La economía nacional presenta factores de alto riesgo como un frágil sistema de salud, el incremento de precios y falta de programas gubernamentales de apoyo, por lo que de no atenderse, se pondrá en riesgo la existencia de negocios en pequeño.
La “cuesta de enero” es una temporada particularmente difícil para los consumidores y los pequeños comercios, este año no ha sido la excepción y existen dos factores que actualmente preocupan a la población en general: el incremento de contagios por COVID-19 y sus variantes, así como el aumento de precios de productos de consumo popular, aseguró Gerardo Cleto López Becerra, presidente de ConComercioPequeño.
Recalcó que el frágil sistema de salud, el incremento de precios y la falta de programas gubernamentales de apoyo representan factores vulnerables para la economía, por lo que aseguró que de no atenderse se pondrá en riesgo la existencia de negocios en pequeño.
López Becerra detalló que el incremento de contagios por COVID-19 y sus variantes, el desabasto de pruebas, las deficiencias en el programa de vacunación y faltas de criterio que han mostrado los funcionarios públicos encargados de las estrategias de atención a la pandemia son de gran preocupación para quienes conforman el sector de los pequeños comercios.
“Hemos insistido en que no habrá recuperación económica posible si no logramos establecer una estrategia acertada para contener y disminuir los efectos de la pandemia. Hoy podemos registrar negocios en pequeño como tiendas de abarrotes, recauderías o papelerías que no han abierto este año o abren con irregularidad por contagio de sus encargados”, abundó.
Asimismo, mencionó que otro factor inquietante en este inicio de año es el incremento de precios que han registrado productos tanto de la canasta básica como los de alto consumo popular. “En promedio, las mercancías que comercializamos están alcanzando incrementos cercanos al 30 por ciento. De mayor preocupación son el acelerado aumento de precios de productos que son necesarios para la alimentación de las familias, algunos llegando a niveles no antes vistos en algunos puntos de abasto: 100 pesos el kilo de limón, 180 pesos un kilo de bistec de res o 20 pesos por un kilo de tortilla”, enfatizó.
El dirigente de ConComercioPequeño dijo que en todos los casos el incremento en los costos al consumidor es un factor que el pequeño comerciante está arrastrando de la cadena de comercialización por ser el eslabón final, y muchas veces de manera injusta se le señala como el responsable de los aumentos de precios.
Por otra parte, López Becerra señaló que de acuerdo al Estudio sobre la Demografía de los Negocios 2021 (EDN 2021), publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en diciembre pasado, se observa que entre mayo de 2019 y julio de 2021 se crearon un millón 806 mil 170 establecimientos y se cerraron dos millones 594 mil 787 negocios. El saldo negativo de los indicadores representa que en el periodo señalado hubo 788 mil 174 establecimientos que literalmente murieron.
Hizo notar que los negocios que cerraron además de haber sido centros de servicio a las comunidades en donde operaban y ser el motor de la economía formal. Esto se confirma con los mismos datos que el Inegi publica y afirma que los micro, pequeños y medianos comercios y empresas aportan el 99.8 por ciento al total de establecimientos registrados a nivel nacional.
Indicó que a pesar del cierre de 788 mil 174 establecimientos, lo que representa la pérdida del 16.22 por ciento de los pequeños establecimientos mercantiles a nivel nacional, es sorprendente que las autoridades federales y locales no hayan generado ninguna acción extraordinaria.
López Becerra aseguró que cada uno de los establecimientos que se crearon o cerraron, representan el esfuerzo y la inversión de una familia que busca dar un servicio a la comunidad en donde se establece, para lograr un ingreso y tener una manera digna de vivir.
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