La falta de claridad en lo objetivos, así como la incongruencia demostrada por el actual gobierno ha popularizado este concepto de “maroma”.
En los últimos meses en redes sociales se ha hecho muy popular la palabra ‘maroma’ que en términos políticos hace referencia a exhibir una incongruencia y evidenciar de alguna manera la incoherencia del discurso de algunos políticos.
Si bien este concepto ya era utilizado con anterioridad, principalmente durante las campañas presidenciales, su uso en los últimos meses se ha extendido de manera exponencial principalmente gracias a plataformas como Twitter y Facebook, así como al perfil característico de los seguidores y simpatizantes del presidente Andrés Manuel López Obrador y de su gobierno quienes se han caracterizado por la defensa a ultranza de los dichos del tabasqueño, a pesar de las incongruencias de su discurso.
De acuerdo con el periodista y analista político José Cruz Pérez Rucobo, el término maroma hace referencia a “esa expresión, proveniente de una invitación, sugerencia u orden, que de si resulta ofensiva, (pero) si es proferida por AMLO, es obedecida sin más, sin analizar lo humillante de tal petición, sin pudor. El poder que ha adquirido ese hombre es increíble, sus seguidores cual uno solo, están prestos a apoyarlo en todo, aun cuando sean necedades, de esa manera, él puede hacer lo que se le venga en gana”.
‘Maromeros’ se ha convertido en una crítica constante para analistas políticos o periodistas, principalmente allegados al movimiento político de López Obrador, como son los casos de Antonio Attolini, John Ackerman, José Merino, Hernán Gómez, Rafael Barajas o Epigmenio Ibarra, quienes defienden con argumentos rebuscados y sofistas posturas como la militarización de la seguridad pública, la elaboración de consultas sin ningún rigor metodológico para justificar sus políticas públicas, la fiscalía a modo impulsada desde el Ejecutivo, o la promoción de ministros para la SCJN cercanos al partido en el poder; cuando en gobierno anteriores eran férreos críticos de estas mismas acciones.
Lo que pasa es que a los neoliberales nadie les enseñó a debatir sus posturas. Crecieron pensando que eran verdades autoreveladas. Por eso su respuesta ante la crítica y el argumento es: “son maromas.”
¡Maromas las de Murillo Karam en el caso Ayotzinapa!https://t.co/zNKB6A4jvO
— Antonio Attolini? (@AntonioAttolini) 23 de julio de 2018
Quiero ver esa maroma. https://t.co/qAioWoceBQ
— Javier Lozano A (@JLozanoA) 3 de enero de 2019
Invítanos, tus alumnos tienen derecho a saber que hay opciones pedagógicas más serias, que no están condenados a tener enfrente a un tipo que usa términos huecos analíticamente como “maromero”. https://t.co/vn7ySW4V37
— José Merino (@PPmerino) 2 de enero de 2019
En entrevista con YoInfluyo.com, el analista político Guillermo Torres Quiroz calificó como “una forma de defensa” que tienen los políticos o los seguidores de estos políticos para escudar la postura o forma de pensar de su líder.
Afirmó que en estos momentos dicho término utilizado en materia política se refiere en su mayoría a “maromas chairas”, poniendo como ejemplo el llamado ‘gasolinazo’ ya que una de las principales propuestas de campaña de nuestro actual presidente fue bajar la gasolina y hasta el momento lo único que ha sucedido es aumentar, mientras que AMLO argumenta que es debido a la inflación.
Torres Quiroz explicó que en su “defensa” López Obrador tiene que brincar de un lado al otro de acuerdo al auditorio al que se dirige, presentando contradicciones a las promesas que realizó y estas terminan adquiriendo el, ya antes mencionado termino, de “maromas”.
De igual manera el analista político aseguró que el uso de esta estrategia política no es nuevo, ni propio de México, ya que en Venezuela también fue utilizada durante muchos años para evidenciar las contradicciones generadas en el gobierno de Hugo Chávez.
Aseguró que en redes sociales el uso de este concepto adquiere una dinámica particular, ya que entre distintos grupos; como lo son los ‘chairos’ (izquierda) o ‘derechairos’ (derecha) se emplea para contradecirse y exhibir al contrincante político.
Finalmente, aseguró que este término acaba siendo un factor que evita la unión nacional, y subrayó que esto es uno de los “ingredientes” que caracterizan a los gobiernos autoritarios que promueven la polarización de la sociedad por medio de la opinión pública.
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