportación.
En tanto, Kenneth Smith Ramos, analista y exjefe de la Negociación Técnica del T-MEC de la Secretaría de Economía, aseguró que para que tenga éxito el comercio, debe existir una política de estado que fomente la atracción de inversión con base en transparencia en todos los sectores. Es decir, que básicamente se cumpla con todo lo que tenemos en vigor en los tratados, lo que aplica para México, Estados Unidos y Canadá.
En el panel de energía, Laura Sima, directora de la Oficina del Departamento de Energía de la Embajada de Estados Unidos en México, indicó que la falta de claridad en las reglas y el exceso de regulación en materia energética no son conducentes para la inversión.
Mencionó que desde el mes de mayo del año pasado la Comisión Reguladora de Energía (CRE) ha cerrado terminales de almacenamiento y trasbordo de combustible estadounidenses sin que a la fecha puedan reanudar sus operaciones, a este respecto dijo que “aunque retrasar o negar permisos es algo normal en cualquier gobierno, hay una historia y una dirección tan abrumadora de estos retrasos que está claro que (México) está restringiendo la participación y la inversión extranjeras en el sector energético”.
En tanto, Luis Alberto Serra Barragán, académico del Tecnológico de Monterrey y miembro del Grupo de Trabajo de Energía de la Agenda 2030 del Pacto Mundial México, dijo que el T-MEC es el vehículo fundamental para las oportunidades de inversión en el sector energético y mencionó que la competitividad, el desarrollo económico local y el impacto social y ambiental son elementos que pueden considerarse como catalizadores entre la iniciativa privada y el Estado en beneficio de la sociedad.
Aseguró que es necesario buscar seguridad energética y esto requiere un ecosistema que facilite inversiones para suministrar energía y estar dispuestos a satisfacer las necesidades de la sociedad y esto exige resiliencia: reaccionar con prontitud ante circunstancias que cambien la oferta y demanda.
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