De los desaparecidos de cero a 17 años, la mayoría o bien, 55 por ciento, son mujeres y, en general, la edad con mayor registro de desapariciones son los 12 años.
Tania Ramírez, directora de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), presentó los resultados del informe “La Infancia Cuenta en México 2022 Niñez y Desapariciones: Cómo la desaparición afecta a niñas, niños y adolescentes en México” y explicó que se ha identificado un crecimiento en la desaparición en general y las principales víctimas son las niñas, niños, adolescentes y adultos jóvenes de 19 a 29 años.
“Cada día, 17 personas entre cero y 17 años se reportaron desaparecidas en México durante 2021”, comentó Ramírez y detalló que de 1964 hasta 2021, se han identificado 87 mil 436 menores desaparecidos y de esa cifra, según datos actualizados al 9 de agosto de 2022, uno de cada cinco niños aún continúa desaparecido.
De los desaparecidos de cero a 17 años, la mayoría o bien, 55 por ciento, son mujeres y, en general, la edad con mayor registro de desapariciones son los 12 años; sin embargo, pese a las cifras, en fosas clandestinas es poco común que aparezcan cuerpos de personas menores de 17 años.
La representante de la Redim explicó que Estado de México es la entidad con más desaparición de niños y adolescentes obteniendo un porcentaje del 22.2 por ciento de desapariciones infantiles, seguido de Tamaulipas, con un 10.1 por ciento y, en tercera posición se ubica Jalisco con un porcentaje del siete por ciento. En esas entidades se concentra el 39.3 por ciento de las ausencias de menores.
Además, la experta recalcó que el estudio evidenció la desatención que existe respecto a la crisis de desapariciones en México “no sólo por parte del Estado mexicano, sino también de la sociedad, quienes dejan el problema solamente a las familias de las víctimas” y subrayó que actualmente hay un silencio y estigma que invade ese tema.
El reporte también expuso las fallas en los procesos por parte de fiscalías e instituciones públicas y que cuando los menores son localizados, sus carpetas se cierran y no se da seguimiento a los abusos a los que los niños fueron sometidos mientras estaban en cautiverio, por lo que no se sabe cómo atender a los menores y se desconoce a los responsables.
“Se dejan de registrar detalles del cautiverio, que son relevantes en la investigación del delito, pero también de los presuntos perpetradores o de las violencias que pudieron haber sufrido las infancias en el tiempo en que estuvieron desaparecidas”, explicó la experta y destacó que al cerrar las carpetas tampoco se conocen patrones o móviles, para evitar futuras desapariciones.
Finalmente, Tania Ramírez declaró que muchos estados como es el caso de Jalisco no emiten las alertas de búsqueda adecuadamente, por lo que tampoco se aplican los protocolos de búsqueda de la manera correcta, problemas con los que tienen que lidiar los familiares de menores desaparecidos.
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