La polarización impide que veamos el foco, nosotros, indicó González, y señaló que como movimiento consideran que el punto de partida es “recuperar la memoria colectiva de las personas, la cual existe y tiene raíces profundas como lo pudimos palpar en el sismo del 19 de septiembre de 2017”.
¿En dónde ponemos nuestra esperanza? Esta es una pregunta pertinente en todo momento, pero que tiene una perspectiva particular en esta etapa de reflexión previa a los comicios.
“La contienda electoral esta caracterizada por el desaliento y cansancio de los mexicanos ante la incapacidad de los políticos para resolver los desafíos del país y por otro lado está un deseo de cambio de rumbo”, señaló Oliverio González, Presidente en México de Comunión y Liberación, movimiento laical fundado por Don Luiggi Giussani, en la Italia de la posguerra.
González indicó que existen claroscuros en las propuestas de los candidatos, coaliciones entre partidos que se contraponen en sus ideales, “lo que no deja muy claro qué tipo de gobierno es el que tendremos, gane quien gane”. En virtud de este hecho el movimiento plantea tres cuestiones: de dónde partimos, que está en juego y dónde tenemos puesta nuestra esperanza.
¿De dónde partimos?
En entrevista con Yo Influyo, Oliverio González señaló que es muy fácil reducir nuestra participación a pensar que “todo empieza y termina con el voto”, lo que nos lleva solo a llevar contenidos de propaganda en todos los ambientes, y eso “nos está generando llevarnos a la confrontación, a la confusión y al cansancio.”
La polarización impide que veamos el foco, nosotros, indicó González, y señaló que como movimiento consideran que el punto de partida es “recuperar la memoria colectiva de las personas, la cual existe y tiene raíces profundas como lo pudimos palpar en el sismo del 19 de septiembre de 2017”.
Ese día, recuerda se pudo observar se pudo observar la solidaridad y el afecto entre los mexicanos.
“Por un momento ya no existía la desigualdad ni la exclusión, todos unimos fuerzas para salir adelante de esa crisis”, comentó.
“Hacer memoria de este hecho puede ser el punto de partida que nos ayude a que crezca nuestra esperanza y reconocer que dentro del corazón y conciencia de los mexicanos está arraigado una capacidad de vivir y hacer experiencia del bien común, para nosotros, es fruto de la evangelización”.
Acotó que donde no permeó fuertemente esa evangelización es donde hoy se viven más fuerte la experiencia de la violencia.
Desde Comunión y Liberación creen que la insistencia de la comunidad cristiana es un factor decisivo para que esa identidad “cada vez se experimente más en el cotidiano”, para que “tengamos la conciencia de que no podemos vivir únicamente para nosotros mismos” y subrayó la necesidad de “contribuir a construir lugares y ambientes donde llegue a prevalecer el bien de todos”.
Consideró también que las parroquias y grupos laicales “siguen siendo ese lugar de abrazo a los más pobres y necesitados” en situaciones económicas y existenciales.
¿Qué está en juego?
González indicó que hemos sido testigos de varias reformas que nacieron del Pacto por México, mismas que traen consigo aspectos positivos y negativos, mismas que son parte importante del debate electoral.
No obstante enfatizó que “no existe reforma o estructura política que pueda acabar con los males de un país, por sí misma”, por lo que es imprescindible la generación de un sujeto que con toda su libertad y razón sea capaz de mirar de un modo más verdadero la realidad y actúa en consecuencia”. Así el éxito o no de las políticas depende de la libertad de las personas.
Por lo tanto consideró importante insistir en que hoy existe es una emergencia educativa, por lo que el debate debe tener como prioridad el aspecto educativo, es decir, “la creación de mejores condiciones para una educación humana” que contemple la dignidad de la persona humana y su libertad, tanto en el ámbito formal como en el informal.
Dentro de este último se halla la familia, con todos sus vértices como la madre sola que trabaja o de los niños huérfanos.
El reto es diseñar políticas públicas “para que esos niños tengan espacios, tengan una forma de poder desarrollarse de manera adecuada” y mencionó que la Iglesia hace un trabajo tremendo en el tema.
El Presidente de Comunión y Liberación México, señaló que hay que “superar la reactividad y poder usar la razón de un modo adecuado”, por lo que debemos conocer las propuestas de los aspirantes.
“Existe una brecha muy grande entre Estado y sociedad, pero precisamente porque creo que hemos dejado de interesarnos por la vida pública”, señaló González. A
demás recalcó que es de suma importancia reconocer en qué opción “encontramos una correspondencia con nuestros ideales, familia, educación y trabajo”, buscar donde la familia es primordial.
¿Dónde ponemos nuestra esperanza?
“Nuestra esperanza no puede estar puesta en un partido político o en un político, nuestra esperanza está puesta en lo que hemos encontrado, en la fe”, en el acontecimiento “que es el cristianismo y que nos permite entrar en la realidad sin miedo”. Destacó que el protagonismo está en entablar un diálogo con los actores de la sociedad.
Algo similar señaló el líder del movimiento laical, el sacerdote Julián Carrón, en su visita a México de 2015, recordó Oliverio González.
“La única forma de que podemos comenzar de nuevo con una certeza frente a las circunstancias que vivimos es el acontecimiento cristiano, un encuentro con una persona que por su modo de vivir la realidad, de juzgar las circunstancias, sea algo atractivo y pleno para la vida de los demás, únicamente en este encuentro es posible que nosotros podamos salir del miedo, de la parálisis que generan las circunstancias que hoy enfrentamos”.
“En ese sentido el testimonio es un pilar fundamental, porque nosotros podamos testimoniar que en medio de estas circunstancias, en medio de estas dificultades, en medio de estas crisis, que vivimos hoy en día, podemos vivir de una manera libre, verdadera, que a los demás les nazca la pregunta ¿por que vives así?” agregó el presidente de Comunicación y Liberación.
“El nuevo inicio es cada jornada, como la enfrenta uno y que es lo que comunica uno en sus ambientes, en los ambientes en donde estamos presentes, entonces en ese sentido, es necesario que acontezca de nuevo el hecho cristiano para poder estar con todo nuestro afecto y con toda nuestra libertad delante las cosas” y sin este acontecimiento “todo se reduce a dogma, todos se reduce a un voluntarismo.”