Muchas mipymes desconocían la importancia de tener un modelo de negocios y un plan de previsión de emergencias, por lo que al llegar la pandemia no contaban con herramientas para enfrentar la crisis y se vieron obligadas a cerrar.
Para nadie es un secreto que uno de los mayores daños colaterales de la actual pandemia ha sido el debilitamiento de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), ocasionando pérdidas económicas y en los casos más graves su desaparición junto con las fuentes de trabajo que dependían de estas.
Pero como sucede en toda crisis además de las dificultades surgen también oportunidades, y hoy quienes componen estas unidades productivas han tenido que expandir sus horizontes, encontrar nuevas formas para desarrollar sus actividades y poder sobrevivir.
Christian Abraham González Zepeda, académico de la Universidad Intercontinental (UIC) y especialista en administración de organizaciones ha sido testigo de la disrupción que el COVID-19 ocasionó a las mipymes desde que en marzo se suspendió gran parte de la actividad económica en México por la alerta sanitaria.
Al compartir su diagnóstico con Yo Influyo, González Zepeda reconoció que la pandemia tomó por sorpresa a las mipymes las cuales fueron impactadas de tres maneras:
El primer impacto fue dirigido a su supervivencia, por lo que los dueños de las mipymes tuvieron que buscar mantener su cartera de clientes y dejar en espera la búsqueda de nuevos prospectos, de esta manera su prioridad se centraba en solventar sus gastos para sobrevivir.
En segundo lugar, muchos empresarios se dieron cuenta de que nunca habían contado con una metodología de prevención, ya que nunca contemplaron que pudiese presentarse alguna emergencia que pusiera en vilo su existencia, tal y como sucedió con la pandemia.
Y, en tercer lugar, obligó a los pequeños y medianos empresarios a reconocer un modo de corrección, ya que carecían de una planeación formal, sin una organización sin una dirección, lo que han tenido que recomponer, aprender y aplicar para seguir existiendo.
González se remitió a observar los datos de una encuesta de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM) en la que se indica que el 25 por ciento de las mipymes tuvieron que despedir personal; 3 de cada 10 enfrentan problemas de solvencia; 47 por ciento tienen problemas con la cobranza, y entre 87 a 90 por ciento enfrentan pérdidas en sus ventas.
El académico de la UIC consideró que esta desfavorable situación es un llamado de atención para las mipymes de que o se cambian el chip para encontrar nuevas formas de funcionar y buscan nuevos mecanismos para mantener a sus clientes o están destinadas a desaparecer.
“Es un panorama desalentador, pero nos está orillando a reinventarnos a poder encontrar esta forma de cómo poder sobrevivir sin llegar a una extinción drástica, y esto le va a llevar a las pymes a aprender de una manera muy dura. Es una fuerte reflexión para estas”, reconoció.
Ave fénix
Debido al universo que componen estas unidades productivas, no todas han recibido apoyos o han podido aprovechar los existentes, sin embargo, desde el inicio de la crisis las mipymes no han estado solas, en una triple hélice se conformaron estrategias, es decir, entre el gobierno, universidades e instituciones privadas se crearon apoyos encaminados a ofrecer herramientas que pudieran implementar de manera inmediata para sobrevivir.
Uno de estos apoyos, indicó, han sido las capacitaciones gratuitas a través de internet, las cuales han permitido a los dueños y encargados de las empresas micro, pequeñas y medianas adquirir conocimientos para corregir errores e implementar mecanismos y herramientas indispensables para desarrollar sus actividades.
El golpe ha sido duro y muchas empresas han tenido que resurgir, los dueños y trabajadores han tenido que aprender nuevas formas para salir adelante, inclusive haciendo cambios que nunca imaginaron.
Como parte de su experiencia durante el acompañamiento a los empresarios, Christian González comentó que ha conocido casos en los cuales la alternativa de algunas compañías para seguir adelante ha consistido en cambiar completamente de especialidad, “una empresa que se dedicaba al giro restaurantero ahora ya vende ropa por internet, una persona que se dedicaba a dar servicio de estética ahora ya vende productos cosméticos”, pero eso les permite seguir obteniendo recursos.
Oportunidades
Acceder a tecnologías informáticas, desarrollar nuevas alianzas y encontrar formas novedosas para entender y atender las necesidades de los clientes son las principales cuestiones que de manera casi inmediata tuvieron que adquirir los dueños y encargados de las mipymes.
De acuerdo con Christian González la tecnología nos alcanzó, cosas que teníamos pensado migrar de aquí a 5 o 6 años tuvieron que hacerse en 6 meses, antes de la crisis sanitaria era común que muchas mipymes funcionaran sin una red social, sin un contacto en WhatsApp o a través de iniciativas gratuitas como una página en Facebook; pero al cerrarse los negocios su perspectiva cambió.
Esto lo podemos corroborar con algunos negocios como en las tiendas de abarrotes que tuvieron que cambiar la fórmula para llegar ellos a los clientes ya sea a través de llamadas telefónicas o mensajes en páginas gratuitas de internet como Facebook y dejar de esperar que los clientes llegaran solos.
Otro de los elementos, mencionó el especialista, es que tuvieron que aprender a desarrollar nuevas alianzas comerciales, tanto con su cadena de proveedores como con su cadena de clientes tuvieron que desarrollar iniciativas en cuanto a reconstruir su modelo de negocio y además adoptar nuevas formas de trabajo porque de un día para otro gran parte de su personal ya no podía asistir a las instalaciones, ya no podían visitar a los clientes.
Christian González enfatizó que con la pandemia llegó una crisis que le impactó a todo el mundo, pero advirtió que no podemos quedarnos en esa visión, tenemos que transitar a lo que sí podemos, por lo que advirtió que hace falta mayor difusión de este mensaje positivo.
Mencionó que existen esfuerzos muy importantes que han hecho las cámaras, asociaciones, organismos que agrupan a distintos sectores empresariales e insistió en que es necesario también conocer las iniciativas generadas desde las universidades y las instituciones gubernamentales que han sido varias y variadas, pero ante el gran número de mipymes no ha alcanzado para todas.
De ahí la importancia de difundir lo que sí se está haciendo desde estas instancias a fin de que los dueños y encargados de las unidades productivas puedan reactivarse, y señaló que aún hace falta mucho esfuerzo en difundir y en llegar realmente a las personas que lo necesitan.
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