Las virtudes teologales son fe, esperanza y caridad, y la persona que las vivió ejemplarmente fue la Santísima Virgen María.
Nosotros como madres y padres de familia debemos aprender a vivir estas virtudes a ejemplo de María y además, debemos educar a nuestros hijos para que ellos, desde pequeñitos, también las vivan.
Por eso te dejo mis 5 tips para llevar a la vida las tres virtudes teologales a ejemplo de María Santísima.
Primero. Bendice en todo momento. La sociedad actual se ha olvidado de esto y por el contrario, nos ha enseñado a maldecir en todo momento.
La intolerancia y la violencia se ha apoderado de nuestras acciones y por lo mismo regalamos e insultamos a nuestros hijos en lugar de corregirlos y educarlos con amor.
Es necesario hacer un cambio de estrategia y bendecir a nuestros hijos en todo momento, aún cuando cometan errores o hagan travesuras.
Si los bendecimos en lugar de insultarlos, ellos recibirán la gracia de Dios y por lo mismo, abrirán el corazón a la corrección fraterna que como padres, debemos hacerles.
Segundo. Confía en Dios siempre a pesar de las circunstancias. Este punto creo que es el más difícil porque, confiar y esperar en Dios cuando las cosas van bien es muy fácil, pero cuando todo está en contra, cuando se ve oscuro el panorama, cuesta más trabajo, pero es cuando más debemos confiar en Dios.
Y sobre todo, confiarle a Dios nuestra vida, nuestra familia, para que sea Él quien lleve las riendas de nuestras vidas.
Es vivir en el abandono y en la confianza de que Dios sabe mejor lo que nos conviene en cada momento de nuestra vida.
Tercero. Ora como si todo dependiera de ti y ora y espera como si todo dependiera de Dios.
Es necesario hacer nosotros nuestra parte pero también dejar que Dios haga la suya y esperar que él nos dará lo que nos conviene en cada situación.
Aquí además hay que pedir santa indiferencia para saber aceptar las cosas y saber afrontar los retos que se presentan con paz en el corazón y alegría.
Cuarto. Guarda todo en tu corazón y no guardes rencor. Cómo María, hay que guardar todo en el corazón, las cosas que nos gustan, lo que nos preocupa, lo que necesitamos, por quienes debemos orar, lo que queremos ofrecer a Dios, todo eso hay que guardarlo en el corazón para tenerlo siempre presente y hacer una oración constante.
Lo que no podemos guardar es el rencor ya que envenena el corazón y el alma y hace que se haga de piedra.
El rencor es un sentimiento negativo qué hay que desechar de inmediato, viene junto con la ira y no debemos tenerlos en el corazón más de veinte segundos porque hacen mucho daño.
Y quinto. Ama sobre todas las cosas. Si amamos, todo lo veremos diferente. Dios nos ha amado primero pues nos deja amanecer a diario.
Y aunque nuestra vida esté muy complicada, tener un día más como oportunidad para mejora y cambiar, también es un acto de amor de Dios.
Es por eso que nosotros debemos hacer todo con amor y por amor.
Si corregimos a nuestros hijos, que sea con amor y por amor, no porque estamos enojados y tenemos que sacar el enojo con alguien.
Si nos enojamos, que sea con amor y por amor, así el enojo no durará más de veinte segundos y después debemos recobrar la paz para actuar adecuadamente y pensar con la cabeza fría para tomar las decisiones adecuadas.
El amor todo lo puede y hace la vida mejor, así que si llenamos nuestra vida de amor, podremos vivir las tres virtudes teologales y, lo mejor de todo, es que podremos educar a nuestros hijos en ellas.
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