“En el lugar de los hechos”, testimonios de Jorge Zarza en 25 años de carrera

“En el lugar de los hechos” es un libro en el que Jorge Zarza cuenta los vericuetos a los que como reportero de TV Azteca se enfrentó en busca de la nota, es un testimonio de toda una vida invertida en la pasión por informar.



Encender el televisor para ver las noticias es algo común para todas las personas, pero es menos común estar al frente de una cámara para dar a conocer en poco tiempo las noticias que día a día van dando curso a la historia del mundo, y hacerlo durante 25 años continuos es una hazaña que pocos logran como lo ha hecho Jorge Zarza como reportero y conductor en TV Azteca.

Miles han sido los acontecimientos que ha atestiguado y de los cuales periodísticamente ha dado cuenta. Sin embargo, detrás de muchos de estos quedaron sin contarse historias que tocaron las fibras más sensibles de su ser ya fuera por tratarse de eventos trágicos o bien porque tuvo el privilegio de entrevistar o estar en eventos con personajes que han dejado huella en la política, en la religión o en el deporte, experiencias que ahora comparte en su libro “En el lugar de los hechos”.

En las instalaciones de la televisora del Ajusco, que ha sido la casa de Jorge Zarza durante 27 años, Yo Influyo platicó con él sobre la experiencia de escribir un libro en el que se muestra no como el personaje que sale a cuadro y que para entrar a los hogares requiere ser creíble, sensato, preparado y pulcro, sino como el hombre de carne y hueso quien al hacer su trabajo como reportero se ha enfrentado lo mismo a momentos mágicos como a la incertidumbre, al dolor, al miedo y hasta el fracaso, una cara de la moneda que no trasciende a la audiencia.

“Lo que salió en la tele es información, cruda, veraz, oportuna, verificada, verificable lo que yo vi, lo que yo transmití, lo que yo puse en el momento de los hechos, pero hay una parte humana de un hijo, de un padre, de un esposo, de un ser humano que llora, que sufre, que suda, que sueña, que le da hambre, esa no sale en la tele y eso es lo que yo quería contar”, asegura con los ojos encendidos de emoción.

“Cómo le hice o cómo me sentía, cómo nos trasladamos a un punto, cómo es una transmisión en vivo, cómo ganas una cobertura. La gente ve la tele y dice: ah pues ya está en el lugar de los hechos, pero ¿qué hay detrás de los hechos?”, esto es lo que se revela en los 17 relatos que contiene el libro, explica.

Zarza recuerda que al ser estudiante en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García pasó por su cabeza la idea de que al igual que algunos de sus profesores él escribiría un libro, cuando por supuesto tuviera algo interesante qué contar, lo que pasó de ser un buen deseo a una realidad después de que retomó esta idea al cumplir 25 años en TV Azteca, tarea que confiesa no fue nada fácil porque una cosa es escribir notas para la televisión y otra muy distinta redactar un libro, además de que surge la duda si en realidad será interesante para los lectores.

Ante este temor se enfocó en sus hijos y en la manera en la que les contaría todo aquello que vivió, por lo que decidió redactar sus historias como una aventura, como una travesura, como peripecias, lo que no se vio de lo que salió en la tele.

Sin triunfalismos

Con el afán de ser imparcial y presentar la información con objetividad el reportero deja de lado sus sentimientos, es así que se sabe que los periodistas no lloran, no sienten y no aplauden, por lo que en las páginas del texto Jorge Zarza no reparó en expresar lo que pasaba por sus sentidos y su corazón en cada una de las historias narradas. “Lo que traen las páginas son puro sentimiento donde sí lloro, sí aplaudo, sí me río, donde sí me equivoco”, subraya.

En un tono sobrio Jorge deja en claro que este no es un libro triunfalista ya que contiene episodios de su carrera que no fueron precisamente buenos como resultado de que no se preparó o se equivocó, de cuando tuvo fallas que muestran que es un ser humano porque “detrás de un reportero hay una persona a quien no siempre le salen bien las cosas y con honestidad hay que compartirlo”, señala.

