Vivir con esperanza en tiempos difíciles. La esperanza no defrauda

En estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir donde vale más un perro que un niño, donde la gente mata por conseguir un poco de placer, donde la gente pasa por encima de quien sea con tal de salirse con la suya, donde la justicia está en manos de los delincuentes y por eso no se hace justicia, precisamente en este tiempo más que nunca hay que vivir con esperanza. 

La Esperanza nace del amor y se funda en el amor que brota del corazón de Jesús traspasado en la cruz, es decir, en el momento de mayor amor de Dios para la humanidad, al grado de dar su vida para darnos vida eterna.

Si, este tiempo sólo se puede enfrentar con esperanza ya que es la que da apoyo y vigor a nuestra vida. La esperanza cristiana no engaña ni defrauda porque está fundada en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos nunca del amor divino. Si lo vemos así entonces podremos hacer frente a las dificultades que la sociedad y el mundo nos presentan porque esta esperanza se fundamenta en la fe y se nutre de la caridad, es decir, del amor y de este modo hace posible que sigamos adelante en la vida.

Nos podemos preguntar, si Dios me ama tanto ¿por qué existen tantas dificultades y problemas en la vida cotidiana? La respuesta es muy sencilla, el amor se pone a prueba cuando aumentan las dificultades y la esperanza parece derrumbarse frente al sufrimiento, pero solo parece, ya que en realidad es lo que nos mantiene de pie.

Aquí entra en juego la paciencia, otra virtud que mantiene viva la esperanza y la consolida como estilo de vida.

Debemos recordar que toda virtud es un proceso y que debemos trabajarla poco a poco en nuestros hijos, pero también es cierto que debemos fomentarla y procurar actividades para que puedan vivirla, a pesar de que el medio en el que nos movemos no es muy propicio y que la sociedad en general nos puede influenciar para que sintamos que todo está mal y que por esto caigamos, con mayor facilidad, en depresión o en desánimo.

Por eso aquí te dejo mis 5Tips para educar a nuestros hijos para que vivan la virtud de la esperanza.

PRIMERO. Ten claro qué es la esperanza

Esperanza es saber que existe un bien mayor y que es alcanzable, aunque sea complicado o lejano. Esto no siempre es fácil de explicar a nuestros hijos.

Debemos ponerlo en palabras sencillas y fáciles para ellos, por ejemplo, si tienen ganas de comer un helado, no es necesario tener esperanza ya que es muy fácil ir a la tienda y comprar el helado, aunque en este tiempo se complique un poco, pero es muy fácil de alcanzar.

La esperanza surge cuando tenemos en la mira un bien mayor que no es tan fácil de alcanzar, pero es posible, por ejemplo, cuando se ponen la meta de estudiar una carrera en particular, tienen esperanza de titularse a pesar de que saben que les va a costar trabajo, estudios y sacrificios para llegar, después de mucho tiempo, a titularse.

SEGUNDO. Enseña a tus hijos a reconocer y agradecer lo que tienen.

También podemos fomentar en nuestros hijos la esperanza ayudándoles a que se den cuenta de qué hay personas que la pasan peor, que tienen menos, que les hacen falta más cosas que a ellos.

Esto les ayuda, pues fomenta el buen ánimo y favorece una mejor actitud ante la adversidad, pues se pueden dar cuenta de todas las cosas buenas que tienen y esto debe darles aliento para mantener la esperanza viva.

El agradecer lo que sí tienen, los hace humildes y sencillos para reconocer la grandeza de las cosas pequeñas que ayudan a alcanzar esa gran meta o bien supremo.

TERCERO. Que se pongan metas alcanzables a corto, mediano y largo plazo.

Si todas sus metas fueran a largo plazo, sería muy fácil perder la esperanza. Es por esto que es necesario que se pongan metas pequeñas, fácilmente alcanzables; metas a mediano plazo que impliquen un poco más de esfuerzo, y por último, metas a largo plazo que impliquen grandes esfuerzos, pero que nos lleven a un bien mayor.

Para esto podemos ponernos metas a un mes, a tres meses, a seis meses, a un año y a mucho más tiempo.

Es muy bueno que estas metas las tengamos anotadas para que sean sostenibles en el tiempo y que, con el paso de los meses, no se pierdan ni se olviden.

CUARTO. Revisa los avances.

Es importante que constantemente estemos revisando cómo vamos en el camino de alcanzar nuestras metas.

Para esto podemos hacer un tablero ya sea tipo calendario, o una línea en el tiempo para ir marcando nuestros avances y así, gráficamente, ver que cada vez es más cercana la posibilidad de alcanzar nuestra meta.

A nivel familiar, es importante que tengamos espacios para que nuestros hijos compartan sus avances, sus esfuerzos, las metas cortas alcanzadas, y también sus anhelos en alcanzar las metas más lejanas o más altas.

En este sentido, es ideal que todos los miembros de la familia estemos pendientes y celebremos cada logro en el alcance de estas metas.

Mientras más pequeños sean nuestros hijos, es más necesaria esta parte gráfica. Cuanto antes empecemos, es mucho mejor pues así nuestros hijos verán todo esto como un estilo de vida y cuando pase el tiempo no les costará trabajo vivir esta virtud.

Y QUINTO. La esperanza no defrauda.

Es importante que tanto nosotros como nuestros hijos tengamos claro, que lo que vale la pena cuesta trabajo. Es por esto que debemos esforzarnos por alcanzar nuestras metas.

Estoy segura que a lo largo del tiempo, tendremos muchas situaciones complicadas que nos impiden cumplir con estas metas, pero es muy importante que seamos tenaces y constantes en el empeño de cumplir nuestras metas.

Es así que la esperanza consiste en saber que existe esa gran meta y que podemos alcanzarla, sin importar cuántos sacrificios debamos hacer en el camino.

También debemos estar preparados para brincar los obstáculos que la sociedad, las condiciones económicas, políticas y sociales, nuestra condición física, las personas que nos rodean o las carencias tecnológicas, podrán ponernos para cumplir esta meta.

Recordemos que la esperanza no defrauda, seamos peregrinos de esperanza en esta vida terrenal. Seamos testigos de esperanza.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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