Se llegó el tiempo donde la participación ciudadana se vuelve pieza clave para el futuro de nuestro país.
Es claro que existe una confusión provocada por el exceso de información no siempre fundamentada o tomada de fuentes confiables, lo que ha generado fastidio o poco interés por todo lo que tiene que ver con nuestro gobierno y los procesos que giran a su alrededor, convirtiendo el tema en tabú.
Cada país tiene los gobernantes que se merece, es por esto que nosotros debemos ser agentes de cambio en nuestra sociedad y tener mejores gobernantes que busquen en todo momento el Bien Común.
Para esto tenemos la ayuda de la Doctrina Social de la Iglesia para saber cómo actuar en este tipo de circunstancias y de nosotros depende prepararnos para saber qué hacer para participar y colaborar para obtener ese Bien Común tan necesario en nuestra sociedad, por eso aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.
Primero. Conoce la Doctrina Social de la Iglesia.
Según el compendio de Doctrina Social de la Iglesia, el católico debe saber que “puede encontrar en el compendio de Doctrina Social de la Iglesia los principios de reflexión, los criterios de juicio y las directrices de acción como base para promover un humanismo integral y solidario”.
Que iluminados por ella, sean capaces de interpretar la realidad de hoy y buscar caminos apropiados para la acción. (Num. 7)
Este documento pretende presentar, de manera completa y sistemática, aunque sintética, la enseñanza social, es decir, el magisterio que la Iglesia nos ha dado en materia social.
Es muy fácil obtenerla ya que está disponible en las librerías católicas y en internet, especialmente en la página del vaticano, www.vatican.va así podemos estudiarla y reflexionarla para poder aplicarla en la vida cotidiana.
También existen cápsulas en video y en audio donde algunos expertos en la materia nos ayudan a entenderla mejor.
Segundo. Ten claro el concepto de participación y sus límites.
El mismo documento nos dice: “Consecuencia característica de la subsidiariedad es la participación, que se expresa, esencialmente, en una serie de actividades mediante las cuales el ciudadano, como individuo o asociado a otros, directamente o por medio de los propios representantes, contribuye a la vida cultural, económica, política y social de la comunidad civil a la que pertenece.
La participación es un deber que todos han de cumplir conscientemente, en modo responsable y con vistas al bien común.
Se hace imprescindible la exigencia de favorecer la participación, sobre todo, de los más débiles, así como la alternancia de los dirigentes políticos, con el fin de evitar que se instauren privilegios ocultos; es necesario, además, un fuerte empeño moral, para que la gestión de la vida pública sea el fruto de la corresponsabilidad de cada uno con respecto al bien común”. (Num 189)
El límite es claro, nuestra conciencia nos puede decir con claridad que debemos hacer todo lo posible para que nuestra participación colabore para obtener el bien común.
Por otro lado, es necesario que nuestros hijos aprendan de nuestro testimonio la participación ciudadana, sin depender de lo que se nos promete o de lo que nos da miedo.
Tercero. Participación y democracia.
Según el documento, la participación en la vida comunitaria no es solamente una de las mayores aspiraciones del ciudadano, llamado a ejercitarse libre y responsablemente el propio papel cívico con y para los demás, sino también uno de los pilares de todos los ordenamientos democráticos, además de una de las mejores garantías de permanencia de la democracia. El gobierno democrático, en efecto, se define a partir de la atribución, por parte del pueblo, de poderes y funciones, que deben ejercitarse en su nombre, por su cuenta y a su favor; es evidente, pues, que toda democracia debe ser participativa. Lo cual comporta que los diversos sujetos de la comunidad civil, en cualquiera de sus niveles, sean informados, escuchados e implicados en el ejercicio de las funciones que ésta desarrolla. (Num 190)
Muchas veces nos quejamos que las cosas en el país están muy mal, que la economía está pésima, que ya no alcanza para nada, que la inseguridad está terrible, etc., sin darnos cuenta de que nosotros jugamos un papel importante en la solución de estos y otros muchos problemas si nos decidimos a participar en la toma de decisiones, si como ciudadanos responsables, ejercemos nuestro derecho al voto, libre y responsable.
Cuarto. Conoce las opciones que tienes.
Es necesario conocer las plataformas de los partidos y también las propuestas de los candidatos ya que muchas veces no son tan coherentes.
Hablando de coherencia es bueno también investigar un poco de su participación ciudadana para ubicar su forma de actuar y analizar si contribuye a la procuración del Bien Común.
Aún tenemos tiempo de informarnos para elegir la mejor opción
En el caso de que ninguna de las opciones llene por completo nuestras expectativas, es necesario de todas formas ir a votar, pero ahora por la opción que genere el mayor bien posible.
Un voto no ejercido es un voto regalado a los que están en contra de la democracia y que buscan por todos los medios que la gente no ejerza su derecho y obligación de votar por sus gobernantes, por aquellos que nos representarán para la toma de decisiones en nuestro país, por lo tanto, lo único que no podemos hacer es no votar.
Y quinto. Ubica el lugar de tu casilla y prepárate para ir a votar.
Muchas veces nos pasa que no tenemos idea de a donde estará la casilla que nos toca por eso es necesario buscarla con tiempo, ubicarla muy bien, preparar nuestra credencial de elector y asegurarnos de llevarla.
Sé que ir a votar implica invertir nuestro tiempo haciendo fila, esperando parados y con el calor tan fuerte que se está sintiendo, pero debemos hacer conciencia de que nos estamos jugando el futuro del país y que nuestra participación ciudadana es un deber para contribuir al Bien Común.
El futuro de nuestro país, la seguridad y tranquilidad de nuestros hijos y nuestra familia dependen de que participemos y ejerzamos nuestro voto.
Yo sí me comprometo a participar y a elegir consciente, libre y responsablemente a los que quiero que nos gobiernen. Y tú ¿te quedarás de brazos cruzados?
Te puede interesar: El poder de un abrazo
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com
Facebook: Yo Influyo