Si una empresa no puede absorber los aumentos dictados al salario mínimo debe de reflexionar su permanencia porque ya está fuera de la competencia del mercado.
Referente al anuncio del Gobierno Federal y del sector empresarial del aumento al salario mínimo a partir del próximo 1 de enero, el catedrático de la UNAM, Mario Zavala señaló que el hecho de que el salario aumente por encima de la inflación es algo positivo, sin embargo advirtió que es necesario evitar la tentación de volver a la época en que los aumentos al salario se imponían por decreto.
El catedrático de la facultad de Contaduría y Administración de la UNAM señaló como positivo el mensaje tanto del sector empresarial como del Gobierno Federal “de que el componente salarial tiene posibilidades o debería reconocerse por encima de la inflación en términos de recuperación del poder adquisitivo en cuanto a criterio”. No obstante, consideró que esos aumentos deben de construirse desde diversas trincheras y no solo desde los acuerdos cupulares.
Advirtió que la parte a cuidar es que esto “suponga una amenaza a la rentabilidad de las empresas”, y que esto implique el recorte de empleados.
Reconoció que para muchas empresas el nivel de crecimiento ha sido de doble dígito por varios años, para algunas llegando a más del 30%, por lo tanto implementar recortes con estos márgenes de crecimiento frente a un aumento salarial del 4% sería un muy mal augurio, ya que se pondría en entredicho la importancia del componente laboral en la cadena de valor.
Lo anterior nos invita, dijo, a reflexionar sobre el valor del componente laboral porque no se puede castigar sólo este elemento, lo que parecería torpe.
Explicó que algo que debimos haber aprendido en la política salarial de las últimas décadas es que el aumento a los sueldos debe estar unido a la propia dinámica de la industria y a la escasez o abundancia de talento, así como a la productividad, etc., es decir entender de que el sueldo dependen de una serie de factores diversos.
Por lo anterior el nuevo gobierno debe entender que no es desde la tribuna que se deben dictar aumentos generalizados, sino desde la capacidad competitiva de cada centro de trabajo donde se debe valorar el componente del trabajo, señaló.
¿Despidos?
Es innegable que diversas empresas tendrán que implementar recortes de personal ante el aumento salarial, sin embargo, al doctor Zavala, más allá que el hecho propio de los despidos le preocupa lo que revela, es decir una pobreza enorme de nuestra capacidad empresarial o emprendedora.
Otro dato que señaló como preocupante es que un gran sector de los empleados de las empresas ganan solamente un salario mínimo, lo cual no cubre las necesidades básicas del trabajador.
Sin embargo, aquellas empresas que teniendo crecimientos de doble dígito no tendrían argumento para actuar de esta manera, en tanto que aquellas que realmente les afecta el aumento, es porque prácticamente ya están fuera de competencia en el mercado, lo que debe ser una verdadera llamada de atención para esas empresas.
¿El aumento basta?
El catedrático consideró que el aumento no debe significar que sólo superior a la inflación, sino debe ser un incentivo para que este crezca, lo que implique una contrapresión justa, decorosa al trabajo.
No obstante indicó que un salario de 102 pesos diarios, que es el propuesto, difícilmente sirve para cubrir de forma mínima los requerimientos de una familia en promedio de 4 personas. Puntualizó que el salario mínimo es una figura de referencia que dista de ser remuneradora.
Empresariado responsable
El catedrático coincidió con Gustavo de Hoyos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) a quien parafraseando dijo que como empresarios “debemos buscar una recuperación justa del salario, porque nos debemos a nuestra gente, porque si nosotros que somos los jefes no vemos por la gente, ¿quién va a ver por ello?, pues nadie”.
El doctor indicó que una asignatura pendiente es que el salario mínimo sea realmente remunerador.
Economía informal
Mario Zavala señaló que a pesar de que los números de afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) aumentó significativamente en los años recientes, el 50% “de la población económicamente activa de este país están en la economía informal”.
Sin embargo subrayó que según el INEGI, 8 de cada 10 empleos creados surgieron en la economía informal, lo que implica que carecen de prestaciones, seguridad social y “enfatizan la precariedad social”.
Comentó que aunque la práctica de negociar la indemnización de los empleados le parece repugnante y que se le imputa generalmente a la empresa establecida, el tema toral es la economía informal, pero explicó que no son sólo temas de comercio sino también lo son aquellos talleres que producen mercancía pirata, que no facturan en ningún punto de la cadena, o “el dueño de 300 puestos en un mercado sobre ruedas”.
Reto
El doctor Zavala indicó que el problema fundamental no está en evitar que el salario sea precario sino en crear empleos bien pagados sobre todo para los jóvenes, por lo que debemos preguntarnos sobre las oportunidades de negocio e incentivar el espíritu emprendedor, porque si esperamos únicamente en que se genere empleo, seguirá siendo en el sector informal.
De esta manera enfatizó que la cuestión a resolver por la Secretaría del Trabajo y Previsión Socia (STPS) y el Gobierno en general “no va tanto en cómo le vamos a hacer para que los jóvenes tengan becas sino cómo le vamos a hacer para incentivar el desarrollo de la micro y pequeña empresa en los distintos polos en donde pueda surgir”.
Lo anterior si deseamos realmente desalentar la migración y fortalecer el tejido social por medio de familias estables, concluyó.