Las demandas sociales tendrán un impacto en los balances fiscales y aumentarán la probabilidad de que los políticos se sientan tentados a favorecer las políticas populistas, lo cual comprometería la prudencia fiscal: Moody’s.
La economía mexicana comenzará a recuperarse este año, pero no será suficiente para que el país alcance antes de 2023 los niveles de actividad productiva que tenía antes de la pandemia, indicó la agencia calificadora Moody’s.
En un nuevo reporte de la agencia calificadora Moody’s Investors Service, indica que la perspectiva crediticia para los soberanos de América Latina y el Caribe en 2021 es negativa, lo cual refleja la expectativa de que las condiciones adversas que afectan la calidad crediticia de los soberanos continuarán en los próximos 12 a 18 meses.
El análisis menciona que a pesar de la perspectiva de crecimiento que apunta a una reactivación económica este año, las crecientes presiones sociales dificultarán la capacidad de los gobiernos de restaurar el espacio fiscal perdido, lo cual ejercerá presión en la calidad crediticia en la región.
“En 2021, muchas economías de América Latina experimentarán una recuperación del crecimiento, beneficiándose de efectos base favorables tras la contracción sin precedentes generada por el coronavirus en 2020, la peor desde la Gran Depresión”, aseguró Jaime Reusche, vicepresidente de Moody’s.
Afirmó que como resultado de la flexibilización de las medidas de confinamiento y del apoyo en materia de políticas públicas por parte de los bancos centrales y los gobiernos, la reactivación económica que comenzó en el segundo semestre de 2020 continuará.
El vicepresidente de la calificadora previó que varias economías de la región crecerán más de 3 por ciento, pero el Productor Interno Bruto (PIB) permanecerá por debajo de los niveles previos a la pandemia tras una contracción de más del 5 por ciento en 2020.
El reporte de Moody’s señala que en este año los déficits fiscales en América Latina se reducirán a medida que los gobiernos empiecen a retirar gradualmente algunas de las medidas adoptadas para combatir los efectos económicos de la pandemia.
Reiteró que los ingresos de los gobiernos se verán favorecidos por un impulso cíclico a medida que la actividad económica se recupere, aunque la recaudación fiscal se mantendrá por debajo de los niveles previos a la pandemia. “Pese a la reducción de los déficits, los indicadores de deuda seguirán aumentando, lo cual ejercerá mayor presión sobre los perfiles de crédito de los soberanos”, pronosticó.
Moody’s destacó que el choque macroeconómico provocado por la pandemia aumentó el índice de pobreza y la desigualdad de los ingresos, lo que invirtió el progreso social alcanzado en años anteriores.
Resaltó que es probable que esto lleve a la necesidad de ampliar las redes de protección social y aumentar el gasto público en toda la región. “Las demandas sociales tendrán un impacto en los balances fiscales y aumentarán la probabilidad de que los políticos se sientan tentados a favorecer las políticas populistas, lo cual comprometería la prudencia fiscal”, advirtió la calificadora.
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