“En materia de virtud, es necesario esforzarse por hechos y acciones, no por palabras”. Demócrito
Para ponernos en contexto, hoy en México existe un alza generalizada en la percepción de la inseguridad, que va acompañada del incremento real en los delitos y en específico de asesinatos en nuestro país; síntomas que pueden medirse a través de medios oficiales como el Inegi u organismos independientes de la sociedad civil como el “ejecutometro.org”, asociación que recopila (información sobre) decesos en una función de observador sombra del gobierno, otorgando datos para compararlos con los oficiales y así tener una radiografía de nuestra sociedad; por lo que podemos decir (apreciar) que estamos mal y vamos empeorando.
Al momento de elaboración de este artículo, el caso que detonó su redacción ha dado muchos giros: “Fátima Cecilia” de siete años de edad, se extravió el pasado 11 de febrero mientras esperaba a su madre a la salida de su escuela en la alcaldía Xochimilco y trágicamente, cuatro días después su cuerpo fue encontrado sin vida.
En redes sociales, la indignación, información y desinformación corrieron desenfrenadamente, sumándose la poca sensibilidad y empatía por parte de los gobiernos locales y federales, con lo que empeoró el malestar social; los datos eran confusos, salieron declaraciones de supuestos familiares dando hasta tres versiones distintas de lo sucedido, así como en los medios oficiales, donde se dio a conocer información sensible sobre la menor y de los familiares, llegando incluso a señalarlos, sin resolver el problema focal del caso.
El papel del gobierno no es un problema que pueda abordarse en esta breve reflexión, pero sí (lo es) el papel que juega la sociedad civil y que cada uno de nosotros como actores de ésta podemos realizar; como hermanos, amigos, padres e hijos con empatía, al conocer la trágica noticia de “Fátima” hemos sentido la natural indignación y necesidad responder o ayudar más allá de sólo difundir notas a través de redes sociales o compartir nuestra opinión, pero encontramos un obstáculo en el limitado rango de acción para influir casos como éste.
Ante esta confusión, ciertos grupos organizados de la sociedad se han sumado a la exigencia de justicia para “Fátima” como respuesta al incremento de los asesinatos en todo el país, pero ciertos sectores han llevado más allá las exigencias, y suman una carga ideológica y totalitaria a éstas, con lo cual, en vez de abonar a una solución de manera común, sólo justifican un discurso hegemónico.
Muchas veces no compartimos la forma pensar de nuestros padres, amigos, o pareja, pero en lo que no podemos estar en desacuerdo es en tolerar las injusticias o que se dañen a las personas, por lo que surge la necesidad de esbozar una ruta para la acción que se encamine de manera eficiente a abonar no solo a una situación coyuntural sino al problema en general, por lo cual podemos sugerir: 1. Informarse de manera adecuada y variada, 2. Sumarse a actividades que tengan una propuesta real que impacte en el problema y esbocé una solución y 3. Ser mejores personas (por que siendo mejores personas cambiamos nuestro alrededor y cambiamos al mundo).
“Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada”. Edmundo Burke
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