Nuestra sociedad necesita hombres y mujeres virtuosos

Los tiempos de bonanza provocan generaciones laxas, las generaciones laxas provocan tiempos difíciles y los tiempos difíciles provocan hombres y mujeres virtuosos.

La época que nos ha tocado vivir es muy difícil, ya que la escala de valores está completamente invertida y lo que debe ser lo más importante ha pasado a ser indiferente para las nuevas generaciones y lo que para nuestra generación era algo impensable, ahora es lo que les quieren hacer pensar que es lo correcto y más aún, hacen que lo deseen nuestros hijos.

En nuestras manos está formar y educar hombres y mujeres que tengan la escala de valores correcta y que estén dispuestos a dar testimonio de ello con su vida, por eso aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.

PRIMERO. Define la piedra angular de tu familia.

Es necesario tener claro cuál es el centro de la vida familiar, que es eso que no puede faltar y que les hace ser la familia que quieres ser.

En nuestro caso es Cristo y su Amor por nosotros lo que nos da cohesión como familia.

Es necesario estar muy conscientes de esto porque es lo que va a definir el estilo de vida familiar que vamos a tener y las actividades que debemos realizar para alcanzarlo.

De ser necesario, es bueno escribirlo para que no lo olvidemos y en los momentos difíciles no perdamos el rumbo. Para esto puedes tener una libreta para hacer anotaciones y después adecuaciones, o ponerlo en una hoja más grande y visible para que todos lo puedan ver y estén en sintonía con nosotros.

SEGUNDO. Escoge algunos valores que quieras inculcar en tus hijos.

El mundo de los valores es hoy todo un tema, ya que la sociedad nos quiere imponer una escala de valores invertida a la que nosotros consideramos la correcta porque la nuestra está obsoleta y ya no está de moda. 

El problema es que la moral y las buenas costumbres no pasan de moda y por eso, lo que nos proponen, no es compatible con nuestro estilo de vida.

Debemos ser valientes y definir la escala de valores que vamos a inculcar a nuestros hijos.

Es bueno que también lo anotemos para que tanto nosotros como nuestros hijos lo tengamos claro y que sea una guía para que todas nuestras acciones se encaminen a estos valores.

TERCERO. Decide que virtudes vas a fomentar en tus hijos.

Las virtudes son hábitos buenos que se consiguen con la repetición continua de los actos buenos. Entonces debemos escoger algunas virtudes, que deben ir desde las teologales: fe, esperanza y caridad, hasta las más humanas, que nos ayudan a formar el carácter de nuestros hijos y a dar identidad a la vida familiar y así obtener un estilo de vida particular.

Siempre es mejor comenzar desde pequeños con nuestros hijos, ya que así crecerán sabiendo y viviendo con estas virtudes, pero si nuestros hijos ya están más grandes, debemos armarnos de paciencia e implementar estas virtudes poco a poco con ellos.

Debemos recordar que es un proceso y que se alcanza poco a poco con la constancia y con mucha alegría y amor para que nuestros hijos se sientan seguros y confiados.

Es necesario ser valientes y pacientes y no dejar de dar testimonio de que nuestros hijos pueden ser felices viviendo las virtudes que los hacen mejores personas.

CUARTO. Pon límites claros.

Un punto vital es que debemos ir acotando el camino por el que sí debemos seguir, por eso es bueno definir qué acciones y actitudes no van con nuestro estilo de vida y por lo mismo no son aceptadas en nuestra familia.

Esto también es necesario ponerlo por escrito y tenerlo en un lugar visible porque muchas veces suceden cosas que pasan estos límites y por la angustia, la pena o la preocupación no hacemos que nuestros hijos respeten estos límites y entonces dejan de ser claros y eficaces.

Hay conductas que son intolerables y otras que se puede comprender que se van mejorando conforme se vuelven virtuosos. Nuestros hijos lo deben saber y también deben tener claro que hay consecuencias si llegan a pasar estos límites.

Es necesario que ellos conozcan estas consecuencias para que si deciden pasar del límite sea con total conocimiento.

En este punto quiero agregar que debemos ser firmes ya que la verdadera educación está basada en el amor y en la corrección para una correcta formación del carácter de nuestros hijos.

Y QUINTO. Hagan una estrategia familiar donde todos participen.

Ya que tenemos todo esto definido podemos hacer una estrategia clara y muy gráfica que nos ayude a compartirlo con nuestros hijos.

Debemos tener en cuenta la edad y madurez de todos para que la forma de expresarlo sea entendible para todos.

De ser necesario podemos hacer varias estrategias que se adecúen a las necesidades de cada miembro de la familia.

Es bueno que incluyamos el constante planteamiento de metas y cuando se alcanza alguna es buenísimos que se haga del conocimiento de la familia para que nuestros hijos vean que es todo un acontecimiento positivo en la vida familiar y de ser posible, puede haber incentivos que les animen en los momentos difíciles.

Si nos damos cuenta, debemos generar todo un sistema que nos ayude a tener claro el estilo de vida familiar, los valores y virtudes en que vamos a educar a nuestros hijos y los límites que nos ayudarán a no perder el rumbo.

Así lograremos dar testimonio de que una familia aún puede vivir bien y que puede educar hombres y mujeres virtuosos que sean luz para el mundo con sus actitudes siempre encaminadas al bien común.

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