¡Violencia! ¿Cómo afecta a mi familia?

La violencia se contrarresta con amor.



En la actualidad podemos ver como la sociedad está cada vez más violenta y en muchas ocasiones pensamos que eso está muy lejos de nosotros, sin darnos cuenta que la violencia social cada día está más cerca de nuestras familias.

Y para muestra están nuestros hijos que son expuestos a la violencia que contienen las caricaturas o los videojuegos sin que nosotros podemos controlarlo.

También podemos ver cómo se ha llenado de violencia el ambiente escolar en el que se desenvuelven nuestros hijos.

Y qué decir de la violencia que genera el tráfico y las largas jornadas que pasamos en medio de el, tratando de llegar de un lugar a otro y teniendo que ejercer nuestra paciencia al máximo, con el riesgo de ser asaltados o violentados.

La vida se ha vuelto violenta y nuestras familias se ven afectadas en su dinámica propia ya que se viven los efectos y secuelas que la violencia social genera.

Por eso aquí les dejo mis 5 tips para que la violencia no afecte tanto a nuestra familia.
Primero. Háblales con ternura aún cuando estés molesto. Es muy fácil que lleguemos a casa con los ánimos exaltados y queriendo pelear con todos por el nivel de violencia que se vive en medio del tráfico, pero es necesario dejar afuera esta carga y armarnos de ternura y amor para hablar con nuestros hijos.

Una buena estrategia es que antes de llegar a casa respiremos profundo y pongamos en las manos de Dios los afanes del día, así seremos capaces de hacer a un lado todo esto y poder hablar con nuestros hijos con ternura y amor.
El amor es la clave para contrarrestar la violencia.

También es necesario darnos cuenta de que nuestros hijos son pequeños, son adolescentes o son jóvenes que se pueden equivocar y que debemos tratar de comprenderlos y corregirlos con amor antes que hacer uso de la violencia.
Esto cuesta trabajo pero vale la pena porque de eso depende que nuestros hijos aprendan cómo enfrentar la vida.

Segundo. Cuida lo que ven y escuchan. Otra forma de infiltrar la violencia en nuestro hogar es por medio de los programas de televisión o por los cómics que leen nuestros hijos.

Ahora también es una fuente de violencia las canciones modernas que sólo hablan de drogas, narcos, violencia y actos deshonestos.
Debemos tener cuidado de que en casa no tengan posibilidad de estar en contacto con esto.

Yo sé que pueden estar en contacto en otros lados pero es necesario que hablemos con nuestros hijos y les hagamos ver que ellos mismos deben cuidarse de escuchar y ver estas cosas que violentan su alma y que son fuente de agresividad.

Es mejor que aprendan a desechar lo que no les hace bien por ellos mismos.
Tercero. Dialoga para solucionar los problemas. Nuestros hijos hacen lo que ven, porque tratan de imitar todo.

Por esto es necesario que aprendan de nosotros a dialogar en lugar de discutir.
Si les ponemos el ejemplo estaremos armando a nuestros hijos para saber gestionar sus sentimientos y para solucionar las cosas sin violencia.

Debemos educarlos en la tolerancia a la frustración y también en el ofrecer todo a Dios para que sea Él quien lo haga trascendente.

La cultura del sacrificio debe estar presente en nuestras familias. Aunque ya no esté de moda en la sociedad.

Cuarto. Perdona y olvida. El resentimiento genera rencor y el rencor engendra la violencia en el alma, es por esto que debemos cuidar que nuestros hijos sepan que es mejor personar y bendecir que guardar rencor.

El que perdona, pone todo en las manos de Dios y por lo mismo olvida y bendice.

De otra forma, estará buscando siempre la revancha o el hacer justicia por propia mano y estoy genera mucha violencia, tanto verbal como física.

Una forma muy sencilla de enseñar a nuestros hijos a personar es hacer el ejercicio cada vez qué hay un pleito o una ofensa en casa.

Lo mejor es que se pongan frente a frente y que los involucrados ofrezcan disculpas y reciban las que el otro les ofrece y después que sigan jugando o conviviendo en santa paz.

Y quinto. Ora y ofrece todo. Cuando oramos por la paz interior de nuestra familia estamos colaborando para lograr la paz en nuestra sociedad.

Nadie da lo que no tiene, por estos es necesario llenarnos de paz el corazón para poder actuar con paz y contrarrestar la violencia qué hay en la sociedad.

Y si logramos ofrecer todo lo que nos pasa en el día, estaremos logrando hacer que todo tenga frutos espirituales para nuestra familia.
Con este ejemplo nuestros hijos verán todo esto como lo más normal y se acostumbrarán a ofrecerlo todo en lugar de guardar rencor y buscar revancha.

La violencia se contrarresta con amor.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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