Con el parque La jugaquina se pretende un grado de confort que permita la apropiación y el uso por parte de los ciudadanos que hoy acuden al sitio.
Las iniciativas sociales del arquitecto ecuatoriano David Regalado Ojeda en la Ciudad de Loja evidencian una renuncia al proyecto de arquitectura autónomo, abordando la identidad formal colectiva con un parque construido de material reciclado donde la historia se transforma en juego, aprendizaje, emprendimiento y trabajo en equipo. (Dejtiar, 2018)
Artistas, voluntarios y la comunidad han colaborado en el proyecto con una inversión nula: todo fue reciclado y generado con la ayuda comunitaria de las personas, se utilizaron materiales reciclados de los desechos que se encuentran en el centro de gestión integral en manejo de residuos sólidos del municipio la Loja, todos estos desechos se convirtieron en juegos para niños, equipaje y mobiliario urbano, señalamientos y elementos estéticos visuales del parque, a la vez se le brinda sentido a las identidades de Loja y su provincia.
El espacio que se intervino era completamente diluido entre el caos debido a la configuración espacial del conjunto urbano en el cual estaba envuelto y su organización con respecto a sus funciones, pero al mismo tiempo contaba con una riqueza natural extraordinaria.
La propuesta gira en torno a un doble y simultaneo interés, el primero es la renuncia al proyecto de arquitectura autónomo y el segundo sería dotarle de identidad formal acorde a su importancia como punto de inicio de “la ruta de la cascarilla”. La ruta carece de una identidad como punto emblemático de partida, con estos conceptos, pretendemos un grado de confort que permita la apropiación y el uso por parte de los ciudadanos que hoy acuden al sitio.
En este proyecto podemos ver cómo un espacio descuidado llegó a ser un hito en la ciudad mediante la visión y compromiso del arquitecto David Regalado y los involucrados, también se aportó al medio ambiente mediante el uso de materiales reciclado en los elementos que se anexarían al parque de La jugaquina. Es un claro ejemplo de emprendimiento, compromiso con la comunidad y el medio ambiente al mismo tiempo buscando un impacto urbano positivo.
Te puede interesar: Cambiar hábitos mejora las empresas
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com