Al ser cuestionado sobre cuál ha sido la historia que más le ha impactó en su vida sin dudarlo y recobrando el entusiasmo afirma que es la de Juan Pablo II porque es un santo y nunca había estado tan cerca de uno, pero no sólo eso, sino que en el plano periodístico en una de las visitas que el Sumo Pontífice realizó a nuestro país cuando la televisora del Ajusco repuntaba, a Jorge Zarza le tocó, junto con otros integrantes de la empresa de televisión, abrir brecha para que TV Azteca tuviera uno de los cinco lugares para periodistas mexicanos en el avión papal.

Sí, es un libro en el que ofrece su propio testimonio de los hechos, pero también el de los protagonistas de las historias contenidas en el texto que además como ser humano compartió los sentimientos que en cada evento fueron aflorando, así Zarza sintió angustia, desesperación y dolor al ver el sufrimiento de quienes tenían a un familiar atrapado en una mina en Chile, o bien de quienes a consecuencia de una masacre, de un atentado o producto de un fenómeno natural perdieron a un ser querido, en contraste también compartió buenos sentimientos como cuando miles de personas expresaban su alegría desbordada al paso del Papa Peregrino, aunque fuera por sólo unos segundos.

Consejos de un periodista

“En el lugar de los hechos” ha sido considerado por algunos como un manual de periodismo, inclusive la propia editorial Aguilar asegura que en este libro se encontrarán lecciones de periodismo de primer nivel, lo que Jorge encuentra pretencioso y hasta soberbio porque su intención nunca ha sido mostrarse como modelo a seguir, ni faltarle el respeto a sus colegas, sin embargo cree que en las anécdotas que reseña lo que sí puede encontrar un estudiante de periodismo es no tanto qué hacer, sino qué no hacer y eso a lo mejor le sirve de ayuda.

Recuerda que en la Septién buscaba literatura de Jacobo Zabludovsky, Ricardo Rocha o Guillermo Ochoa, de alguien que le dijera cómo le hacían para obtener la información, y ahora con su libro es lo que ofrece, no lecciones sino anécdotas de lo que puso en práctica y que a veces le fue muy bien, y en otras le fue muy mal.

Jorge reconoce que al periodista le gusta el protagonismo, tan es así que cuando redacta una nota lo primero que escribe es su nombre, sin embargo, debe caer en la cuenta de que preguntar es fundamental para su quehacer cotidiano.

“Es muy importante que el periodista, en el nivel que esté, siempre tiene que pedir ayuda, bajar un escalón y preguntar a otros, esto es lo que enriquece el trabajo porque no sabemos todo ni podemos verlo todo, por ejemplo, cuando tengo una entrevista importante acudo a mis amigos para pedir su consejo y hoy no me da pena decir que muchos de mis éxitos no fueron totalmente míos ya que muchas veces las mejores preguntas surgieron de ellos”, admitió.

Protagonista del cambio

Cuando Jorge Zarza inició su carrera profesional en la televisión, la libertad de expresión en México estaba muy limitada principalmente en este medio, propiamente las noticias presentadas en las pantallas era controlada por el gobierno y todo lo que se transmitía era para hablar bien del presidente y su administración, sin embargo esto cambió cuando la televisora oficial pasó a manos de la iniciativa privada.

Zarza recuerda que el espíritu que impulsó el nuevo dueño de la televisora, Ricardo Salinas Pliego, era que la gente de a pie fuera la protagonista, que las cámaras y micrófonos de TV Azteca estuvieran abiertas a lo que tenían que decir, esto rompió paradigmas y abrió espacios que han aportado a la vida democrática del país.

La combinación generada por la carta abierta a la libre expresión y el espíritu del reportero que busca la verdad hicieron que Jorge Zarza fuera pionero en una nueva etapa de la televisión mexicana al entrevistar a quienes antes no eran entrevistables, en mostrar imágenes de lugares a donde nunca antes las cámaras habían llegado por la censura y al hablar en las pantallas de lo que no se hablaba.

“En el lugar de los hechos” es un libro que de forma amena cuenta los vericuetos a los que un periodista se enfrenta en busca de la nota; es una lectura gracias a la cual hay eventos que se redescubren y lecciones que se descubren; y es un testimonio de toda una vida invertida en la pasión por informar.

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