El valor real de producción de las empresas constructoras acumula 10 meses en terreno negativo, lo que ha repercutido en la disminución de empleo y la caída de las remuneraciones en el sector de la construcción, uno de los pilares de la economía nacional.
Transitar por un terreno pedregoso, con pronunciadas pendientes y curvas que no permiten avanzar, es el camino al que hoy se enfrenta la industria de la construcción en México, sin que existan muchas señales que indiquen que en el corto plazo pueda revertirse esta situación, a menos que se inicien a realizar las obras de infraestructura que el país requiere, y se ofrezcan garantías a las inversiones privadas en el sector.
Así lo demuestran los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC), elaborada por el Inegi, que indican que en comparación anual, en abril de este año el valor real de producción de las empresas constructoras presentó una reducción de 5.3 por ciento, el personal ocupado total tuvo una disminución de 4.7 por ciento, las horas trabajadas cayeron 8.5 por ciento y las remuneraciones medias reales bajaron 2.4 por ciento.
La comparación mensual de estos indicadores no fue más alentadora, a pesar de que el rubro de la construcción registró en abril un ínfimo crecimiento de 0.2 por ciento. En cuanto al personal ocupado total, en abril volvió a presentar una disminución, en esta ocasión de 0.4 por ciento, en tanto, las horas trabajadas también bajaron en 3.8 por ciento, mientras que las remuneraciones medias reales que se redujeron 0.1 por ciento.
Focos rojos
De acuerdo al Centro de Estudios Económicos del Sector de la Construcción (CEESCO), la industria de la construcción se encuentra en recesión al registrar dos trimestres consecutivos con cifras negativas. En el cuarto trimestre de 2018 la construcción registró una contracción anualizada de 2.1 por ciento y en el primer trimestre de 2019, la caída fue de 0.7 por ciento.
Destaca que durante el primer trimestre de 2019 la obra pública registró una contracción de 18 por ciento con relación a los primeros tres meses de 2018, en tanto que la obra privada registró un crecimiento de 9.4 por ciento con relación al valor contratado en el mismo periodo del año anterior.
En el análisis de la Situación actual y perspectivas de la Industria de la Construcción al primer trimestre de 2019, el CEESCO señala que “hasta ahora la política económica para reactivar la economía ha sido poco efectiva a nivel nacional”.
Asimismo, menciona que entre las principales causas de deterioro de la actividad productiva de la industria de la construcción en este año, se encuentra la “parálisis en la ejecución del gasto público para infraestructura de 13.1 por ciento al primer trimestre de 2019; el freno o suspensión de obras en la edificación de carácter privado; la indefinición y falta de claridad en la política económica para el impulso económico del país, así como el retraso en la realización de las obras emblemáticas del presente gobierno”.
En cuanto a la inversión privada, el informe destaca que estará sujeta a las señales que el gobierno federal envíe al capital nacional y extranjero, además limitada por las tasas de interés y falta de financiamiento.
En este análisis, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) considera que para alcanzar la meta del gobierno federal de crecer en promedio anual 4 por ciento durante el presente sexenio, debe impulsarse a la industria de la construcción, toda vez que es uno de los motores económicos que mayor impacto tiene en la economía en general y en la creación de empleo.
Para revertir la situación negativa por la que atraviesa la industria de la construcción, la CMIC realiza una serie de propuestas:
• Impulsar y privilegiar el gasto fiscal en inversión física productiva a través de los proyectos de infraestructuras locales, estatales y regionales, así como a nivel federal.
• Fomentar una política de puntualidad en el pago de proveedores en las 32 entidades federativas.
• Elevar el contenido nacional de los proyectos productivos de infraestructura con inversión y coinversión pública-privada, ello con el fin de garantizar que las empresas en México puedan convertirse en proveedoras de insumos y bienes de dichas obras y con ello preservar el empleo y el crecimiento económico de México.
• Incrementar el financiamiento y las garantías de la banca de desarrollo para el sector productivo nacional, con tasas preferenciales a fin de mantener el flujo de inversiones orientadas al fortalecimiento del crecimiento económico.
Se requieren recursos
Por otra parte, en el análisis Situación Inmobiliaria México primer semestre 2019, elaborado por BBVA Research, destaca que “por primera vez en varios años, el número de ocupados en el sector disminuye. Las empresas están solicitando menos trabajadores con lo que se puede esperar que la desaceleración se mantendrá durante los dos primeros trimestres de este 2019 por lo menos”.
“Esto también puede estar influenciado por una caída en la productividad del factor trabajo medido por el número de ocupados, la cual ya es negativa en su comparación anual. En términos de horas, la productividad también desacelera, pero sigue siendo positiva. Esto contribuye a una perspectiva de menor empleo en el sector al menos en el corto plazo”, señala.
Destaca que el valor de la producción en construcción cerró 2018 con una contracción, la mayor parte debido a la caída de las obras de infraestructura que en los últimos tres meses del año pasado, particularmente en diciembre, bajaron casi 10 por ciento. Y destaca que el subsector de la edificación también sufrió un impacto negativo.
En ese periodo, el saldo del crédito bancario disminuyó en tasa trimestral, sin embargo, destaca que en su comparación anual superó los 60 mil millones de crédito. “Con esto se constata que el sistema bancario, tanto público como privado siguen inyectando recursos al sector y se desprende que cuentan con expectativas positivas de largo plazo para seguir otorgando más crédito”.
El informe desarrollado por BBVA, asegura que la tasa anual de crecimiento del portafolio de crédito a la construcción en 2018 creció 16.1 por ciento gracias al 13 por ciento que avanzó la banca comercial y a un fuerte avance de la banca de desarrollo cuyo financiamiento tomó un ritmo de casi 25 por ciento.
Te puede interesar: Día de la Santa Cruz y Día del Albañil, unidos por la fe